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MEDIA SANCION DE DIPUTADOS CON UN SOLO RECORTE FUERTE A LA LEY
Super Mingo se salió con la suya

Fue rechazada la garantía de activos estatales para afianzar la deuda externa. Fue la única objeción importante al proyecto de Cavallo. La Cámara alta lo hará ley hoy. El ministro apoyó a los senadores del PJ contra �la judicialización de la política�.

La sesión fue interminable porque se discutió en el recinto, inciso por inciso de la ley.

Por David Cufré

Domingo Cavallo podrá modificar las leyes de patentes, entidades financieras, antimonopolio, de defensa del consumidor, de promoción para las pymes, de tarjetas de crédito y de concursos y quiebras, entre muchas otras. También estará legalmente habilitado a entregar al sector privado la recaudación de impuestos o incorporarlo como socio en ATC, Radio Nacional y Télam. Nada le impedirá comenzar a cobrar impuestos por la venta de diarios, revistas y libros, y eliminar cualquier otra exención impositiva. Y tendrá la potestad de producir una profunda reforma del Estado, con el cambio de la estructura ministerial incluida. Todo ello si la Cámara de Senadores ratifica hoy –como se supone– la media sanción al capítulo de los superpoderes de la ley de competitividad que dictó anoche la Cámara de Diputados. Desde su misma incorporación al Gobierno, el ministro de Economía es virtualmente la máxima autoridad política del país. Con la ley de competitividad, redactada y negociada directamente por él y sus operadores, añadirá a su poder político una suculenta dosis de poder legal para hacer y deshacer a su gusto en una cantidad abrumadora de cuestiones clave en el manejo del Estado.
El paso de la ley por la Cámara de Diputados terminó tal como había comenzado el último domingo: plagado de negociaciones interminables, debates acalorados y la división profunda de los distintos bloques, con el apoyo de legisladores justicialistas a su sanción, y la oposición de la mitad de la bancada del Frepaso y varios diputados del radicalismo. La última novedad fue que se incluyó la declaración de Emergencia Pública por el término de un año, prorrogable a dos. Esto fue para evitar que la ley pudiera ser cuestionada ante la Justicia y que fuera posible acusar a quienes la votaron de “infames traidores a la patria”. El bloque de senadores justicialista reclamó ayer por la tarde que la ley incluyera el paraguas protector de la declaración de Emergencia Pública. Armando Caro Figueroa negoció rápidamente con los jefes de la bancada oficialista en Diputados, quienes accedieron a realizar la incorporación.
El texto definitivo que salió de la Cámara baja difiere en numerosos aspectos sustanciales del que había enviado el Poder Ejecutivo. Por caso, se estipuló que la delegación de facultades excluye “la privatización total o parcial de empresas públicas, universidades, el Banco Nación y otras entidades financieras oficiales, la AFIP, entes reguladores de servicios públicos, la participación del Estado en entes y empresas binacionales, parques nacionales y el PAMI”. “También se excluye la modificación de la autarquía del Banco Central y de las universidades nacionales”, completa uno de los artículos votados.
Otros recortes a los superpoderes estuvieron dados en que se prohibió “toda derogación, modificación o suspensión de la ley de Convertibilidad, los Códigos Civil, de Minería y de Comercio, o en materia penal, tributaria, laboral del sector público y privado, de la salud, previsional, de las asignaciones familiares, la ley marco regulatoria del empleo público y el pago de la deuda previsional con bonos Bocon 3”. Todos estos puntos fueron incorporados como fruto de las negociaciones. Sin ellos, el oficialismo difícilmente hubiera conseguido pasar el resto de los superpoderes para el Poder Ejecutivo.
El único artículo agregado por el propio Cavallo al proyecto original que cosechó un apoyo casi unánime fue la facultad para cobrar impuestos a las ganancias de capital. El ministro podrá eliminar la exención del pago del impuesto a las Ganancias a las utilidades obtenidas por la compraventa de “acciones, títulos, bonos y demás títulos valores, cualquiera fuera el sujeto que las obtenga”. Si el ministro resuelve eliminar la exención, también quedarán alcanzados por el gravamen los empresarios que vendan sus compañías. Los legisladores del Frepaso fueron quienes más festejaron la incorporación de esa atribución, y las autoridades del bloque reclamaran a Cavallo que la utilice de inmediato. “Si se recaudan mil millones de pesospor ese impuesto, son mil millones de progresismo impositivo”, ejemplificó en diálogo con este diario el diputado Alejandro Peyrú. El establishment financiero ejerció durante años un fuerte lobby para quedar al margen de tributar Ganancias por las operaciones con acciones y bonos.
Indignados, en cambio, se manifestaron muchos legisladores –aunque fueron minoría– con la delegación de otros superpoderes. Los más polémicos resultaron los siguientes:
Reforma del Estado. Cavallo tendrá absoluta libertad para fusionar, eliminar o concesionar al sector privado entes autárquicos y reparticiones descentralizadas, y convertir a cualquier organismo –salvo los de la administración pública central, como los ministerios– en esas categorías. Con ello, podrá realizar cualquier modificación en las estructuras del Senasa, el INTA, el INTI, los institutos Malbrán, de la Semilla, del Agua, la Lotería Nacional, ATC, Télam y Radio Nacional, entre una larguísima lista de casi un centenar de organanismos. Asimismo, el Poder Ejecutivo podrá reformular la ley de ministerios.
Leyes. Otro punto conflictivo fueron las facultades que se le otorgaron al Poder Ejecutivo para modificar las leyes mencionadas al comienzo de este artículo, y de todas aquellas que “puedan afectar el desarrollo de la economía”.
Bienes del Estado como garantía de la deuda. El proyecto estipulaba que los activos públicos y la recaudación de impuestos se podía poner como respaldo del pago de la deuda. Fue el único que el oficialismo no logró aprobar (ver nota aparte, página 6).
Comisión bicameral. Se dispuso que una comisión bicameral controlará las medidas que tome Cavallo con los poderes que consiguió. Pero no la integrarán, como se preveía, los presidentes de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Presupuesto y Hacienda, sino que sus miembros serán elegidos en un futuro. Con ello, se excluyó a Elisa Carrió, titular de una de esas comisiones.

