Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


EL PLAN DE CAVALLO PARA EL BLANQUEO DE
CAPITALES Y PARA REFORMULAR EL SISTEMA IMPOSITIVO
Volverán y serán miles de millones

Sin signos de cansancio, el superministro bajó del avión que lo trajo de España, revisó con De la Rúa sus próximas medidas y le presentó a su equipo. Fue al Congreso a defender su ley de competitividad y cerró el maratón presentando ante quinientos empresarios el plan de regularización impositiva. Y hasta retó a los bancos por lo que le cobran al Estado por las letras.
Domingo Cavallo en el auditorio del Banco Nación, respaldado por la franja más afín del gabinete. Con el impuesto a las transacciones financieras bajo el brazo, aseguró que no pagará más altas tasas.

Por Raúl Dellatorre

Le bastó poco más de media hora para presentar a su flamante equipo económico, rendir homenaje a los presidentes de partidos políticos (incluido él mismo) y gobernadores que apoyaron la delegación de superpoderes en el Ejecutivo, retar a los banqueros por las tasas que le cobran al Estado, anunciar un blanqueo impositivo sin antecedentes en el país y enunciar todo un nuevo esquema impositivo que, presume, podrá poner en marcha integralmente en un año. Domingo Cavallo habló ayer ante más de quinientos empresarios en el Salón de Actos del Banco Nación, el mismo que él utilizó por primera vez cuando ocurrió la crisis del Tequila, como recinto para el contacto “cara a cara” entre un ministro y la dirigencia económica. Tras escucharlo, hubo expresiones entusiastas (empresas líderes), de insatisfacción (pequeñas empresas y comerciantes) y hasta de disgusto (banqueros). Tampoco faltaron las muestras de desconcierto, en particular a la hora de comentar el novedoso esquema de regularización impositiva mediante la adquisición de un bono, con el cual los evasores arrepentidos podrán volver con sus capitales al circuito “blanco”.
Recibió el primer aplauso cuando el locutor oficial anunció su nombre. Domingo Cavallo fue el único orador del acto, ante la mirada muy atenta (no le sacó la vista de encima en ningún momento de su discurso) del jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. Sin leer ni siquiera un ayudamemoria, propuso ir avanzando “sector por sector”, aunque poco después dejó de lado ese esquema. “A los banqueros”, comenzó, concentrando la atención de los hombres de traje de las primeras filas, “les vengo a decir que hoy (por ayer) excepcionalmente hemos aceptado pagar altas tasas por las Letes, al 11 por ciento, tengan por seguro que el sector público nacional no va a volver a aceptar esas tasas ruinosas; el límite máximo que aceptaremos es el que paga México por los bonos en dólares (alrededor del 7 por ciento)”. “Podemos hacer esto –agregó– porque tenemos este nuevo instrumento del impuesto a las transacciones financieras y es muy poderoso, nos permite recaudar lo que necesitemos y que vamos a utilizar en la medida de lo necesario. No en forma abusiva, porque cuando tengamos crédito en el mercado a tasa razonable no será necesario, pero como dice el tango: tener la sartén por el mango, y el mango, también”. La humorada desató el segundo aplauso de los concurrentes.
