En el marco del boom musical cubano que invadió el mundo durante
los últimos años, la legendaria agrupación Van Van
tiene film propio. Van Van. Empezó la fiesta, dirigido por la realizadora
argentina Liliana Mazzure y producido por Arca Difusión y el Instituto
Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica (ICAIC), es un precioso
testimonio de 80 minutos sobre el explosivo poder de la música
del grupo, clave en la historia de su género la timba
cubana. El documental se estrenó en el Festival Internacional de
Mar del Plata, en una función gratuita, se pasó la semana
pasada en el ciclo de cine arte El independiente, que auspicia Página/12,
y en mayo arribará al circuito comercial de Buenos Aires.
Van Van. Empezó la fiesta narra quince historias diferentes, correspondientes
a cada uno de los integrantes de una banda que lleva treinta y un años
representando la cultura popular de la isla. En el film circulan opiniones
y anécdotas de viejos integrantes del grupo (como el ex percusionista
Changuito Quintana), la intimidad de los ensayos y una reconstrucción
histórica basada en archivos de los 70. Una de las perlas del film
costado es que refleja la controversia que generó la presentación
del grupo en Miami en octubre de 1999, cuando fue hostilizado por sectores
anticastristas. Los más recalcitrantes intentaron boicotear el
show de Van Van, que finalmente pudieron tocar y fueron ovacionados por
otros cubanos residentes en Miami. En una entrevista con Página/12,
Jorge Devoto productor del film y del grupo para Sudamérica
y la directora Mazzure cuentan sus impresiones respecto del proyecto terminado.
¿Cómo surgió la iniciativa de hacer el documental?
Liliana Mazzure: Elegimos a este grupo porque es un fenómeno
muy representativo de Cuba, del estado de las cosas en Cuba. Estando en
Miami, cuando el episodio que está reflejado ampliamente en el
film, ante el tenor de la controversia nos convencimos. Dijimos: Acá
hay una película.
Jorge Devoto: Generalizando, el mundo tiene de la música
popular cubana una visión muy sesgada: importan Silvio, Pablo,
algunos exquisitos del jazz y los viejitos de Buena Vista Social Club.
A nosotros nos pareció una buena idea hacer conocer la que es la
orquesta más popular de Cuba.
La película parece afirmar que la tradición cultural
a la que pertenece el grupo trasciende las discusiones políticas...
L.M.: Sí, vos fijate que el grupo tiene algo que puede traducirse
como folklórico. El disco se agotó en Miami porque muchos
que no fueron al recital lo compraron. El grupo forma parte de la identidad
de los cubanos. Lo que estaba sucediendo aquel día en el Miami
Arena era algo que les pertenecía a todos profundamente, pero reaccionaban
de distinta manera. La diferencia es que los de afuera lo resolvían
con odio y resentimiento, en tanto los que lograron entrar y vencer esa
barrera del enfrentamiento político que tienen lloraban de la emoción.
Y bailaban.
¿Con qué se identificarían viendo el film un
cubano que vive en la isla y uno que vive en Miami?
L.M.: En el caso de Miami, no sé porque aún no la
exhibieron. En La Habana, yo creo que ellos agradecen cómo nosotros
pudimos reflejar la alegría. Si bien tienen muchas dificultades,
las pudieron resolver con alegría. Por ejemplo, a ellos la imagen
de Cuba que transmite Buena Vista Social Club no los termina de convencer,
porque no está reflejada la problemática de todos los días,
con la que, en cambio, trabajan los Van Van.
J.D.: En la sala de La Habana donde se proyectó pudimos apreciar
mejor la alegría que olfateábamos. Los músicos cubanos
tienen la característica de ser bastante sarcásticos con
sus penurias. Se ríen de ellos mismos. Eso tiene que ver con el
encanto que tiene ese país. Sus habitantes bailan y disfrutan a
pesar de los problemas. En el caso de Miami, los sectores reaccionarios
pretenden señalar que esto es un panfleto a favor de Cuba, de la
Revolución y del comunismo.
¿Buscaron contar algo en la película más allá
de la historia de Van Van?
L.M.: Hay una imagen preconcebida de Cuba y tengo la sensación,
una vez terminada la película, de que Cuba está más
enganchada con la problemática de Latinoamérica de lo que
los argentinos creemos. Van Van encontró la manera de sobrevivir
y de generar un espacio de felicidad. Encontraron las herramientas. En
Latinoamérica nos falta encontrar eso.
J.D.: A pesar de los problemas, que también son los problemas
de la gente del Gran Buenos Aires o de cualquier provincia argentina,
aprovechan ese espacio. La música como un corralito donde se puede
soltar la alegría. Los Van Van también, pese al bloqueo,
hacen una contribución espectacular a la causa cubana. La primera
idea que tuvimos al proponernos la película fue contar esto, que
hay una Cuba que baila, que disfruta, a pesar de todo.
Festivales
l margen de su estreno comercial en la Argentina, al film de Los
Van Van le espera una amplia recorrida por el circuito de los festivales
internacionales. El periplo comienza en abril, con una participación
en el Festival Latino de Chicago, Luego del estreno local, en mayo,
irá como como invitada el Festival de Tenerife. En junio,
la fiesta de los Van Van se dará en el marco del Festival
de Acapulco. Durante el mes siguiente se pasará en la prestigiosa
muestra de cine latino del Lincoln Center de Nueva York. El itinerario
continuará en agosto, con el Festival de Los Angeles y en
septiembre, con el de Oslo. En octubre será la hora del Festival
de Copenhague. Según el productor, también están
avanzadas las negociaciones para su inclusión en el Festival
de Sidney.
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