Por Raúl Dellatorre
Le bastó poco más
de media hora para presentar a su flamante equipo económico, rendir
homenaje a los presidentes de partidos políticos (incluido él
mismo) y gobernadores que apoyaron la delegación de superpoderes
en el Ejecutivo, retar a los banqueros por las tasas que le cobran al
Estado, anunciar un blanqueo impositivo sin antecedentes en el país
y enunciar todo un nuevo esquema impositivo que, presume, podrá
poner en marcha integralmente en un año. Domingo Cavallo habló
ayer ante más de quinientos empresarios en el Salón de Actos
del Banco Nación, el mismo que él utilizó por primera
vez cuando ocurrió la crisis del Tequila, como recinto para el
contacto cara a cara entre un ministro y la dirigencia económica.
Tras escucharlo, hubo expresiones entusiastas (empresas líderes),
de insatisfacción (pequeñas empresas y comerciantes) y hasta
de disgusto (banqueros). Tampoco faltaron las muestras de desconcierto,
en particular a la hora de comentar el novedoso esquema de regularización
impositiva mediante la adquisición de un bono, con el cual los
evasores arrepentidos podrán volver con sus capitales al circuito
blanco.
Recibió el primer aplauso cuando el locutor oficial anunció
su nombre. Domingo Cavallo fue el único orador del acto, ante la
mirada muy atenta (no le sacó la vista de encima en ningún
momento de su discurso) del jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. Sin leer
ni siquiera un ayudamemoria, propuso ir avanzando sector por sector,
aunque poco después dejó de lado ese esquema. A los
banqueros, comenzó, concentrando la atención de los
hombres de traje de las primeras filas, les vengo a decir que hoy
(por ayer) excepcionalmente hemos aceptado pagar altas tasas por las Letes,
al 11 por ciento, tengan por seguro que el sector público nacional
no va a volver a aceptar esas tasas ruinosas; el límite máximo
que aceptaremos es el que paga México por los bonos en dólares
(alrededor del 7 por ciento). Podemos hacer esto agregó
porque tenemos este nuevo instrumento del impuesto a las transacciones
financieras y es muy poderoso, nos permite recaudar lo que necesitemos
y que vamos a utilizar en la medida de lo necesario. No en forma abusiva,
porque cuando tengamos crédito en el mercado a tasa razonable no
será necesario, pero como dice el tango: tener la sartén
por el mango, y el mango, también. La humorada desató
el segundo aplauso de los concurrentes.
Cavallo siguió aludiendo a los banqueros para reclamarles que organicen
un sistema de pagos y cobros ordenado, mediante buenos servicios, que
nos ayuden a cobrar impuestos y produzcan la información que necesitamos
para combatir la evasión. Aludía al rol que cumplirán
las entidades financieras como perceptores y liquidadores del impuesto,que
en el futuro no en lo inmediato, aparentemente reemplazará
otros regímenes de anticipos de IVA y Ganancias. Cuando Daniel
Marx (secretario de Finanzas) les preguntó a los banqueros en cuánto
tiempo podrían implementar el cobro del impuesto, les respondieron
que en tres semanas; entonces pregunté si trabajando en uno o en
tres turnos: respondieron que en uno. Trabajen en tres, les pedí,
para que el 3 de abril podamos estar aplicando el impuesto.
Tras retar y darle deberes a los banqueros, Cavallo pasó al capítulo
del sistema tributario en su conjunto, que aspira a que de aquí
a un año esté concentrado en dos impuestos: IVA y Ganancias.
Bien legislados y cobrados, casi sin exenciones, a tasas lo más
bajas posibles, apuntó, sugiriendo mirar como modelos a Estados
Unidos, España y Chile para Ganancias y al país trasandino
en el caso del IVA. No va a haber sorpresas, vamos a seguir el ejemplo
de países bien organizados, subrayó. Adelantó
que todos los otros impuestos van a tender a desaparecer, pero no
al mismo tiempo para todos, sino que empezaremos por los sectores y regiones
que necesitan recuperar competitividad. Cavallo aseguró que
contará con la colaboración de la Secretaría
del Tesoro americano, el Ministerio de Hacienda español y las autoridades
chilenas, no sólo en elapoyo normativo sino en todo el sistema
de interrelación de los bancos con la administración tributaria.
Anticipó, además, que Carlos Solchaga, ex ministro de Economía
y Hacienda de España, trabajará como asesor en el diseño
de un nuevo régimen de regularización impositiva.