 

Claves

Diputados dio media sanción a la Ley de Competitividad.
La única amputación importante al proyecto de Cavallo fue no permitir utilizar los activos del Estado como garantía para el pago de la deuda externa.
Cavallo se reunió con los senadores del PJ. Negoció su rápido apoyo para hoy. Endulzó sus oídos hablando contra la judicialización de la política, una inequívoca alusión contra las ofensivas de Alvarez y de Carrió.
La Cámara alta se reunirá esta tarde. Todo indica que aprobará el proyecto sin modificaciones ni demoras.

 

En las bancas
Besen a Lamberto. El justicialista Oscar Lamberto finalizó su encendido discurso sobre los peligros que significaba la cesión de los activos públicos para garantizar créditos. Un cerrado aplauso apagó sus últimas palabras. Mientras sus colegas de bloque lo felicitaban, el santafesino recibió dos besos inesperados, el de la frepasista Alicia Castro y de la radical Elisa Carrió. Lamberto sonreía sonrojado.
Frágil Memoria. Alicia Castro argumentaba su rechazo al cuestionado inciso F. Al finalizar le pidió al Ejecutivo que “no compre voluntades” para aprobar esta norma. Esta frase le valió el repudio de radicales y hasta de la justicialista cordobesa Martha Alarcia. Pero ello no sorprendió tanto como los abucheos de Rodolfo Rodil. “¿Pero este tipo no se acuerda de que Chacho presentó una denuncia ante la Justicia sobre los sobornos y acusó directamente a los senadores de haber recibido coimas para aprobar la reforma laboral?”, se preguntaron en el entorno de Castro.
Un diputado, un voto. Esa parece haber sido la consigna de los miembros de la mesa de conducción del bloque radical, que no dudaron en hacer volver de Córdoba al diputado Miguel Abella, quien lució durante toda la sesión las muletas que utiliza para poder movilizarse, fruto del accidente que sufrió en una de sus piernas.
Peguen a Liendo. El único integrante del grupo que negoció las modificaciones al proyecto de ley que resistió la interminable sesión del martes por la madrugada fue Horacio Tomás Liendo. La paciencia de buda que demostró no evitó que los diputados del Frepaso, del radicalismo y del justicialismo que se oponían a la norma la emprendieran contra él. Le recordaron su paso por la dictadura militar en más de una oportunidad, le advirtieron las consecuencias que tendría la ley sobre los sectores marginados de la población y hasta su responsabilidad en la redacción de la Ley de Convertibilidad. Pero el hombre serio, nada, ni una mueca. Se mantuvo quieto y no respondió uno solo de los ataques. “No le entran balas a este tipo”, confesó un diputado justicialista.

