Por Eduardo Tagliaferro

“Me parece que el ministro Domingo Cavallo se confundió y pensó que era el juez Gabriel Cavallo. Sólo así se entiende que le haya dicho a los senadores peronistas que no había que judicializar la política”, dijo a Página/12, la diputada frepasista Irma Parentella. La irónica reacción de la legisladora contrastó con la falta de respuesta de Carlos Alvarez y de la conducción del Frepaso al llamativo indulto que prodigó el titular de Hacienda a los legisladores del PJ.
El líder frepasista bebió anteayer en silencio uno de los tragos más amargos de los que viene soportando en los últimos tiempos. Domingo Cavallo, se mostró solidario con los senadores peronistas que están siendo investigados por los presuntos sobornos que habrían lubricado la aprobación de la ley de reforma laboral.
Aunque sigue liderando uno de los dos partidos que dieron origen a la Alianza que llevó a De la Rúa al gobierno, Alvarez eligió continuar en el exilio de silencio en el que se refugió desde que renunció a la vicepresidencia. La conducción del Frepaso también optó por el silencio, no por nada Alvarez fue uno de los puentes que condujeron al ex ministro de Carlos Menem al gabinete de Fernando de la Rúa.
El líder frentista esperaba que junto con el ingreso de Cavallo se produciría su retorno al gobierno. El Frepaso había apostado fuerte a acompañar al “Mingo” desde la Jefatura de Gabinete. En las febriles negociaciones que se realizaron en la quinta de Olivos, los frepasistas descartaron colocar sus hombres al frente del Ministerio del Interior y de Desarrollo Social, porque todas sus expectativas estaban puestas en que Chacho volviera de la mano de Cavallo. La apuesta fue tan fuerte que un diputado cercano a Alvarez reconoció “que no había un Plan B (alternativo)”.
Las declaraciones de Cavallo se produjeron cuando los legisladores frepasistas todavía se encontraban debatiendo la ley que otorga poderes especiales al ministro de Economía. Por lo que sus dichos fueron el comentario obligado de los diputados que aún continuaban en sus bancas.
“Cavallo debería entender que en un estado de derecho no se puede cambiar apoyo político por impunidad”, dijo el diputado santacruceño, Rafael Flores. El legislador no dudó en enfrentar la movida del actual hombre fuerte del gobierno y recordó una de las virtudes que algunos analistas suelen reconocerle a Cavallo: su audacia. “Es reconocido que Cavallo es un hombre audaz, pero el problema es que su audacia no tiene límites éticos ni políticos”, concluyó Flores.
El único senador frepasista Pedro del Piero, consultado por Página/12 optó “por ahora” por callar. El diputado Juan Pablo Cafiero es uno de los pocos que siendo cercano al líder partidario accedió a opinar sobre la movida de Cavallo. “Creo que Cavallo tiene mejores argumentos para convencer a los senadores, en lugar de meterse con este tema”, dijo Cafiero mostrando su extrema prudencia.
Lo que los frentistas más cercanos cuidaban de manifestar, lo decían con todas las letras los enrolados en los denominados rebeldes. “Nosotros no podemos quedarnos de brazos cruzados, esto es una bofetada para Chacho”, dijo a este diario Eduardo Macaluse. Para el legislador, los dichos de Cavallo son la punta de “una trama de complicidades que se está anudando y sale a la luz. Se unifican los delitos de la dictadura militar con los del menemismo y con las cajas que contienen las pruebas del lavado de dinero”. El diputado rebelde fue un paso más allá e interpretó que “se está preparando una red política de protección mutua”. El diputado, Jorge Giles, fue uno de los que votó negativamente el proyecto de los superpoderes en diálogo con Página/12 sostuvo que “Cavallo no es un onanista de la política, su paso por el Senado demuestra que empieza a usar el poder que le delegó el presidente De la Rúa”. Giles no esquivó las diferencias que hoy separan a los frentistas. “Nuestro Frepaso no está callado, está para decir que no tenemos nada que ver con Cavallo en el gobierno”, opinó el legislador quien también reconoció a este diario que hoy los distintos grupos de su fuerza política continúan juntos simplemente por el deseo de evitar la fractura partidaria. Aunque reconoció que “objetivamente nos separan las distintas posiciones políticas”. Mientras las diferencias frentistas se profundizan, Chacho continúa en silencio a pesar de la demanda de sus seguidores.

DUHALDE TUVO UNA REUNION RESERVADA CON LA CTA
Farinello, el común denominador

Por Diego Schurman y Fernando Almirón

“Con De Gennaro somos muy amigos. Y sí, con él hablamos de Farinello, uno de los pocos hombres con vocación social y que se ocupa a pleno y sin descanso de la gente.” Con estas palabras, Eduardo Duhalde reconoció ante Página/12 haber mantenido una reunión reservada con el titular de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) donde el tema de cabecera fue el espacio político que ocupa el Polo Social del cura Luis Farinello. El objetivo no reconocido del candidato a senador es sentar las bases para crear un nuevo movimiento nacional.
Duhalde llegó a la sede central de la CTA, en Independencia 766, en una camioneta blanca, doble cabina, con vidrios polarizados. Con pasos cortos pero rápidos, el ex gobernador ingresó a las 12.30 al edificio sindical bajo la atenta mirada de sus custodios.
Consultado por este diario, el candidato a senador por el justicialismo bonaerense dijo que se abordó una variedad de temas, muchos de ellos “particulares”, y que también se analizó el trabajo de Farinello en la provincia de Buenos Aires. “Le dije qué veo con respecto al Polo Social.”
–¿Está buscando aliados electorales?
–La semana pasada estuve con Farinello. Hablamos mucho, me dijo que en abril lanza la campaña...
–No me contestó.
–La verdad es que no creo que haya posibilidad de alianza electoral.
–¿Y con el ala sindical de De Gennaro?
–Fue una reunión de amigos. Nos habíamos hablado la semana pasada y quedamos en encontrarnos hoy (por ayer). Conversamos bastante sobre Farinello, pero también hablamos de la propuesta de ellos sobre el seguro de empleo para jefes y jefas de familia, que es una buena iniciativa.
–¿A partir del nuevo perfil político de la Alianza, al incorporar a Domingo Cavallo a sus filas, busca crear un nuevo polo de poder?
–Estábamos ante un derrumbe y Cavallo ayudó a ordenarlo. Pero llegó a un equilibrio con ajuste y expansión. Cavallo es eso: un ordenador dentro de un gobierno sin rumbo, porque De la Rúa nunca supo manejar el poder. Está claro que la primera Alianza fracasó absolutamente.
El encuentro fue sin testigos, duró una hora y media y le sirvió a Duhalde para sondear el camino que tomará la CTA frente al nuevo escenario político, con Cavallo como flamante ministro de Economía. Hubo en ese marco un análisis de la actitud de las otras dos centrales sindicales, la CGT oficial de Rodolfo Daer y la CGT rebelde de Hugo Moyano.
Semanas atrás, al ver que Farinello lograba un lugar de privilegio en las encuestas de imagen, Duhalde apeló a los oficios de Moyano –a quien considera líder de la central sindical más afín–, el presidente del congreso del PJ bonaerense, Osvaldo Mércuri, y el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, para persuadir al cura de ser el primer candidato a diputado por la lista del PJ.
Ahora, la intención del bonaerense parece más ambiciosa y busca aglutinar a toda la oposición al “modelo Cavallo” con miras al 2003.

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