En el futuro no va a haber más evasión se ufanó
Cavallo, pero en el pasado sí hubo. El procedimiento
que piensa aplicar ya fue probado en España, recordó, y
consiste en la compra de un título de deuda pública por
parte de quien quiera blanquear fondos o capitales no declarados (radicados
en el exterior o en el circuito negro local). Pedro Pou, presidente del
Banco Central, acompañaba a Cavallo en el estrado, sentado inmutable
entre Olivera y Carlos Bastos. El ministro de Economía aseguró
que los fondos así obtenidos volverán al sector privado
mediante la cancelación de anticipos o devoluciones de impuestos
adeudadas por el fisco, que estimó en conjunto en una cifra de
8000 millones de dólares.
Cavallo le dedicó los últimos párrafos de su discurso,
como en sus presentaciones públicas anteriores, no a los presentes
sino a las cámaras de televisión que transmitían
su imagen en directo a los hogares. En un año vamos a estar
funcionando con una economía bien organizada, y lo vamos a hacer
con ustedes, los empresarios, para que los trabajadores de sus empresas
sientan más seguridad, arengó a la tropa de saco y
corbata. Cuando los trabajadores dejen de temer por la pérdida
de su empleo o la caída de sus salarios, cuando vean que ustedes
invierten y toman más trabajadores, de inmediato se va a recuperar
el consumo, porque cuando el trabajador está tranquilo puede pensar
en cambiar la casa, el auto, comprar electrodomésticos, ejemplificó.
Y de inmediato, ya en el papel de superministro, advirtió que debemos
encontrar la forma de revertir esta depresión, y el cambio va a
venir del cambio de los empresarios, y de la forma diferente en la que
el Presidente decidió organizar su gobierno, para que así
todos los planes del Ministerio de Salud, de Educación, de Acción
Social y todos los programas sociales del gobierno puedan ser financiados,
para que así lleguen a quienes realmente lo necesiten y tengamos
un pueblo feliz, cerró el candidato, y recibió el
tercer aplauso. Candidato, claro está, a sacar a la Argentina de
la recesión.
Idea exenta de arancel
Carlos Solchaga, ex ministro de Economía y Hacienda de
España, fue convocado por Domingo Cavallo para asesorarlo
en materia de regularización impositiva. En diversas entrevistas
concedidas a medios argentinos, el economista español había
desgranado alguna de las ideas que ahora el superministro argentino
piensa llevar a la práctica. Consultado acerca de la posibilidad
de lanzar un blanqueo en Argentina, había señalado
que es sólo una posibilidad por estudiar, pero
condicionado a que el país hiciera previamente una
reforma tributaria profunda y, en torno de ella, establecer un aparato
de control de rentas y de transacciones eficiente, que genere entre
los ciudadanos que eluden o evaden la sensación de que será
apenas una cuestión de tiempo que las autoridades detecten
su infracción, pero no creo recomendable hacerlo al revés:
es como poner el carro delante de los caballos. Cavallo cree
que el impuesto a las transacciones financieras le garantiza ese
control que Solchaga exige como premisa. Ayer, el ministro habló
de la regularización no como una medida inmediata. Con respecto
al funcionamiento que tuvo la norma en España, Solchaga había
señalado que el blanqueo se realizó mediante
la emisión de un título cuyo propietario no sería
identificado en seis años: permitía regularizar el
dinero, pero no tenían mercado secundario y pagaban un interés
menor. Una vez que el bono vencía, el capital ya estaba blanqueado,
explicó. El mismo modelo es el que intentará importar
ahora Cavallo para aplicar en el país, sin pagar arancel
y con su diseñador incluido.
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Los sistemas a copiar
El propósito de Domingo Cavallo de asemejar los regímenes
del Impuesto al Valor Agregado y Ganancias al de Chile, en el primer
caso, y a los de Estados Unidos y España, en el segundo,
no es otro que intentar ajustar los controles para evitar la evasión
de esos gravámenes. Esa es la primera evaluación que
el especialista Horacio Casavé tiene de la intención
confesada ayer por el ministro de Economía. Estas son las
principales características de los sistemas impositivos de
esos países, que el tributarista apuntó a Página/12.
Estados Unidos:
El Impuesto a las Ganancias en los Estados Unidos se recauda junto
a las contribuciones a la Seguridad Social, lo que hace al sistema
de retención mucho más eficaz. La base de imposición
es mucho mayor, ya que la proporción de gente en relación
de dependencia es mucho mayor que acá (la figura del autónomo
y monotributista es casi marginal). Tampoco hay exenciones. Existe,
finalmente, un sistema de agresiva propaganda para apurar la presentación
de las declaraciones juradas, con un poderoso estímulo para
que el trámite se complete. Quienes lo hagan, reciben su
cheque de reembolso que le permite recuperar los importes retenidos
de más: generalmente las retenciones superan los importes
a pagar. La alícuota efectiva del impuesto es mayor, ya que
supera el 50 por ciento.
