Por
Victoria Ginzberg
Ha
llegado el momento de desabroquelar la Justicia, dijo la subsecretaria
de Derechos Humanos, Diana Conti, en respaldo a la anulación de
las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Sobre la resolución
del juez Gabriel Cavallo, la funcionaria aseguró: Seguramente
la Corte Suprema dictará un fallo justo, en el camino de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos que forma parte de nuestro sistema,
y que declaró no amnistiables los crímenes de lesa humanidad
en una causa sobre Perú. Conti hizo estas declaraciones ayer
en un encuentro entre los protagonistas del juicio en el que fueron condenados
el ex general Carlos Guillermo Suárez Mason y el general Santiago
Omar Riveros por la desaparición de ocho ciudadanos italianos.
Allí el ex cónsul Enrico Calamai se encontró con
ex detenidos y exiliados agradecidos porque sus gestiones les habían
salvado la vida durante la dictadura.
La reunión, a la que asistieron unas cuarenta personas, se realizó
al mediodía en Unione e Benevolenza. Entre el público Antonio
Macri, presidente del Hospital Italiano y hermano de Franco, escuchó
los relatos que evocaron la búsqueda de justicia más allá
de las fronteras argentinas. También estaban, entre otros, el periodista
y presidente del CELS, Horacio Verbitsky, y la abogada del organismo María
José Guembe; José de Lucca, del Movimiento Ecuménico
por los Derechos Humanos; Graciela Rosemblum, de la Liga Argentina por
los Derechos del Hombre, y Tati Almeida, de Madres de Plaza de Mayo, Línea
Fundadora.
No lo consideré un compromiso profesional, sino una identificación
generacional. Me involucré a nivel humano puesto que se trataba
de cosas que les habían ocurrido a quienes entonces eran muchachos
de mi edad y con quienes compartimos sueños e ideales, afirmó
el fiscal Francesco Caporale sobre su labor en el juicio.
Enrico Calamai trabajó en el consulado argentino entre 1972 y 1977.
Desde allí recibió denuncias, ayudó a escapar a perseguidos
y fue a comisarías para pedir la liberación de detenidos.
No volvió al país hasta la semana pasada. Volver después
de 24 años fue muy emocionante porque me permitió ver el
homenaje que el pueblo argentino hizo a las Madres, aseguró
Calamai a Página/12. Durante el acto, Vanda Fragale y Giacomo Camarda
agradecieron públicamente al ex cónsul. Calamai había
visto a Giacomo por última vez en el aeropuerto de San Pablo. A
Vanda, en la cárcel de Villa Devoto, donde la llevaron después
de la ESMA y de Coordinación Federal. También hablaron Santina
Mastinu, hermana del desaparecido Martino y esposa de Mario Marras, asesinado
en 1976; el abogado Luigi Cogodi; Julio Morresi, padre del desaparecido
Norberto; Jorge Ithurburu, impulsor de los juicios en Italia, y Lita Boitano,
de Familiares de Desaparecidos, que, como pionera del juicio romano, fue
aplaudida por los presentes.
Qué contento estaría mi padre porque su nación
hizo que se reconozca en una parte del mundo el genocidio que se llevó
a cabo acá. Pero quiero que la Justicia se haga también
en este país, dijo Morresi repitiendo una idea que habían
expresado todos los presentes. Santina Mastinu reclamó la prisión
efectiva para los cinco oficiales que fueron condenados en Italia en ausencia
además de Suárez Mason y Riveros, que están
bajo arresto domiciliario. Cuando salgo a caminar por Tigre
corro el riesgo de cruzármelos y tal vez se burlen porque a pesar
de la sentencia siguen libres. Los quisiera ver en una cárcel,
se lo pido a la Justicia argentina y a la italiana, manifestó
Santina.
Conti escuchó desde primera fila y cuando le dieron la palabra
recordó que el juicio italiano era parte de su vida porque trabajó
en él como obrera. Luego respaldó sin nombrarlo
el fallo que declaró la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia
Debida y Punto Final. Y aseguró que el Gobierno advierte
que el juicio fue un emergente de lo que pasa en la sociedad argentina
y que la marcha del sábado también fue unaexpresión
de lo mismo; y si no va a haber marchas no contra el terrorismo de Estado
sino contra los gobiernos presentes.
BONAFINI,
HOY EN RUEDA DE PRENSA
Denuncia
estudiantil
Los
universitarios de la FUA y la FUBA dicen que fueron agredidos durante
la marcha en repudio al golpe militar de 1976 cuando pasaba la columna
de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo. Hebe de Bonafini,
presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, convocó
a una conferencia de prensa hoy frente al Comité Capital
de la Unión Cívica Radical porque nos están
difamando y vamos a contar lo que son los radicales. El sábado,
una veintena de heridos terminó en el hospital y estas agrupaciones
cruzan acusaciones.
