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Confirman que hubo otro tirador en el asesinato de John Kennedy

En un trabajo riguroso, un científico del gobierno norteamericano dijo que existe un 96 por ciento de certeza de que hubo un segundo tirador emboscado, lo cual desmiente la investigación oficial.

Hay libros que antologizan las mil teorías conspirativas más exitosas sobre el asesinato de John F. Kennedy. El crecimiento de los teóricos es constante, pero pocas veces la nueva versión tiene el respaldo científico de la publicada ayer en la principal revista británica de estudios forenses. Y la conclusión a la que llegaron los especialistas, a partir de pruebas visuales y de audio, es que casi con certeza participó un segundo francotirador. El análisis tiene como autor a D. B. Thomas, científico que trabaja en el gobierno norteamericano. El artículo que reúne sus resultados fue sometido a un severo examen por un panel de colegas antes de ser publicado en Science & Justice, revista trimestral de la Sociedad de Ciencia Forense de Gran Bretaña.
La teoría dio renovada fuerza a la insistencia de los teóricos de la conspiración que sostuvieron desde un principio que al menos uno de los disparos en la plaza Dealey de Dallas el 22 de noviembre de 1963 fue hecho desde un montículo de césped adelante y a la derecha de la comitiva motorizada del presidente Kennedy. El veredicto oficial de la Comisión Warren que investigó el asesinato estableció que Lee Harvey Oswald había actuado solo, haciendo tres disparos desde un depósito de libros que estaba detrás del presidente. Según DB Thomas, el análisis acústico de las grabaciones policiales del momento del asesinato permiten concluir con un 96 por ciento de certeza que un cuarto disparo fue realizado desde el montículo de césped, confirmando las palabras de una testigo entre miles del asesinato, Jean Hill, quien aseguraba haber escuchado un disparo desde el montículo de césped. Hill, que murió el año pasado, corrió hacia el montículo, pero dos policías le impidieron el paso.
El informe de ayer confirma el redactado en 1978 por un comité de la Cámara de Representantes del Congreso norteamericano. Sin embargo, el informe de 1978 había sido refutado por un estudio posterior del Consejo Nacional de Investigaciones (NRC), encargado por el Departamento de Justicia, que había desestimado el ruido de armas que se oía en las grabaciones de la policía como si se tratara de ruido estático. Thomas sostiene que la NRC erró al creer que los ruidos se oían después del asesinato. Por el contrario, escribió, los sonidos ocurrieron “en el momento mismo en que JFK fue asesinado”. Las grabaciones provienen de un micrófono colocado en la motocicleta de un policía en la comitiva presidencial. El método de Thomas consistió en comparar grabaciones similares con disparos realizados desde distintas ubicaciones en la plaza Dealey. Y concluyó que la coincidencia era plena en el caso de los disparos realizados desde el montículo de césped. La famosa filmación de la muerte parece indicar también que el disparo mortal vino desde adelante.
El ex jefe del comité de la Cámara de Representantes, G. Robert Blakey, se mostró complacido por los hallazgos de Thomas. “Es un examen honesto y cuidadoso de lo que hicimos, con la verificación de las estadísticas apropiadas”, dijo al Washington Post.

 

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