Por Suzanne Goldenberg
Desde
Jerusalén
Helicópteros del ejército
israelí atacaron anoche los cuarteles de las fuerzas de elite de
Yasser Arafat, después de otro día de ataques terroristas
suicidas que se cobraron las vidas de dos adolescentes (ver nota abajo).
Dos personas, incluyendo uno de los guardaespaldas de Arafat, resultaron
muertas y otras 60 heridas en ataques de represalia ordenados por el primer
ministro de Israel, Ariel Sharon. Un asistente del líder palestino
dijo que los ataques habían destruido las últimas oportunidades
de paz: Esta es una escalada peligrosa sostuvo Nabil Abu Rdainah,
quien, junto con Arafat estaba en Amman, la capital jordana. La
responsabilidad recae enteramente en el gobierno israelí.
Un vocero militar dijo a la televisión israelí que helicópteros
artillados habían disparado misiles sobre seis blancos en la Franja
de Gaza, incluyendo las instalaciones de la Fuerza 17 de Arafat en el
campo de entrenamiento en Jabaliya al norte de la ciudad de Gaza, y una
instalación policial en Deir al-Baleh en el sur del territorio.
En la ciudad de Ramalá en Cisjordania, tanques y helicópteros
atacaron un único blanco, otro edificio de la Fuerza 17. Nuestra
tarea es atacar la fuente del fuego, dijo el vocero. Los funcionarios
palestinos dijeron que el ejército israelí les había
advertido que evacuaran los principales cuarteles de la administración
de Arafat en Ramalá, señalando un ataque inminente.
Los ataques de anoche, de una hora de duración, representaron la
expresión física de las regulares acusaciones de Sharon
contra la Fuerza 17. Repetidamente ha culpado a la unidad y por
lo tanto a Arafat mismo de los ataques en las carreteras contra
los colonos judíos, y de los disparos dirigidos a sus enclaves
efectuados por militantes palestinos. También culpó a Arafat
por la misión suicida que mató a dos jóvenes escolares
ayer a la mañana que el brazo armado de la organización
islámica militante Hamas dijo haber llevado a cabo porque
su administración había liberado a muchos terroristas que
estaban en prisión. Para mi pesar, aunque muchos en el mundo
pensaron que un nuevo líder había surgido aquí, para
mi pesar él (Arafat) sigue siendo el líder del terror,
dijo Sharon ayer en el Parlamento, horas antes de ordenar los ataques.
Los ataques de represalia de anoche habían sido anticipados ampliamente.
Sharon se enfrentó a un creciente clamor para vengarse rápido
y duramente contra los comandantes de campo de la Intifada palestina después
de que una beba resultara muerta anteayer por la bala de un francotirador
en el enclave extremista judío en la ciudad de Hebrón en
Cisjordania. La presión continuó aumentando con dos ataques
iguales en Jerusalén el martes, y el ataque suicida de ayer a la
mañana en el centro de Israel. Las exigencias de represalias dejaron
a Sharon en una posición peculiar: el duro, con 50 años
de historia personal de tratar con dureza a los vecinos árabes
de Israel, estaba siendo acusado de ser muy blando desde que asumiera
como primer ministro hace tres semanas. También mostró su
propia impotencia para tranquilizar las ansiedades israelíes sobre
la seguridad, los mismos temores que hicieron que el ex primer ministro
Ehud Barak fuera derrotado en las urnas el mes pasado. Todos los
que ven las cosas que han ocurrido en el curso de las últimas 36
horas entienden exactamente la situación en la que estamos,
le dijo Sharon a Radio Israel temprano ayer. Luego prometió: Si
nuestra disuasión ha sido levemente erosionada, pronto estará
totalmente restaurada.
Sin embargo, la mayoría de los analistas, y los consejeros de Sharon
que declararon que se lograría provocarlo para cometer acciones
intemperadas, predijeron que se mantendría fuera de acción
mientras durara la cumbre árabe en Jordania. La reunión
en Amman, donde los palestinos buscaron fortalecer el apoyo regional detrás
de su Intifada de seis meses, terminóayer por la tarde, y Sharon
no perdió el tiempo en precisar el castigo. Los helicópteros
artillados comenzaron a volar sobre Ramalá a los pocos minutos
de convocar una reunión de emergencia de su gabinete de seguridad,
en la que se esperaba que diagramara el próximo curso de acción
de Israel en respuesta al resurgimiento de los ataques palestinos.
Se espera que Sharon delibere sobre las próximas medidas. Desde
la oposición, repetidamente se opuso a la política de Barak
de atacar con bombas las instalaciones palestinas de la policía,
denunciando a los ataques como ineficaces. Pero Sharon tendrá que
medir sus próximos pasos cuidadosamente. A pesar de todos sus esfuerzos
por implicar a Arafat directamente en los ataques con bombas dentro del
Estado judío, y con los ataques perpetrados en las carreteras que
han aterrorizado a los colonos judíos en Cisjordania y Gaza, las
misiones de anoche siguen siendo extremadamente controvertidas para la
comunidad internacional y Sharon lo sabe. Por la mañana, mantuvo
una conversación telefónica con el presidente George Bush,
como parte de una más amplia estrategia dentro la cual Israel está
buscando apoyo diplomático para organizar un mayor poder militar
con el que busca terminar con la Intifada.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
Claves
De los 10 terroristas
kamikaze que la organización fundamentalista Hamas anunció
haber enviado a Israel tras la elección de Ariel Sharon,
tres ya volaron por los aires. El de ayer fue el que atacó
el blanco más débil: un grupo de escolares ortodoxos
que esperaba un ómnibus.