Dirigentes de la Federación Universitaria Argentina (FUA)
y de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) repudiaron
ayer en una conferencia de prensa a quienes responsabilizaron de
agredir a las columnas estudiantiles. El presidente
de la FUA Manuel Terrádez explicó a la agencia DyN
que primero pasó la columna de la Asociación
Madres de Plaza de Mayo, posteriormente la columna de HIJOS y, finalmente,
cuando pasaba la columna bajo la bandera de la Universidad Popular
de Madres de Plaza de Mayo comenzaron a arrojar palos, ladrillos
y otros objetos sobre nuestra columna. Consultada por Página/12,
Bonafini se negó a adelantar con qué argumentos rechazarán
hoy esta acusación y se limitó a decir que les
va a salir muy caro lo que están haciendo con las Madres.
Su conferencia de prensa es a las 18 en Tucumán 1660.
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OPINION
La
memoria funda siempre el mañana
Por
Subcomandante Marcos *
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Ejército
Zapatista de Liberación Nacional, México, 24 de marzo
de 2001, 18 horas, hora de México.
A los niños, niñas, ancianos, ancianas, jóvenes,
jóvenas, hombres y mujeres de la Argentina, América
latina, Planeta Tierra.
Hermanos y hermanas:
Aquí México Zapatista, allá la digna Argentina.
Les habla el Sub. Marcos, a nombre de todos los hombres, mujeres,
niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional.
Queremos aprovechar que los hermanos y hermanas de Argentina nos dan
la oportunidad de decir nuestra palabra en este acto que sirve para
darle a la verdad y a la memoria el lugar que merecen. Porque hay
y ha habido quien creyó y cree que asesinando personas, asesina
también los pensamientos y los sueños que a veces son
palabras y a veces son silencio. Quien así cree, en realidad
teme, y su temor ha sido el rostro del autoritarismo y la arbitrariedad.
Y en la resaca de la sangre busca la máscara de la impunidad
y el olvido. No para que todo quede atrás sino para asegurarse
de que podrán de nuevo hacer actuar el temor sobre los que
les son diferentes. Nuestros más antiguos nos enseñaron
que la celebración de la memoria es también una celebración
del mañana. Ellos nos dijeron que la memoria no es voltear
la cara y el corazón al pasado, no es un recuerdo estéril
en que había risas o lágrimas.
La memoria, nos dijeron, es una de las siete guías que el corazón
humano tiene para andar sus pasos. Las otras seis son: la verdad,
la vergüenza, la consecuencia, la honestidad, el respeto a uno
mismo y al otro, y el amor.
Por eso, dicen, la memoria funda siempre el mañana, y esa paradoja
es la que permite que en ese mañana no se repitan las pesadillas,
y que las alegrías, que también las hay en el temario
de la memoria colectiva, sean nuevas.
La Memoria es sobre todo, dicen nuestros más primeros, una
poderosa vacuna contra la muerte y alimento indispensable para la
vida. Por eso, quien cuida y guarda la memoria, guarda y cuida la
vida, y quien no tiene memoria está muerto.
Quienes arriba fueron poder, nos heredaron un montón de pedazos
rotos, muertes aquí y allá, impunidades y cinismos,
ausencias, rostros de historias desmoronadas, desesperanzas. Y ese
montón de escombros es lo que nos ofrecen como tarjeta de identidad,
de modo que decir Soy y Somos sea una vergüenza.
Pero hubo quienes fueron y son abajo. Ellos y ellas nos heredaron,
no un mundo nuevo, completo y acabado, pero sí algunas claves
y pistas para unir esos fragmentos dispersos, y el armar el rompecabezas
del ayer, abrirle una rendija al muro, dibujar una ventana, construir
una puerta.
Porque es bien sabido que las puertas fueron antes ventanas, y antes
fueron rendijas, y antes fueron y son memoria. Tal vez por eso temen
los de arriba, porque quien tiene memoria en realidad tiene en su
futuro una puerta.
Somos muchos y muchas los que al buscar la memoria estamos buscando
parte de nuestro rostro. Quien nos pide que olvidemos, nos pide que
sigamos incompletos, usando las prótesis que el poder oferta.
Este día en Argentina, en México y en otras partes del
mundo, hay muchos y muchas guardianes de la memoria reuniéndose
con una ceremonia tan antigua como la palabra: la del conjuro del
olvido y la desmemoria, la de la historia.
Hoy, quienes tienen a la Argentina como Patria, nos enseñan
que quien camina la memoria, en realidad camina a la vida.
Y queremos que todos y todas ustedes sepan que escuchamos sus pasos,
y que al escucharlos recordamos que el principal atributo del ser
humano sigue siendo la dignidad.
Digna Argentina, los Zapatistas de México te saludan.
Vale.
Salud, y que nunca más la estupidez se permita democratizar
el miedo y la muerte.
Desde la ciudad de México,
Subcomandante insurgente Marcos.
Post-data:
no se acaben el churrasco porque siempre me dejan la pura salsa
chimichurri. Con el mate pueden proceder a discreción, pero
no se acaben las empanadas. Nos vemos luego... en la calle de Corrientes
para echarnos una cascarita de fútbol y tararear un tango,
porque la memoria también se guarda en el juego, la música
y el baile.
Vale pues, y adiós.
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Estas fueron las palabras del Subcomandante Marcos que escucharon,
por vía telefónica, los miles de personas que asistieron
el sábado al acto en repudio al último golpe militar.
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