Hay
libros que antologizan las mil teorías conspirativas más
exitosas sobre el asesinato de John F. Kennedy. El crecimiento de los
teóricos es constante, pero pocas veces la nueva versión
tiene el respaldo científico de la publicada ayer en la principal
revista británica de estudios forenses. Y la conclusión
a la que llegaron los especialistas, a partir de pruebas visuales y de
audio, es que casi con certeza participó un segundo francotirador.
El análisis tiene como autor a D. B. Thomas, científico
que trabaja en el gobierno norteamericano. El artículo que reúne
sus resultados fue sometido a un severo examen por un panel de colegas
antes de ser publicado en Science & Justice, revista trimestral de
la Sociedad de Ciencia Forense de Gran Bretaña.
La teoría dio renovada fuerza a la insistencia de los teóricos
de la conspiración que sostuvieron desde un principio que al menos
uno de los disparos en la plaza Dealey de Dallas el 22 de noviembre de
1963 fue hecho desde un montículo de césped adelante y a
la derecha de la comitiva motorizada del presidente Kennedy. El veredicto
oficial de la Comisión Warren que investigó el asesinato
estableció que Lee Harvey Oswald había actuado solo, haciendo
tres disparos desde un depósito de libros que estaba detrás
del presidente. Según DB Thomas, el análisis acústico
de las grabaciones policiales del momento del asesinato permiten concluir
con un 96 por ciento de certeza que un cuarto disparo fue realizado desde
el montículo de césped, confirmando las palabras de una
testigo entre miles del asesinato, Jean Hill, quien aseguraba haber escuchado
un disparo desde el montículo de césped. Hill, que murió
el año pasado, corrió hacia el montículo, pero dos
policías le impidieron el paso.
El informe de ayer confirma el redactado en 1978 por un comité
de la Cámara de Representantes del Congreso norteamericano. Sin
embargo, el informe de 1978 había sido refutado por un estudio
posterior del Consejo Nacional de Investigaciones (NRC), encargado por
el Departamento de Justicia, que había desestimado el ruido de
armas que se oía en las grabaciones de la policía como si
se tratara de ruido estático. Thomas sostiene que la NRC erró
al creer que los ruidos se oían después del asesinato. Por
el contrario, escribió, los sonidos ocurrieron en el momento
mismo en que JFK fue asesinado. Las grabaciones provienen de un
micrófono colocado en la motocicleta de un policía en la
comitiva presidencial. El método de Thomas consistió en
comparar grabaciones similares con disparos realizados desde distintas
ubicaciones en la plaza Dealey. Y concluyó que la coincidencia
era plena en el caso de los disparos realizados desde el montículo
de césped. La famosa filmación de la muerte parece indicar
también que el disparo mortal vino desde adelante.
El ex jefe del comité de la Cámara de Representantes, G.
Robert Blakey, se mostró complacido por los hallazgos de Thomas.
Es un examen honesto y cuidadoso de lo que hicimos, con la verificación
de las estadísticas apropiadas, dijo al Washington Post.
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