Por Javier Lorca

El secretario de Educación Superior, Juan Carlos Gottifredi, presentó su renuncia hace once días, pero todavía no se sabe quién estará al frente del área que abarca a todas las universidades públicas y privadas del país. En el Ministerio de Educación, muchos dicen que seguirá Gottifredi y otros tantos dicen que no. El Presidente tiene que resolver si aceptará o no la renuncia. La indefinición, que potencia los temores de la comunidad universitaria frente a los temidos y aún virtuales planes de Domingo Cavallo, proviene de las diferencias entre el nuevo ministro de Educación, Andrés Delich, y Gottifredi. También incide la mala relación del ministro con el rector de la Universidad de Buenos Aires, Oscar Shuberoff.
En diálogo con Página/12, funcionarios del ministerio aseguraron que habrá que esperar el avance de esta semana, o incluso hasta la próxima, para saber si Fernando de la Rúa acepta o rechaza la dimisión de Gottifredi.
Ayer hubo una primera reunión entre el ministro, el equipo de Gottifredi y un grupo de rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (ver aparte). Pero no se selló ningún acuerdo sobre el porvenir de la Secretaría de Educación Superior.
Si bien no lo dice públicamente, lo cierto es que Delich prefiere que Gottifredi no siga al frente de la secretaría. En su entorno se afirma que el ex diputado por la UCR y ex presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires piensa que el sistema educativo superior necesita profundos cambios y cree que Gottifredi, ex rector de la Universidad Nacional de Salta, es un hombre demasiado cercano a la “corporación universitaria” y a los rectores, por lo que podría resultar un obstáculo para las transformaciones. También se le achaca a Gottifredi “cierta falta de dinamismo”.
Gottifredi presentó su renuncia junto con el ex ministro de Educación Hugo Juri (quien lo hizo en forma indeclinable) y, desde entonces, mantuvo un perfil muy bajo. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) –donde se reúnen todos los rectores de las universidades públicas– apoya su continuidad. A su vez, Gottifredi quiere seguir, pero también quiere que los rectores se comprometan a acompañar políticas de reforma para el sector y que no se limiten a reclamar el respeto de los fondos presupuestarios.
Uno de los ejes que inciden en la interna de Educación gira sobre el rector de la UBA. No bien asumió, Delich criticó duramente la gestión de Shuberoff. La relación entre ambos nunca fue buena. En cambio, Gottifredi tiene una larga y excelente relación con Shuberoff. “La idea de Delich es que esa secretaría la ocupe un hombre que no sea shuberoffista”, precisó un funcionario del ministerio. “Pero tampoco va a buscar a alguien polémico, porque no quiere ponerse en contra a los rectores radicales ni a la Franja Morada”, siguió. En ese rumbo, suenan dos nombres que, cuando la Alianza llegó al Gobierno, terciaron y perdieron con el propio Gottifredi la interna para ocupar la Secretaría de Educación Superior: los radicales Adolfo Stubrin (con quien Delich tiene muy buen trato) y Juan Carlos Pugliese, ajenos por igual al entorno del rector. En la actualidad, ambos se desempeñan en la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau), un organismo que el año pasado mantuvo un conflicto con la UBA, hasta que el Consejo Superior de la universidad, encabezado por Shuberoff, decidió dejar de presentarse a sus evaluaciones académicas e institucionales. Stubrin y Pugliese dispararon fuertes críticas contra el rector.
A pesar de la danza de candidatos y de los que cuentan sus horas como funcionario, por ahora Gottifredi continúa en funciones y, de hecho, su agenda ya incluye actividades para las próximas semanas.

PRINCIPAL