Cavallo siguió aludiendo a los banqueros para reclamarles que “organicen un sistema de pagos y cobros ordenado, mediante buenos servicios, que nos ayuden a cobrar impuestos y produzcan la información que necesitamos para combatir la evasión”. Aludía al rol que cumplirán las entidades financieras como perceptores y liquidadores del impuesto,que en el futuro –no en lo inmediato, aparentemente– reemplazará otros regímenes de anticipos de IVA y Ganancias. “Cuando Daniel Marx (secretario de Finanzas) les preguntó a los banqueros en cuánto tiempo podrían implementar el cobro del impuesto, les respondieron que en tres semanas; entonces pregunté si trabajando en uno o en tres turnos: respondieron que en uno. Trabajen en tres, les pedí, para que el 3 de abril podamos estar aplicando el impuesto”.
Tras retar y darle deberes a los banqueros, Cavallo pasó al capítulo del sistema tributario en su conjunto, que aspira a que de aquí a un año esté concentrado en dos impuestos: IVA y Ganancias. “Bien legislados y cobrados, casi sin exenciones, a tasas lo más bajas posibles”, apuntó, sugiriendo mirar como modelos a “Estados Unidos, España y Chile para Ganancias” y al país trasandino en el caso del IVA. “No va a haber sorpresas, vamos a seguir el ejemplo de países bien organizados”, subrayó. Adelantó que “todos los otros impuestos van a tender a desaparecer, pero no al mismo tiempo para todos, sino que empezaremos por los sectores y regiones que necesitan recuperar competitividad”. Cavallo aseguró que contará con “la colaboración de la Secretaría del Tesoro americano, el Ministerio de Hacienda español y las autoridades chilenas, no sólo en elapoyo normativo sino en todo el sistema de interrelación de los bancos con la administración tributaria”. Anticipó, además, que Carlos Solchaga, ex ministro de Economía y Hacienda de España, trabajará como asesor en el diseño de un nuevo régimen de regularización impositiva.
“En el futuro no va a haber más evasión –se ufanó Cavallo–, pero en el pasado sí hubo.” El procedimiento que piensa aplicar ya fue probado en España, recordó, y consiste en la compra de un título de deuda pública por parte de quien quiera blanquear fondos o capitales no declarados (radicados en el exterior o en el circuito negro local). Pedro Pou, presidente del Banco Central, acompañaba a Cavallo en el estrado, sentado inmutable entre Olivera y Carlos Bastos. El ministro de Economía aseguró que los fondos así obtenidos volverán al sector privado mediante la cancelación de anticipos o devoluciones de impuestos adeudadas por el fisco, que estimó en conjunto en una cifra de 8000 millones de dólares.
Cavallo le dedicó los últimos párrafos de su discurso, como en sus presentaciones públicas anteriores, no a los presentes sino a las cámaras de televisión que transmitían su imagen en directo a los hogares. “En un año vamos a estar funcionando con una economía bien organizada, y lo vamos a hacer con ustedes, los empresarios, para que los trabajadores de sus empresas sientan más seguridad”, arengó a la tropa de saco y corbata. “Cuando los trabajadores dejen de temer por la pérdida de su empleo o la caída de sus salarios, cuando vean que ustedes invierten y toman más trabajadores, de inmediato se va a recuperar el consumo, porque cuando el trabajador está tranquilo puede pensar en cambiar la casa, el auto, comprar electrodomésticos”, ejemplificó. Y de inmediato, ya en el papel de superministro, advirtió que “debemos encontrar la forma de revertir esta depresión, y el cambio va a venir del cambio de los empresarios, y de la forma diferente en la que el Presidente decidió organizar su gobierno, para que así todos los planes del Ministerio de Salud, de Educación, de Acción Social y todos los programas sociales del gobierno puedan ser financiados, para que así lleguen a quienes realmente lo necesiten y tengamos un pueblo feliz”, cerró el candidato, y recibió el tercer aplauso. Candidato, claro está, a sacar a la Argentina de la recesión.