España:
Lo que distingue al sistema español son los buenos mecanismos
presuntivos, que le permiten al fisco recaudar sin la necesidad
de controlar, efectivamente, los ingresos de cada contribuyente.
En Argentina existe un procedimiento de este tipo, como el monotributo,
que fija contribuciones determinadas en base a niveles de facturación.
Pero en España esa fórmula de cálculo de cuánto
debe tributar una persona o pequeña empresa se conjuga con
eficaces e ingeniosos sistemas de fiscalización. El de la
gastronomía, sirve de ejemplo: los bares y restaurantes se
controlan en base a la cantidad que compran de cerveza, producto
de mucho consumo. Conociendo qué cantidad de esta bebida
vendieron las cerveceras, el fisco resuelve, selectivamente, a quien
fiscalizar.
Chile: Lo más
llamativo del Impuesto al Valor Agregado chileno es el sorteo periódico,
semejante a la Loteriva que alguna vez se instrumentó acá
sin demasiado éxito. El sistema de multas es muy riguroso
y la pena resulta bastante onerosa. La factura fiscal la imprime
el Estado con números correlativos lo que hace
más difícil su eventual adulteración.
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INDUSTRIALES
FESTEJARON; BANQUEROS RUMIARON BRONCA
Sonrisas y muecas en el salón
Domingo Cavallo
recogió aplausos entusiastas al menos en dos ocasiones: al fin
de su exposición y antes de empezarla. Sin embargo, no todos recibieron
con el mismo espíritu los anuncios, que parecen esperanzar tanto
a la industria como haber puesto de mal humor a los banqueros, quienes
se fueron del Banco Nación sin formular declaraciones.
Por fin se acabó la política de piloto automático,
festejaba ayer Ignacio de Mendiguren, secretario de la Unión Industrial
Argentina. El plan esbozado ayer tiene para los dirigentes fabriles diferencias
sustanciales respecto de la abortada propuesta que Ricardo López
Murphy formuló días atrás. (Cavallo) puso el
eje donde debe estar: en los problemas de competitividad. No como hasta
ahora, que sólo se miraba la cuestión fiscal.
Hubo señales positivas pero vamos a esperar. Nos preocupan
las asimetrías que existen con Brasil, comentó el
titular de la UIA, Osvaldo Rial, quien intentó ser más cauto
a la hora de apoyar el programa de acción cavallista. Sin embargo,
la sola presencia de los dirigentes fabriles demuestra el distinto humor
que provoca el ministro de Economía en los hombres de empresa,
respecto a sus antecesores, en particular al fugaz funcionario de Fiel.
Elogios no faltaron, aunque fueron pronunciados con distinto énfasis.
El plan es viable. Existe en muchas partes del mundo, comentó
Amalia Lacroze de Fortabat. Estamos esperanzados. La economía
se tiene que basar en el crecimiento y en el empleo, acotó
Aldo Roggio. El discurso de Cavallo es interesante. Esperamos que
tenga éxito, agregó Cristiano Ratazzi. Ninguna de
las grandes figuras patronales, sin embargo, se avino ayer a opinar en
detalle sobre el paquete, enunciado por el ministro de Economía
como un instrumento para combatir la evasión impositiva y, al mismo
tiempo, estimular la competitividad.
Creo que es una fórmula ingeniosa que servirá para
recuperar la competitividad. Hay que ver, claro, cómo se instrumenta
todo lo que se anunció, pero suena muy bien, sentenció
ante este diario Jesús Burillo, representante de la española
Endesa (accionista de Edesur). Desde otro sector de la tribuna patronal,
el presidente de Boston Seguros, Horacio Sánchez Granel, también
dio su apoyo. Es una fórmula original, distinta, para intentar
combatir la evasión. A nosotros (los aseguradores) el Impuesto
a las Transferencias Financiera nos golpea bastante. Pero en la medida
en que pueda ser tomado como pago a cuenta de otros tributos, no está
mal.
También en las primeras filas escucharon con atención a
Cavallo Eduardo Escasany, presidente del Galicia, y Ricardo Handley, ex
titular del Citibank. Pero los banqueros se negaron a formular declaraciones
a la prensa para opinar sobre la advertencia cavallista de que el Estado
no pagará más las altas tasas que las entidades le están
cobrando al fisco.
