Por
Diego Schurman
Primero
fue la polaroid que lo retrató junto a Domingo Cavallo. Después
un pedido expreso para que se brinde apoyo al plan de competitividad.
Pero ninguno de esos gestos le alcanzó a Carlos Ruckauf para lograr
la respuesta que esperaba en el Congreso. De los 32 diputados del justicialismo
bonaerenses, solo 7 terminaron votando a favor de la ley por la que tanto
había bregado el gobernador.
En el test legislativo Ruckauf no solo se quedó sin la respuesta
esperada. Sobre él recayeron, en voz muy baja, demandas por falta
de conducción y por la emisión de órdenes contradictorias.
El bloque del PJ quería votar en contra. Esa es la verdad.
Con Cavallo en el gobierno sólo falta la vuelta de Videla, porque
en el golpe los radicales siempre fueron partícipes necesarios
e interesados directos, atacó duramente José María
Díaz Bancalari.
Las dudas sobrevolaron el Congreso durante todo el fin de semana. Eduardo
Duhalde, jefe del PJ bonaerense, se comunicó con varios diputados
de su distrito. Pero muchos de ellos no supieron hacia dónde rumbear
hasta que vieron que Chiche, la esposa del ex gobernador, se inclinó
por el voto negativo. Fue entonces que empezó a predominar un nuevo
discurso. El de la libertad de conciencia, muy distinto al
pedido de Ruckauf de facilitar la aprobación de la ley.
En esa libertad de conciencia se hizo lugar a los pases de factura. Al
menos así interpretaron en la interna bonaerense el voto negativo
de Graciela Giannettasio. Está enojada porque la dejaron
de lado y no va a poder integrar la lista de candidatos a senadores,
interpretaron.
En el caso de Rodolfo Frigeri se aseguró que la negativa poco tuvo
que ver con la conciencia y sí mucho con su bronca con Cavallo,
por el deseo del flamante ministro de privatizar el Banco Provincia.
Lo cierto es que tras el llamado de Duhalde, un gran número de
legisladores interpretaron que Ruckauf sólo había solicitado
garantizar el quórum pero no necesariamente la aprobación
de la ley. En verdad, el gobernador sí se refirió a la ley
y hasta marcó cuáles serían sus límites: aquellas
medidas que afecten a jubilados y a la estabilidad laboral de los empleados
públicos.
El gobernador nos pidió que colaboráramos pero no
estamos de acuerdo con muchísimos puntos de la ley así que
más de lo que hicimos no podíamos hacer, señaló
Alfredo Atanasof mientras debatía con sus pares sobre la letra
chica del plan de competitividad.
Pablo Fondevilla dijo que sólo había posibilidades de actuar
en una sola dirección. Hemos participado dando quórum
y otorgamos los dos tercios necesarios para que se trate sin despacho
de comisión. Ese fue nuestro aporte, dijo certero el diputado.
Claro que no todos tradujeron de la misma manera el mensaje público
de Ruckauf. De hecho, Norma Godoy, Dámaso Larraburu, Juan José
Pampuro, Jorge Remes Lenivoc, Rafael Romá, Osvaldo Rial y Claudio
Sebastiani, levantaron la mano para transformar en media sanción
el plan Cavallo.
Hubo compañeros que hablaron personalmente con Ruckauf y
habrán interpretado que había que votar a favor. Pero yo
voté en contra por principios. Esta ley no es otra cosa que un
golpe institucional. Es invotable. No se puede garantizar con bienes públicos
la emisión de bonos de deuda, se quejó Mario Cafiero.
Aquella foto de Ruckauf con Cavallo trascendió la frontera bonaerense.
A tal punto que generó la reacción de la diputada santacruceña
Cristina Kirchner. Creo que Ruckauf debería ser más
cuidadoso a la hora de comprometer e involucrar el voto de los justicialistas.
Sobre todo cuando se trata de transgredir la Constitución Nacional
ya que no hay ni legalidad ni legitimidad para darle superpoderes a Cavallo.
Cuando De la Rúa dice que le va a dar el manejo de la Economía
a Cavallo se produce una ruptura del gobierno con el voto popular, quedando
así un mayor grado de vulnerabilidad.
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