 

Acciones, no medidas

A continuación se detallan los principales aspectos del plan anunciado ayer por el ministro de Economía, Domingo Cavallo, ante más de 500 empresarios reunidos en el Salón Auditorio del Banco de la Nación:
Se convoca a una regularización de las deudas tributarias.
Podrán ingresar las deudas hasta fin del año 1999.
No podrán incluirse deudas del año 2000 ni del 2001.
Se deberá comprar un bono por un período equivalente a la pres-
cripción de los impuestos evadidos.
El título devengará una tasa de interés muy baja.
Lo recaudado se destinará a saldar la deuda que tiene el Estado con
contribuyentes por el pago anticipado de impuestos u otras deudas.
Se estima que esas acreencias totalizan unos 8000 millones de pesos.
Se simplificará la estructura tributaria en un plazo no mayor a un año.
Se eliminarán poco a poco impuestos distorsivos y sólo regirán el
impuesto a las Ganancias e IVA, con muy pocas exenciones.
Habrá planes sectoriales para la eliminación de impuestos distorsivos.
Se privilegiará a aquellos sectores con problemas de competitividad.
Cavallo quiere que el impuesto sobre las cuentas corrientes comen-
zará a regir a partir del 3 de abril.

 

Idea exenta de arancel

Carlos Solchaga, ex ministro de Economía y Hacienda de España, fue convocado por Domingo Cavallo para asesorarlo en materia de regularización impositiva. En diversas entrevistas concedidas a medios argentinos, el economista español había desgranado alguna de las ideas que ahora el superministro argentino piensa llevar a la práctica. Consultado acerca de la posibilidad de lanzar un blanqueo en Argentina, había señalado que “es sólo una posibilidad por estudiar”, pero condicionado a que el país hiciera previamente “una reforma tributaria profunda y, en torno de ella, establecer un aparato de control de rentas y de transacciones eficiente, que genere entre los ciudadanos que eluden o evaden la sensación de que será apenas una cuestión de tiempo que las autoridades detecten su infracción, pero no creo recomendable hacerlo al revés: es como poner el carro delante de los caballos”. Cavallo cree que el impuesto a las transacciones financieras le garantiza ese control que Solchaga exige como premisa. Ayer, el ministro habló de la regularización no como una medida inmediata. Con respecto al funcionamiento que tuvo la norma en España, Solchaga había señalado que “el blanqueo se realizó mediante la emisión de un título cuyo propietario no sería identificado en seis años: permitía regularizar el dinero, pero no tenían mercado secundario y pagaban un interés menor. Una vez que el bono vencía, el capital ya estaba blanqueado”, explicó. El mismo modelo es el que intentará importar ahora Cavallo para aplicar en el país, sin pagar arancel y con su diseñador incluido.

 

Los sistemas a copiar

El propósito de Domingo Cavallo de asemejar los regímenes del Impuesto al Valor Agregado y Ganancias al de Chile, en el primer caso, y a los de Estados Unidos y España, en el segundo, no es otro que intentar ajustar los controles para evitar la evasión de esos gravámenes. Esa es la primera evaluación que el especialista Horacio Casavé tiene de la intención confesada ayer por el ministro de Economía. Estas son las principales características de los sistemas impositivos de esos países, que el tributarista apuntó a Página/12.
Estados Unidos: El Impuesto a las Ganancias en los Estados Unidos se recauda junto a las contribuciones a la Seguridad Social, lo que hace al sistema de retención mucho más eficaz. La base de imposición es mucho mayor, ya que la proporción de gente en relación de dependencia es mucho mayor que acá (la figura del autónomo y monotributista es casi marginal). Tampoco hay exenciones. Existe, finalmente, un sistema de agresiva propaganda para apurar la presentación de las declaraciones juradas, con un poderoso estímulo para que el trámite se complete. Quienes lo hagan, reciben su cheque de reembolso que le permite recuperar los importes retenidos de más: generalmente las retenciones superan los importes a pagar. La alícuota efectiva del impuesto es mayor, ya que supera el 50 por ciento.
España: Lo que distingue al sistema español son los buenos mecanismos presuntivos, que le permiten al fisco recaudar sin la necesidad de controlar, efectivamente, los ingresos de cada contribuyente. En Argentina existe un procedimiento de este tipo, como el monotributo, que fija contribuciones determinadas en base a niveles de facturación. Pero en España esa fórmula de cálculo de cuánto debe tributar una persona o pequeña empresa se conjuga con eficaces e ingeniosos sistemas de fiscalización. El de la gastronomía, sirve de ejemplo: los bares y restaurantes se controlan en base a la cantidad que compran de cerveza, producto de mucho consumo. Conociendo qué cantidad de esta bebida vendieron las cerveceras, el fisco resuelve, selectivamente, a quien fiscalizar.
Chile: Lo más llamativo del Impuesto al Valor Agregado chileno es el sorteo periódico, semejante a la Loteriva que alguna vez se instrumentó acá sin demasiado éxito. El sistema de multas es muy riguroso y la pena resulta bastante onerosa. La factura fiscal la imprime el Estado –con números correlativos– lo que hace más difícil su eventual adulteración.