 

Cavallo también tiene un blanqueo para senadores

Por Felipe Yapur

Llegó como una tromba al bloque de los senadores justicialistas, rodeado de colaboradores y custodios. Los legisladores opositores querían reducir de un año a seis meses la duración de la cesión de poderes especiales. Domingo Cavallo se opuso tenazmente, pero no perdió los estribos. Les recordó el apoyo que ya tiene de los gobernadores. Antes de irse, endulzó los oídos de los senadores sospechados de haber recibido sobornos cuestionando la “judicialización de la política”. Amor con amor se paga: es poco probable que la Cámara alta modifique hoy una coma del proyecto de Diputados.
Los peronistas promovieron la reunión, lo llamaron telefónicamente cerca de las 14. “A las cinco estoy por ahí”, respondió el ministro. No se le movió un músculo de su cara cuando los senadores le anticiparon la intención de reducir el tiempo que durarían los poderes especiales. “Mingo, no podemos concederte un año porque en seis meses nos vamos”, le dijo el titular del bloque, José Luis Gioja. Cavallo arremetió con un argumento fuerte: “La gente necesita confianza; los mercados, también. Además, para salir de un proceso de depresión como el que vive la Argentina es preciso dar una fuerte imagen de seguridad. Y no se puede decir que en seis meses saldremos. Para implementar mi plan necesito un año. ¿Entienden?”, les respondió. No quería un segundo límite a su exigencia de plenos poderes, luego de que Diputados retirara el inciso que permitía al Gobierno hacer uso de los activos públicos para garantizar el pago de la deuda externa (ver nota aparte).
Apurado, necesitado de apoyo, el ministro de Economía optó por olvidar aquellos días en que pedía la renuncia de los senadores sospechados de haber recibido sobornos para aprobar la polémica reforma laboral. Sin decir agua va, se “solidarizó” con los legisladores que enfrentan la causa judicial por sobornos, uno de cuyos principales denunciantes fue el ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez. El senador salteño Emilio Cantarero estaba ayer en la reunión. Debe haberse sentido reconfortado.
El conflicto se destrabó, lo que dio lugar a una conferencia de prensa express en el Salón de Lectura: “Hay que desjudicializar la política”, propuso Cavallo mientras los senadores del PJ sonreían, pensando en Chacho y en Carrió. Poco después un integrante del bloque opositor reconoció que, en todo caso, “podríamos darle seis meses con posibilidad de renovarle seis meses más”.
No conforme, el ministro volvió a la carga y se comprometió verbalmente a respetar los fondos que reciben las provincias y no tocarles un peso: “Es un acuerdo que tengo con sus gobernadores y voy a respetarlo”, señaló. Senadores presentes aseguraron que no hubo necesidad de más palabras. Los justicialistas aceptaron la promesa verbal.
Eso sí, tenían otra “preocupación”. Ni bien comenzaron a detallarla, el ministro –rápido de reflejos– los interrumpió para garantizarles que no habrá reducción de salarios ni despidos de empleados estatales.
El presidente del bloque, Augusto Alasino, le expresó que para aprobar la ley de superpoderes era necesario antes declarar la emergencia pública: “Así evitamos que se concrete la amenaza de la Carrió de denunciarnos por infames traidores a la patria”, le indicó el legislador entrerriano quien desde el mismo momento que la diputada chaqueña advirtió en el delito que se estaba incurriendo –ceder la plenitud de los poderes al Ejecutivo sin que medie una emergencia– comenzó a trabajar para que se incorpore esa aclaración en el proyecto que debatían los diputados. Cavallo no perdió tiempo, llamó por teléfono a su más estrecho colaborador, el vicejefe de Gabinete, Armando Caro Figueroa, reclámandole “simplemente las medidas necesarias para cubrir este bache jurídico”. Caro hizo la diligencia y los diputados agregaron esa aclaración en la norma debatida. Todo indica que los senadores están prestos a votar esta tarde la ley que llegará de Diputados. Tan es así que Gioja ya reservó un par de plateas para presenciar el partido entre Argentina y Venezuela.

