Por David Cufré
Pagar una entrada para ir a
ver a la selección puede resultar más caro si Domingo Cavallo
utiliza su facultad para eliminar exenciones impositivas. También
podría subir la tarifa por viajar en taxi o los alquileres. En
nuevas rutas podrían instalarse casillas de peaje o los laboratorios
extranjeros estar obligados a producir localmente los medicamentos que
pretendan importar. Los superpoderes que ostentará el ministro
de Economía cuando el Senado termine de sancionar la ley de competitividad
algo que estaba por ocurrir esta madrugada son abrumadores.
Igualmente, el Congreso coartó la libertad de accion del superministro
en numerosas cuestiones clave. Las más importantes son la imposibilidad
de modificar la ley de Convertibilidad, bajar salarios, reformar las leyes
laborales y previsionales, privatizar el Banco Nación y disponer
activos del Estado como garantía del pago de la deuda externa.
Con todo, Cavallo festeja por cómo quedará la ley una vez
que salte la valla del Congreso. Las respuestas a las preguntas que siguen
ilustran los (escasos) límites a los superpoderes del ministro
de Economía.
1 ¿El Gobierno puede aumentar impuestos?
No, si se trata de alícuotas generales. Por ejemplo, llevar
la tasa máxima del IVA del 21 al 22 por ciento o la de Ganancias
del 35 al 40. Pero sí está autorizado a aumentar las tasas
diferenciales. La televisión por cable paga actualmente el 13 por
ciento de IVA. Domingo Cavallo quedó facultado a llevar la alícuota
al límite de 21 por ciento. Lo mismo con el resto de las tasas
de todos los impuestos nacionales que se encuentren por debajo del techo.
2 ¿Puede bajar impuestos?
Sí, durante seis meses o un año, según el plazo
que aprobara finalmente el Senado para los poderes especiales.
3 ¿Y crear impuestos? No. Pero sí podrá suprimir
exenciones, salvo las que rigen para los productos de la canasta familiar.
Actividades que actualmente no pagan IVA o Ganancias podrían ser
gravadas. Existe una larga lista de exenciones. En lo referente al IVA,
con los superpoderes Cavallo podrá comenzar a aplicarlo a la educación,
los alquileres, las entradas para partidos de fútbol, el cine,
el teatro y demás espectáculos, la venta de diarios, revistas
y libros, el taxi, los remises y el transporte público. En cuanto
a Ganancias, están exentos los clubes de fútbol, los sueldos
de jueces y diplomáticos, las utilidades de fundaciones y universidades
privadas, los intereses que devengan los depósitos en caja de ahorro
y plazo fijo, derechos de autor, las ganancias por la tenencia de títulos
y acciones, las donaciones y las herencias.
4 ¿Se gravará la renta financiera?
El Gobierno puede empezar a cobrar el impuesto a las Ganancias por
las utilidades obtenidas por la compraventa de acciones y bonos. También
a los empresarios que vendan sus compañías. El establishment
financiero no querrá que Cavallo utilice esa facultad.
5 ¿Puede aumentar peajes?
Sí, puede crear cualquier tipo de tasas y subir los peajes
para nuevas obras.
6 ¿Puede bajar sueldos y jubilaciones?
No. El Congreso rechazó el pedido de facultades extraordinarias
para nuevas reformas en materia laboral y previsional.
7 ¿Qué leyes podrá modificar?
Todas las que a su juicio perjudiquen la competitividad de
la economía, excepto las de Convertibilidad, los códigos
Civil, de Minería y de Comercio, o en materia penal, tributaria,
laboral, previsional, salud, de las asignaciones familiares y del empleo
público. Algunos ejemplos de las leyes que podrá cambiar
el Poder Ejecutivo son los siguientes: patentes, entidades financieras,
antimonopolio, defensa del consumidor, promoción para las pymes,
tarjetas de crédito y concursos y quiebras.
8 ¿Habrá despidos de empleados públicos?
La ley autoriza a eliminar o fusionar reparticiones, con lo cual
es posible que haya despidos. Además, el Gobierno podrá
modificar la Ley de Ministerios. El propósito de ambas medidas
es achicar la estructura de la administración pública. Seguramente
desaparecerán organismos y se cerrarán secretarías
o subsecretarías. Personal de planta transitoria podría
quedar en la calle.
9 ¿Qué organismos podrían desaparecer?