Dura
película de acción, con una historia de final abierto
Nadie lanza un blanqueo cuando la credibilidad
de un gobierno está en el pozo. A nadie se le ocurre exigir para
un país al borde del default tasas como las que se le cobran a
México. Nadie menos... Domingo Cavallo.
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Por
Julio Nudler
Voluntarismo y
acción, éstas son las dos armas que empuña Domingo
Cavallo, apoyándose en los poderes que delega el Parlamento. Aunque
su vehemencia distrae de los condicionamientos de la realidad, las medidas
que anuncia sólo funcionarán si el Gobierno y el aparato
estatal muestran una eficiencia hasta ahora desconocida. Y esto incluye
a la Justicia, que hasta ahora volvió ilusorio cualquier intento
de combatir seriamente la evasión tributaria. ¿No habrá
más corrupción administrativa y judicial en la Argentina?
De la respuesta que se dé a esta pregunta depende en gran medida
la suerte de este paquete. Cavallo, que fue ministro de Carlos Menem,
lo sabe muy bien. Y también sabe que durante su gestión
no logró mejorar visiblemente el funcionamiento de la burocracia.
Lo menos que puede esperarse, a partir del esquema esbozado anoche, que
entierra el piloto automático, es que los lobbies se abalanzarán
otra vez sobre Economía, porque allí será donde se
defina el ranking de sectores y regiones en crisis (por culpa de la sobrevaluación
del peso y de los precios mundiales) que recibirán primero, por
orden de gravedad, las desgravaciones de los impuestos distorsivos,
como los que gravan los intereses de los créditos tomados y la
renta mínima presunta. En el mismo envoltorio están Ingresos
Brutos, Sellos y muchas tasas municipales, cuyo desmontaje será
negociado al mejor estilo Cavallo: ojo por ojo y diente por diente.
Lanzar la idea de un blanqueo cuando la credibilidad del Gobierno tocó
fondo es otro acto de audacia, con la picardía adicional de prometer
que con el dinero recaudado serán saldadas las deudas ocultas,
no documentadas, que mantiene el Estado con las empresas privadas por
diversos conceptos. Puede suponerse que en cantidad de casos los empresarios
que tienen esas cuentas por cobrar son los mismos que evadieron capitales
y deberían transparentarlos. Como quiera que sea, Cavallo deberá
mostrar resultados contundentes antes de que un blanqueo sea posible,
porque la advertencia de que a partir de ahora será muy difícil
evadir fue formulada demasiadas veces en el pasado.
Con este ministro los conceptos son, ya se sabe, siempre flexibles. Normalmente,
el blanqueo es criticado porque, en alguna medida, premia a los evasores.
Pero eso no importa ahora: Cavallo necesita recursos fiscales, pero también
dólares para contrapesar el rojo estructural de la cuenta corriente
del balance de pagos. Lo mismo vale para los impuestos distorsivos, el
más clásico de los cuales es el que gravará las transacciones
financieras. Y también para los aranceles de importación,
que el aperturista mediterráneo eleva sin vacilar. El pragmatismo
se impone.
Mucho arrojo hace falta también para decirle al mercado financiero
que el Tesoro argentino no piensa volver a tomar fondos mientras pretendan
cobrarle más que a México, que es investment grade y el
país latinoamericano mejor posicionado. La ecuación del
cordobés es simple: aplicando un impuesto que hace caja en tiempo
real, como es el que gravará desde la próxima semana las
cuentas corrientes, y con los desembolsos del blindaje por respaldo, el
fisco podrá prescindir (teóricamente) de los prestamistas.
A menor déficit fiscal, menos dependencia financiera. Obviamente,
alguien estará pagando este milagro, y no serán otros sino
quienes operan en cuentas a la vista bancarias, independientemente de
su propia penuria financiera.
Con ese futuro chorro de plata cayéndole en las manos, Cavallo
interpeló duramente a los banqueros, acusándolos de cobrarle
tasas ruinosas al Estado. Entonces, ¿existe el mercado o lo que
hay es una conspiración de usureros, que manipulan los tipos de
interés a su antojo? En este turno, a Economía no parecen
importarle los conceptos de fondo. Lo único seguro es que Cavallo
va a cambiar de opinión y de adjetivos todas las veces que haga
falta, en ésta como en cualquier otra cuestión. Que ayer
se mostrara enfurecido con los banqueros tras la licitación de
Letras del Tesoro no loconvierte en un implacable enemigo de la banca.
Habrá que ver qué queda en la malla cuando se decante esta
furia de los primeros días. Y sobre todo cuando se conozca, en
los detalles concretos, lo que hasta hoy es sólo esbozo.
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