 

INDUSTRIALES FESTEJARON; BANQUEROS RUMIARON BRONCA
Sonrisas y muecas en el salón

Domingo Cavallo recogió aplausos entusiastas al menos en dos ocasiones: al fin de su exposición y antes de empezarla. Sin embargo, no todos recibieron con el mismo espíritu los anuncios, que parecen esperanzar tanto a la industria como haber puesto de mal humor a los banqueros, quienes se fueron del Banco Nación sin formular declaraciones.
“Por fin se acabó la política de piloto automático”, festejaba ayer Ignacio de Mendiguren, secretario de la Unión Industrial Argentina. El plan esbozado ayer tiene para los dirigentes fabriles diferencias sustanciales respecto de la abortada propuesta que Ricardo López Murphy formuló días atrás. “(Cavallo) puso el eje donde debe estar: en los problemas de competitividad. No como hasta ahora, que sólo se miraba la cuestión fiscal.”
“Hubo señales positivas pero vamos a esperar. Nos preocupan las asimetrías que existen con Brasil”, comentó el titular de la UIA, Osvaldo Rial, quien intentó ser más cauto a la hora de apoyar el programa de acción cavallista. Sin embargo, la sola presencia de los dirigentes fabriles demuestra el distinto humor que provoca el ministro de Economía en los hombres de empresa, respecto a sus antecesores, en particular al fugaz funcionario de Fiel.
Elogios no faltaron, aunque fueron pronunciados con distinto énfasis. “El plan es viable. Existe en muchas partes del mundo”, comentó Amalia Lacroze de Fortabat. “Estamos esperanzados. La economía se tiene que basar en el crecimiento y en el empleo”, acotó Aldo Roggio. “El discurso de Cavallo es interesante. Esperamos que tenga éxito”, agregó Cristiano Ratazzi. Ninguna de las grandes figuras patronales, sin embargo, se avino ayer a opinar en detalle sobre el paquete, enunciado por el ministro de Economía como un instrumento para combatir la evasión impositiva y, al mismo tiempo, estimular la competitividad.
“Creo que es una fórmula ingeniosa que servirá para recuperar la competitividad. Hay que ver, claro, cómo se instrumenta todo lo que se anunció, pero suena muy bien”, sentenció ante este diario Jesús Burillo, representante de la española Endesa (accionista de Edesur)”. Desde otro sector de la tribuna patronal, el presidente de Boston Seguros, Horacio Sánchez Granel, también dio su apoyo. “Es una fórmula original, distinta, para intentar combatir la evasión. A nosotros (los aseguradores) el Impuesto a las Transferencias Financiera nos golpea bastante. Pero en la medida en que pueda ser tomado como pago a cuenta de otros tributos, no está mal.”
También en las primeras filas escucharon con atención a Cavallo Eduardo Escasany, presidente del Galicia, y Ricardo Handley, ex titular del Citibank. Pero los banqueros se negaron a formular declaraciones a la prensa para opinar sobre la advertencia cavallista de que el Estado no pagará más las altas tasas que las entidades le están cobrando al fisco.

 


 

Dura película de acción, con una historia de final abierto

Nadie lanza un blanqueo cuando la credibilidad de un gobierno está en el pozo. A nadie se le ocurre exigir para un país al borde del default tasas como las que se le cobran a México. Nadie menos... Domingo Cavallo.