Fue uno de los puntos más controvertidos durante el debate
de la ley. Legisladores de todos los bloques pidieron precisiones sobre
los planes de Cavallo, que nunca llegaron. La redacción de los
artículos referidos a la reforma del Estado es ambigua y otorga
facultades amplísimas. Tal como fueron aprobados, el Gobierno tiene
la potestad de eliminar o fusionar todos los entes autárquicos
y descentralizados, que suman más de cien. Algunos de ellos son
el INTI, el INTA, los Institutos Malbrán, de la Semilla, el Agua,
la Lotería Nacional, la AFIP (DGI más Aduana), ATC, Télam,
Radio Nacional, el Conicet y el Senasa. También podría convertirlos
en empresas y entregar su explotación al sector privado.
10 ¿Cambiarán las condiciones de trabajo para los empleados
públicos?
El Congreso prohibió tocar el estatuto laboral de los agentes
del Estado. También rechazó la derogación de los
convenios que rigen en los entes autárquicos y descentralizadas,
los cuales emplean a 55 mil personas. Sin embargo, autorizó que
organismos de la administración central puedan ser convertidos
en entes autárquicos. Si eso ocurre, para los trabajadores que
presten servicios en los organismos convertidos cambiará
el régimen laboral. Después de dos años, deberán
negociar un nuevo convenio y en caso de no llegar a acuerdo, arbitrará
el Ministerio de Trabajo.
11 ¿Se privatizará el Banco Nación?
No. Los legisladores incluyeron un artículo que prohíbe
la privatización total o parcial del Banco Nación, otras
entidades financieras oficiales, empresas públicas, universidades,
la AFIP y el PAMI.
12 ¿Se podrá concesionar la recaudación de impuestos?
Sí. El Gobierno podría encargar a una empresa privada
que se encargue de la cobranza de impuestos.
13 ¿El pago de la deuda está garantizado por bienes del
Estado?
No. El Congreso eliminó el artículo que permitía
respaldar el pago de la deuda con bienes públicos y la recaudación
de impuestos.
LAS
EMPRESAS PUBLICAS, PALO Y A LA BOLSA
Una vueltita para privatizar
Por
Cledis Candelaresi
La reforma del
Estado que Domingo Cavallo se apresta a diseñar tendrá dos
claves. Una: prevé crear nuevas empresas públicas, aunque
con el propósito de venderlas luego, en lo posible en la Bolsa.
Otra: busca facilitar el despido de personal pero, al mismo tiempo, su
contratación bajo modalidades más flexibles.
Hasta anoche el ministro de Economía no tenía designada
la persona que se ocupará, específicamente, de encarar esa
transformación ni definidas las metas cuantitativas para achicar
el plantel ni los organigramas públicos, reducción que sí
está dispuesto a hacer, aunque por un camino distinto al probado
hasta ahora.
Es peligroso idolatrar metas de retiro de personal, rebajas de sueldos
o eliminación de ñoquis en el organigrama. Desde 1989, el
sector público argentino está en constante racionalización
y los retiros voluntarios son cada vez más generosos. El saldo
final es que son más los empleados que entran por la ventana, que
los que salen por la puerta del retiro voluntario, asegura en un
reciente trabajo el cavallista Osvaldo Giordano, por ahora recluido en
la Fundación Novum Milenium.
Una de las reglas básicas de la inminente reforma administrativa
será que el Estado se concentre y fortalezca en algunas funciones
consideradas decisivas, y que el resto sean eliminadas o delegadas a la
actividad de los particulares. El afán de fundir reparticiones
que tienen funciones semejantes no es novedoso para el gobierno aliancista.
Pocos meses atrás el propio jefe de Gabinete, Chrystian Colombo,
amenazó con cerrar todos los viernes algún organismo público
que juzgara innecesario.
Pero la carta fuerte para rediseñar el Estado será la transformación
de organismos o funciones de la administración central en tantas
sociedades por acciones como sea factible o conveniente. Esto no excluye
la posibilidad de crear empresas totalmente nuevas: el ministro estaría
soñando con una que se dedique a la transmisión de TV digital,
por ejemplo. Luego, esas firmas públicas serán transferidas
total o parcialmente a manos privadas, incluyendo su oferta en Bolsa,
lo que permitiría al Tesoro recaudar fondos y estimular el mercado
doméstico de capitales.
El modelo inspirador será la privatización de la ex empresa
estatal de energía Segba, que durante su anterior gestión
Cavallo desmembró para vender o concesionar en forma independiente.
La tercerización del cobro de impuestos a través de una
de las sociedades en que será dividida la AFIP quizás sea
otro caso testigo, pero de esta nueva etapa.
