Por Lola Galán*
Desde
Roma
El actor y director de cine
Roberto Benigni, ganador de tres Oscar por su película La Vita
è Bella (La vida es bella), el escritor Antonio Tabucchi y la Premio
Nobel de Medicina Rita Levi Montalcini se movilizaron el lunes contra
el "peligro" de Silvio Berlusconi, firmando un llamamiento que
pide el voto para la centroizquierda. La lista de adhesiones supera el
millar y agrupa a un nutrido grupo de intelectuales de izquierdas, entre
los que figuran Paolo Flores D'Arcais y Vincenzo Consolo. El llamamiento
fue redactado y hecho público en febrero pasado por un grupo de
personalidades, entre ellas el filósofo Norberto Bobbio, que a
los 91 años de edad se ha convertido en una especie de patriarca
intelectual de la izquierda italiana, el jurista Alessandro Galante Garrone
y el economista Paolo Sylos Labini.
Los promotores de la iniciativa consideran que un eventual triunfo en
las elecciones del 13 de mayo de la Casa de las Libertades (la coalición
que lidera Berlusconi) implicaría una amenaza para la democracia
italiana. Tesis que provocó la reacción furibunda de algunos
analistas políticos, caso de Angelo Panebianco, para quien lo que
está en juego el 13 de mayo no es la democracia, sino una mera
alternancia en el poder. La Casa de las Libertades, que agrupa bajo el
mismo "techo" político a la ex secesionista Liga Norte,
al partido ex fascista Alianza Nacional y a Forza Italia, creado por Berlusconi
en 1993, suscita la desconfianza de dos de los periodistas más
famosos de Italia: Indro Montanelli y Enzo Biagi. Montanelli, de 90 años
de edad, que no puede ser tildado de izquierdista, ya que, como Biagi,
simpatizó en su juventud con el fascismo y se ha distinguido después
por mantener posiciones independientes, ha hecho pública su intención
de votar por el Olivo, porque, a su juicio, Berlusconi "da miedo".
Montanelli, director durante décadas de Il Giornale, el diario
de Berlusconi, ahora propiedad del hermano del empresario, recuerda que
tuvo que abandonar su cargo cuando el líder de la Casa de las Libertades
decidió entrar en política, en 1993. "Pretendía
que el periódico defendiera su campaña política.
Pero yo me negué, por eso me tuve que ir", dijo el anciano
periodista en un programa de la RAI, la pasada semana. La versión
de Montanelli, contrastada por Berlusconi ("en realidad, preparaba
otro diario a mis espaldas", ha dicho el magnate de la televisión),
y su dura descalificación del líder de la centroderecha
han provocado una reacción inesperada en sectores afines al Polo.
La prensa italiana denunciaba el martes las "amenazas" anónimas
que ha recibido el veterano periodista.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.
El Olivo todavía no
se marchitó
Las encuestas parecían decirles a los italianos de centroizquierda
que no valía la pena ir a votar el 13 de mayo en las elecciones
generales, porque la ventaja del megamagnate de los medios Silvio
Berlusconi era tan grande que alcanzarlo era un esfuerzo perdido.
Desde el domingo, el horizonte ya no se traza con la misma nitidez
ni siquiera para las propias empresas de sondeos. El prestigioso
diario La Stampa de Turín reveló que sólo cuatro
puntos separan en las preferencias de voto a la Casa de las Libertades
de Berlusconi (que supera el 36 por ciento) del Olivo, la coalición
de centroizquierda que eligió como candidato al ex alcalde
de Roma Francesco Rutelli (con un 34). Como siempre, y como siempre
en Italia, los indecisos varían en sus números, y
en sus votos está el resultado de la elección. El
mismo sondeo reveló que un 41 por ciento de los votantes
decidirá, o cambiará, su voto según las informaciones
que progresivamente reciba de la televisión. Es por ello
que ninguna batalla tiene tanto sentido como la que libró
(y ganó) la izquierda por los espacios televisivos en la
televisión pública RAI, de los que la derecha buscaba
una destierro total de la política. Las campañas quedaron
fuera, pero sólo de los talk-shows y programas satíricos.
Y el mismo Berlusconi puso fin ayer a un boicot de 15 días,
y volvió a las pantallas.
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EX
DIARIO DEL PC, FUNDADO POR ANTONIO GRAMSCI
LUnità resurgió de
sus cenizas
Por L. G. *
Desde
Roma
El diario LUnità,
la biblia de los comunistas italianos desde su fundación,
por Antonio Gramsci, regresa hoy a los quioscos. Un acuerdo alcanzado
e n enero pasado entre los viejos propietarios y el grupo Nuova Iniziativa
Editoriale, que pagó 13 millones de dólares por la famosa
marca, ha permitido que LUnità, antiguo órgano de
prensa del PCI, salga nuevamente a la calle, tras el cierre de julio de
2000. Es todo un acontecimiento que el diario regrese a los quioscos
en un momento crucial de la campaña electoral, declaró
el secretario general de los Demócratas de Izquierda, herederos
lejanos del Partido Comunista Italiano. Veltroni subrayó que el
periódico no reflejará las posiciones del partido, pero
tendrá en cuenta, obviamente, la defensa de la ideología
de izquierdas en un sentido amplio. Pese a la modesta tirada con la que
el periódico comenzará su nueva época 50.000
ejemplares, Veltroni se mostró convencido el pasado lunes,
al dar a conocer la noticia de este regreso, de que su contribución
a la victoria del centroizquierda será crucial.
Desde el cierre del diario, en julio de 2000, los trabajadores de LUnità
han desarrollado una larga batalla por la supervivencia, con manifestaciones
ante la sede del partido de los Demócratas de Izquierda, sentadas,
y la colaboración de numerosas personalidades de la izquierda tradicional.
Al final, los esfuerzos se han visto coronados por el éxito, pero
el precio a pagar ha sido alto. Sólo volverán a sus puestos
44 redactores a las órdenes del director, Furio Colombo, y 35 tipógrafos;
otros 120 empleados del rotativo recibirán la liquidación.
La crisis del diario, inicialmente propiedad de los Demócratas
de Izquierda, era imparable desde los años 80, cuando el
periódico empezó a perder el favor de los lectores. La caída
de las ventas obligó a continuos recortes en la tirada. Tanto Veltroni
como el ex primer ministro Massimo DAlema dirigieron el rotativo
en tiempos de crisis. Ni siquiera la venta parcial de la propiedad a un
empresario privado logró frenar la caída de LUnità.
Finalmente, en julio de 2000, se optó por el cierre. Pero el diario
de Gramsci ha demostrado tener la capacidad de sobrevivir.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.
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