El objetivo es forzar
la mano de Ariel Sharon para comprometerlo en acciones punitivas
que lo perjudiquen ante la comunidad internacional.
La respuesta de Sharon
es abstenerse de respuestas colectivas y privilegiar los ataques
selectivos contra Fuerza 17, la guardia personal de Yasser Arafat,
titular de la Autoridad Palestina.
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HAMAS
GOLPEO CONTRA UN FLANCO DESPROTEGIDO EN ISRAEL
El nuevo blanco de la Intifada son los niños
Por S. G.
Desde
Jerusalén
Un grupo de escolares israelíes
se vio arrastrado ayer a una tragedia en una parada caminera llamada La
Cita de la Paz, cuando un terrorista suicida se deslizó entre
ellos y se voló en pedazos, matando a dos de los niños e
hiriendo a cuatro. Después de seis meses de levantamiento palestino,
mucha gente ha quedado insensibilizada frente a las bajas casi diarias,
pero el ataque de ayer se destaca porque las víctimas fueron niños.
También lo fueron las víctimas del otro lado de la confrontación
ayer. En Rafah, en la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto, un niño
palestino de 9 años fue muerto y otros tres todos los cuales
tienen menos de 12 años resultaron heridos mientras jugaban
demasiado cerca de una mina israelí sin explotar que se encontraba
en uno de los pocos lugares abiertos de esa miserable localidad de cloacas
al aire libre y campos de refugiados. Habitantes de Rafah dijeron que
este tipo de incidentes se estaba volviendo usual, debido a que los soldados
de la base militar israelí adyacente frecuentemente lanzan explosivos
contra las casas que se encuentran pasando los bloques de cemento que
marcan la frontera.
Para los siete escolares israelíes ayer no hubo ningún aviso
de peligro cuando se reunieron frente a una playa de estacionamiento en
el centro de Israel poco antes de las 8 de la mañana. La
Cita de la Paz es el grandioso nombre de una gasolinera y un café
al paso flanqueados por palmeras y que se encuentra entre la ciudad costera
israelí central de Kfar Sava y la localidad cisjordana de Kalkiyia.
Los chicos esperaban allí cada mañana al ómnibus
escolar en este caso, un vehículo acorazado para dejar
sus casas dentro de Israel para estudiar en un seminario religioso en
Kedumim, una colonia judía de línea dura. Momentos antes
de la explosión, al menos uno de los escolares advirtió
a un hombre de cerca de 30 años, de pelo negro y bigote, que se
les acercaba, con su campera negra de cuero abotonada hasta el cuello
pese a la ola de calor. De repente un árabe llegó
junto a mis amigos dijo Rafael Zomer, de 15 años, a la Radio
Israel. Y vi a mis amigos volar en pedazos.
La bomba, atada al cuerpo del extremista bajo su campera, desparramó
clavos y metales contra el grupo, matando a Naftali Landskoren, de 14
años, y a Eliran Rosenberg, de 16. Los médicos operaron
por varias horas a uno de los cuatro heridos. Otro de los niños
fue herido en un ojo. El único chico que resultó sin rasguños
se encontraba a distancia de los otros. Mis amigos estaban juntándose
en una esquina de la gasolinera cuando ocurrió la explosión.
Cuando abrí los ojos, vi que el suelo estaba cubierto de cadáveres
y de heridos.
En el curso de unas horas, el ala armada de la organización fundamentalista
Hamas reivindicó su autoría del atentado y dijo que había
más horrores en preparación. La unidad de elite 103 regresó
a su base en forma segura luego de trasladar al mártir (el terrorista)
al lugar de la operación dijo un telefonista anónimo
a la agencia Reuters. Hay todavía siete mártires listos
para atacar, agregó. Este ataque el tercero en 24 horas
acrecentó el temor de los israelíes en el sentido de que
ni ellos ni sus niños pueden estar seguros mientras el levantamiento
palestino continúe. La primera respuesta de Israel tuvo un aire
de inevitabilidad: rodear Kalkiyia con soldados y tanques e iniciar una
búsqueda con helicópteros en pos de una camioneta sospechosa
a la que se vio alejarse aceleradamente de la playa de estacionamiento
cerca del momento de la explosión.
Mientras tanto, los palestinos tuvieron nuevos motivos de queja contra
la continuada ocupación por Israel de partes de Cisjordania y la
Franja de Gaza. En el área de Jenin, en el extremo norte de Cisjordania,
una ancianapalestina se asfixió después de inhalar gas lacrimógeno
de una granada arrojada dentro de su casa. En Hebrón, colonos extremistas
del enclave de 400 personas que se encuentra en el corazón de la
ciudad palestina de 120.000 árabes se lanzaron a una nueva jornada
de desórdenes, prendiendo fuego a comercios, casas y vehículos.
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