El otro gran capítulo de la reforma será la transformación
de los regímenes de empleo público, fundamentalmente para
facilitar los despidos e instrumentar un sistema de premios y castigos.
No porque haya prevista una razzia inmediata y con número cantado
sino porque la intención es poder expulsar a los funcionarios considerados
ineficientes, sin tener que apelar a la Justicia o a retiros
voluntarios. La AFIP y la Anses ya tienen regímenes más
laxos que los que amparan a otros agentes públicos, y la idea es
extender esos convenios al resto de los estatales, quienes en mediano
plazo perderán estabilidad y serán funcionalmente móviles.
Pero el proyecto apunta también a contratar nuevos empleados en
condiciones diferentes. En esta categoría estarían los futuros
gerentes públicos, que no tendrían estabilidad
y serían juzgados en base a su productividad. La máxima
penalización será su despido. Antes, él y sus subordinados
podrían ser privados de eventuales estímulos salariales.
Tras
el perdón, el Senado fue sólo un parlamento
Luego de que Cavallo amnistiara políticamente a los senadores,
laCámara alta se aprestaba esta madrugada a convertir en ley los
superpoderes siguiendo un criterio: todos hablarían, pero no se
modificaría el texto.
Sobre
69 senadores, se anotaron en la lista de oradores nada menos que
45.
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|
Por
Felipe Yapur
En el Senado de
la Nación no había ánimo ni intención de sorprender.
Salvo una catástrofe, política o natural, al cierre de esta
edición los senadores se aprestaban a aprobar sin modificaciones
el texto de la ley que le otorga poderes especiales al superministro Domingo
Cavallo y que cuenta ya con media sanción de Diputados.
Largos, monocordes y tediosos discursos para decir prácticamente
lo mismo (que aprobarían la ley) fue el denominador común
de las primeras horas de sesión. Tal como se había acordado
en las reuniones de bloque, cada senador dejaba sentada su posición,
e incluso las diferencias, pero nada de ello implicaba modificaciones.
El jefe del bloque radical, Jorge Agúndez, se encargó de
ratificar el acuerdo: Es probable que se produzcan algunas disidencias
pero sólo se incorporarán en la versión taquigráfica.
Los justicialistas, conducidos por el sanjuanino José Luis Gioja,
dejaron trascender en un momento la posibilidad de que se insista en modificar
el plazo de los poderes especiales. Eso provocó el encuentro con
Domingo Cavallo durante la tarde del martes. La norma que tiene media
sanción de Diputados prevé un año de plazo. El justicialismo
decía anoche que el plazo debía ser de seis meses porque
se les vencía el mandato, pero el acortamiento era poco probable.
Según los radicales, solo se trataba de una finta para disimular
que todo está acordado.
La sesión comenzó a las 15.40 con 45 senadores anotados
para hablar. Sin duda, fue una extraña sucesión de discursos
porque el elegido como informante por el radicalismo, el cordobés
Luis Molinari Romero, parecía que hablaba en nombre de un pequeño
bloque opositor. En cambio el senador que lo hizo por el PJ, Eduardo Menem,
habló como un representante del oficialismo.
Molinari Romero leyó su discurso a pesar de que lo prohíbe
el reglamento de la Cámara. Se preocupó más en cuestionar
las amenazas de una posible denuncia penal por infames traidores a la
patria que lanzó el martes la también radical Elisa Carrió
contra los legisladores que votaron la cesión de poderes especiales
al ministro Cavallo, que en fundamentar el apoyo a la norma que llegó
de Diputados. No necesito de las amenazas de nadie para saber que
lo que venimos a votar no es más que el uso de las atribuciones
del Congreso, bramó sin sacar su vista de las páginas
que tenía en su pupitre. Hoy, por la realidad institucional
que vivimos y fruto de la reforma constitucional de 1994, podemos conceder
las facultades en el marco del artículo 76 y que para nada significa
que les estamos entregando la suma del poder público, justificó
mientras los rostros de sus colegas ya mostraban signos de aburrimiento.
Esta sanción no implica cerrar el Congreso, como se dijo
irresponsablemente, porque tendremos una gran tarea de control y con esta
sanción el parlamento ratifica su perfil de un órgano legislativo
moderno y ágil, concluyó el radical, acompañado
de raquíticos aplausos.
Leopoldo Moreau le otorgó un sesgo opositor a su discurso al recordar
a Cavallo. Desfinanció el sistema previsional por la rebaja
de aportes y la privatización del sistema y nos endeudó
en diez mil millones al año para cubrir ese déficit,
dijo. Pero votaría a favor.