Por Julio Nudler

Voluntarismo y acción, éstas son las dos armas que empuña Domingo Cavallo, apoyándose en los poderes que delega el Parlamento. Aunque su vehemencia distrae de los condicionamientos de la realidad, las medidas que anuncia sólo funcionarán si el Gobierno y el aparato estatal muestran una eficiencia hasta ahora desconocida. Y esto incluye a la Justicia, que hasta ahora volvió ilusorio cualquier intento de combatir seriamente la evasión tributaria. ¿No habrá más corrupción administrativa y judicial en la Argentina? De la respuesta que se dé a esta pregunta depende en gran medida la suerte de este paquete. Cavallo, que fue ministro de Carlos Menem, lo sabe muy bien. Y también sabe que durante su gestión no logró mejorar visiblemente el funcionamiento de la burocracia.
Lo menos que puede esperarse, a partir del esquema esbozado anoche, que entierra el piloto automático, es que los lobbies se abalanzarán otra vez sobre Economía, porque allí será donde se defina el ranking de sectores y regiones en crisis (por culpa de la sobrevaluación del peso y de los precios mundiales) que recibirán primero, por orden de gravedad, las desgravaciones de los impuestos “distorsivos”, como los que gravan los intereses de los créditos tomados y la renta mínima presunta. En el mismo envoltorio están Ingresos Brutos, Sellos y muchas tasas municipales, cuyo desmontaje será negociado al mejor estilo Cavallo: ojo por ojo y diente por diente.
Lanzar la idea de un blanqueo cuando la credibilidad del Gobierno tocó fondo es otro acto de audacia, con la picardía adicional de prometer que con el dinero recaudado serán saldadas las deudas ocultas, no documentadas, que mantiene el Estado con las empresas privadas por diversos conceptos. Puede suponerse que en cantidad de casos los empresarios que tienen esas cuentas por cobrar son los mismos que evadieron capitales y deberían transparentarlos. Como quiera que sea, Cavallo deberá mostrar resultados contundentes antes de que un blanqueo sea posible, porque la advertencia de que a partir de ahora será muy difícil evadir fue formulada demasiadas veces en el pasado.
Con este ministro los conceptos son, ya se sabe, siempre flexibles. Normalmente, el blanqueo es criticado porque, en alguna medida, premia a los evasores. Pero eso no importa ahora: Cavallo necesita recursos fiscales, pero también dólares para contrapesar el rojo estructural de la cuenta corriente del balance de pagos. Lo mismo vale para los impuestos distorsivos, el más clásico de los cuales es el que gravará las transacciones financieras. Y también para los aranceles de importación, que el aperturista mediterráneo eleva sin vacilar. El pragmatismo se impone.
Mucho arrojo hace falta también para decirle al mercado financiero que el Tesoro argentino no piensa volver a tomar fondos mientras pretendan cobrarle más que a México, que es investment grade y el país latinoamericano mejor posicionado. La ecuación del cordobés es simple: aplicando un impuesto que hace caja en tiempo real, como es el que gravará desde la próxima semana las cuentas corrientes, y con los desembolsos del blindaje por respaldo, el fisco podrá prescindir (teóricamente) de los prestamistas. A menor déficit fiscal, menos dependencia financiera. Obviamente, alguien estará pagando este milagro, y no serán otros sino quienes operan en cuentas a la vista bancarias, independientemente de su propia penuria financiera.
Con ese futuro chorro de plata cayéndole en las manos, Cavallo interpeló duramente a los banqueros, acusándolos de cobrarle tasas ruinosas al Estado. Entonces, ¿existe el mercado o lo que hay es una conspiración de usureros, que manipulan los tipos de interés a su antojo? En este turno, a Economía no parecen importarle los conceptos de fondo. Lo único seguro es que Cavallo va a cambiar de opinión y de adjetivos todas las veces que haga falta, en ésta como en cualquier otra cuestión. Que ayer se mostrara enfurecido con los banqueros tras la licitación de Letras del Tesoro no loconvierte en un implacable enemigo de la banca. Habrá que ver qué queda en la malla cuando se decante esta furia de los primeros días. Y sobre todo cuando se conozca, en los detalles concretos, lo que hasta hoy es sólo esbozo.

 

PRINCIPAL