 


 

CARRIO CONTRA LA GARANTIA CON ACTIVOS PUBLICOS
“Es el negocio más grande de la ley”

Por F. Y.

Cuatro de la mañana de ayer. Era el turno del inciso F del proyecto de ley de Domingo Cavallo. Sólo dos líneas tenía el pequeño apartado, pero inmenso en sus consecuencias: garantizar operaciones de crédito público mediante la afectación de activos públicos. Desde su banca, Elisa Carrió bramó: “Este es el gran negocio de esta ley”.
Comenzaba así el momento más tenso de la sesión: “El Ejecutivo podrá disponer sin límite de recursos de recaudación del Estado y de la garantía de activos públicos. Esto significa renunciar definitivamente a cualquier potestad legislativa, ya no de hoy sino del mañana, en la Argentina”.
Las risas que brotaron minutos antes cuando Carrió anunció su renuncia al bloque de la Alianza se disolvieron. “Estamos frente a la mayor concesión jamás dada por un Poder Legislativo al Poder Ejecutivo de turno, con consecuencias para las futuras generaciones del país” denunció Lilita y agregó: “El jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, fue por mucho tiempo presidente de Macrovalores; ha manejado papeles de la deuda. En su oportunidad demostraré, con la correspondiente documentación, de qué manera hay triangulación entre el Banco Macro, el Federal Bank y Macrovalores” dijo la chaqueña. Mientras, Jesús Rodríguez salía como eyectado de su banca y con una seña convocaba al presidente de la cámara, Rafael Pascual, a una inmediata reunión.
“El señor (Horacio Tomás) Liendo, que es asesor directo del ministro Cavallo y está presente en este recinto, era director del Mercobank, que acaba de caer en enero. Por eso no asume cargos públicos. Quiero aclarar que el Mercobank es, en realidad, la reestructuración del BCP, cuyos integrantes terminaron procesados por asociación ilícita. Pero hay más: el BCP absorbió al Banco Baires, uno de los tres bancos que compraron el oro monetario y que está implicado en el contrabando de oro que hoy Estados Unidos investiga por lavado de dinero. Otra persona que puede asesorar en la materia es el señor De Santibañes, de una larga experiencia financiera. En estas condiciones no puede haber un cheque de confianza política a personas con tan honda vinculación con el sistema financiero” dijo la legisladora.
El justicialista Oscar Lamberto tomó la palabra. Golpeando con los puños sobre el escritorio propuso, en tono vibrante, la eliminación lisa y llana del inciso y decía: “Muchos de los que acá están han estado en cana, han vivido los procesos militares, le dijeron no a la prepotencia, ¿cómo carajo vamos a decir que sí a los banqueros, cómo carajo nos vamos a poner de rodillas?”.
Tras varios cabildeos, reapareció Rodríguez con un papel en la mano. Se lo pasó a Baglini, quien terminaba una encendida defensa del inciso advirtiendo a los legisladores: “¿Queremos vivir el default que vivió Ecuador?”. Sin solución de continuidad, Jesús Rodríguez planteó la eliminación del artículo y la incorporación de otro que planteaba otorgarle fuerza de ley al decreto de necesidad y urgencia que puso en marcha el Plan de Infraestructura, y que contaba con media sanción de la Cámara baja. Así se votó. Así, la Alianza logró aquietar los ánimos levantiscos del PJ que había amenazado con abandonar el recinto.

 

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