Menem, antes de desplegar sus conocimientos de derecho constitucional,
realizó una confesión: Esta sanción no tiene
nada de novedosa: no vamos hoy a perder la virginidad en materia de delegación
de facultades; la venimos perdiendo hace mucho tiempo. A renglón
seguido, la emprendió sin nombrarla contra Carrió: Hay
que ser exagerado, y amenazar con tono melodramático me parece
grotesco, dijo, pero por si acaso se apoyó una cita del constitucionalista
Juan Segovia, que justifica la posición del cuerpo porque dice
que el artículo 29, el que habla de traición a la patria,
es inaplicable ya que no estamos cediendo facultades extraordinarias.
Lo que hacemos es ceder nuestras facultades que son ordinarias,
dijo el senador.
En los pasillos, la actividad no era tan febril como la que se vivió
durante los días anteriores en Diputados. Pocos operadores, más
el titular del gremio legislativo, Jorge Sablish, quien se mostró
conforme porque se morigeró la ley original.
En cuanto a los votos negativos, todo indicaba que, salvo algún
voto imprevistamente opositor, como el del oficialista Alcides López,
el no provendría del bloque 17 de octubre, que integran
Antonio Cafiero, Jorge Villaverde, Daniel Varizat y Héctor Maya.
Sin embargo, a la medianoche la situación no era tan clara. Los
bonaerenses habían recibido fuertes presiones del gobernador Carlos
Ruckauf para que apoyaran la norma. Los otros dos se mantenían
en su tesitura. Con humor, Maya ironizó así su rechazo:
Cavallo conducción, lo demás es traición.
EN
LAS BANCAS
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El neocavallista. Si bien los discursos de varios justicialistas
elogiaban la capacidad de gestión de Cavallo, a todos sorprendió
el cambio de pensamiento del radical formoseño Alberto Maglietti,
quien realizó una encendida defensa de las cualidades del nuevo
ministro. Dijo que Cavallo será capaz de cumplir con
el programa de la Alianza y se permitió criticar a los
ex ministros radicales. De José Luis Machinea dijo que había
sido incapaz de combatir la evasión. De Ricardo
López Murphy, que fue apenas fue un soplido que pasó
y se fue.
Subversivos. El senador justicialista escuchaba con atención
los discursos del radical Ricardo Molinari Romero y del peronista
Eduardo Menem. Cuando terminaron, el legislador, representante de
una provincia del norte, se levantó de la banca y se dirigió
hacia la puerta visiblemente molesto. Un colega lo tomó de
la manga del saco y le preguntó lo que le pasaba: Es
impresionante. Se han subvertido los roles. Los radicales parecen
opositores y nosotros, con el discurso de Eduardo, parecemos oficialistas.
Adiós al partido. Hasta el martes por la noche todo
hacía prever que la sesión tendría un trámite
veloz. Prometía ser tan rápido que varios senadores
justicialistas habían ordenado a sus colaboradores que les
consiguieran entradas para el partido entre la Argentina y Venezuela.
Pero cuando comenzó el debate y luego de que se anotaran 45
legisladores para hablar antes de votar en general la ley, desilusionados,
los peronistas José Luis Gioja, Eduardo Menem y Ramón
Ortega dieron la contraorden. Se tendrían conformar con ver
los goles en la televisión.
Coincidencia riojana. Raúl Galván y Jorge Yoma
son los únicos senadores de las bancadas mayoritarias que rechazan
la posibilidad de ceder poderes especiales a Cavallo. Ambos anunciaron
de diferentes maneras su oposición a la norma. El primero amenazó
hasta con renunciar al bloque si lo obligaban por disciplina partidaria
a apoyar los super poderes, pero al final decidió volverse
a su provincia. El segundo envió una nota al presidente de
la Cámara solicitándole que le remita el texto de la
ley a la comisión que preside, la de Asuntos Constitucionales.
Como le rechazaron el pedido, prefirió quedarse en La Rioja
apuntalando su campaña electoral.
¿Y dónde está Liendo? Las agitadas negociaciones
primero, y las extensas sesiones después, convirtieron al principal
asesor del ministro Cavallo, Horacio Liendo, en una cara habitual
en los despachos del Congreso. Pero ayer, cuando comenzó el
debate en Senadores, Liendo no apareció. No estaba en el Salón
Rosado, lindante con el recinto, ni las bandejas. Un senador de la
oposición prefirió la ironía para justificar
la ausencia: Cavallo negoció la impunidad con el PJ,
así que no necesita un custodio. |
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