Por Ariel Greco
Sólo el 60 o 70 por ciento
de la cancha de River estaba ocupada anoche. Los hinchas de la Selección
dejaron casi 715 mil pesos en boleterías. Menos que en las grandes
jornadas. Es que no había demasiada expectativa. Las 35 mil personas
que se acercaron al Monumental sabían lo que iban a ver. Y se dio
tal cual. Argentina tardó 11 minutos en demostrar la falta de equivalencia
en el marcador. A partir de ese momento, el suspenso quedó reducido
a saber a cuánto llegaba la cuenta. Llegó a dos en la primera
etapa y a la suma total de cinco en el final. Pudieron ser más.
En un principio, no había hecho demasiado Argentina hasta que llegó
al gol. Es más: el toque intrascendente pero cuidadoso de los livianos
venezolanos en el medio había predominado. Sin embargo, las individualidades
y el peso específico del equipo de Bielsa marcaron la diferencia.
Primero fue Sorín que exigió a Dudamel, quien echó
al corner su cabezazo tras desborde de Ortega. Aunque enseguida vino la
más clara de Venezuela escapada del lateral derecho que quedó
solo y le pegó al pasto y débil ante Burgos, fue Argentina
la que llegó al gol: pase de Verón a Ortega, llegada de
Vivas al fondo y buen centro del hombre del Arsenal que resolvió
Crespo con un anticipo típico, tocándola en el primer palo:
travesaño, pique en la línea y gol.
A partir de ese momento, Argentina levantó el pie y Venezuela creció.
Por lo tanto, el partido se hizo menos atractivo, lento y sin llegadas:
Noriega y Páez manejaban en la zona de gestación, pero no
había profundidad. En cambio, las pocas veces que los de Bielsa
aceleraban, se sentía que podían convertir. En ese lapso,
un remate de afuera de Verón y una habilitación precisa
del mismo a Crespo dieron esa pauta. Es que Argentina, durante todo el
primer período, apareció de a ráfagas. Nunca presionó
como otras veces, tuvo mucha gente en el medio Vivas y Sorín
estuvieron más lanzados que marcando y Samuel y Pochettino
quedaron a veces en inferioridad. De ahí algunos desajustes.
Pero después de la media hora llegó el segundo gol en buena
jugada colectiva. Mandada de Vivas, pase a Crespo que la aguantó
y entregó de taco a Gallardo y de éste a Sorín que
resolvió con categoría a la izquierda de Dudamel. Y con
esa segunda ventaja se vieron los mejores momentos de Argentina, acelerando,
poniendo presión y agresividad. Así pudo volver a convertir
cuando Verón habilitó a Crespo y éste chocó
con Dudamel; o en la que, tras gran desborde de Kili González,
Ortega no cabeceó con la fuerza y precisión necesarias.
Argentina salió más agresiva y el segundo tiempo, como partido,
terminó con el golazo de Verón, pues después Venezuela
se replegó a protegerse de la goleada histórica. Sólo
sería goleada a secas. El conductor de Argentina ejecutó
un tiro libre desde la derecha, oblicuo, a la altura del punto del penal,
pero varios metros fuera del área y superó con exquisita
precisión el adelantamiento de un Dudamel que había ido,
lógicamente, a buscar el centro. Habría otras muestras de
la precisión de Verón: dos tiros libres más uno
arriba y otro abajo y un cambio de frente notable de izquierda a
derecha que permitió habilitar a Ortega, éste desparramó
a un marcador y echó el centro para que Gallardo convirtiera de
cabeza cambiando el palo, del otro lado. Así marcó Venezuela:
dos veces cabeceó Gallardo al gol. Fueron cinco, pudieron ser más.
CON
TODOS LOS TITULARES HABITUALES
A La Paz, se irá en el día
El técnico Marcelo Bielsa
adelantó que frente a Bolivia, el próximo 25 de abril, dispondrá
de todos los habituales titulares y no de una formación alternativa,
como se dijo en un principio. La idea del técnico es guardar esa
opción para la Copa América que disputará en el mes
de julio en Colombia. Por otra parte, la Asociación del Fútbol
Argentino (AFA) estaría por acordar dos nuevos partidos amistosos
con seleccionados de relevancia internacional: uno de los rivales sería
Francia, el otro no está confirmado, pero igualmente se habló
de Camerún.
Para el partido frente a Bolivia, la idea primera del entrenador Marcelo
Bielsa era armar un equipo alternativo conformado por jugadores del torneo
local para así poder aclimatarse a la altura de La Paz (3600 metros
sobre el nivel del mar). Sin embargo, Bielsa dio un paso atrás
y ahora planea llegar a la capital boliviana horas antes del comienzo
del partido con todos los titulares. Mientras que habría nuevas
convocatorias para la disputa del certamen sudamericano.
El plantel arribaría a Santa Cruz de la Sierra el día anterior
al choque con el equipo de Carlos Aragonés y horas antes del partido
se dirigirá a La Paz, con la esperanza de llevarse un triunfo en
la altura. No hay muchas más alternativas, comentó
el entrenador.
uno
x uno
Por Adrián
De Benedictis
Burgos (7): Respondió bien cada vez que
tuvo que intervenir con seriedad, a pesar de los tibios ataques
venezolanos no tuvo problemas para cortar de arriba y le ganó
a De Ornela en el mano a mano, que en definitiva fue la llegada
más clara del rival.
Pochettino (6): Mostró firmeza cuando esperó
en la puerta del área, pero exageró en el juego brusco
cada vez que salió a cortar en el mediocampo. En sus pocos
avances hacia el área venezolana, desprotegió sus
espaldas en el fondo de Argentina.
Samuel (7): Fue el más seguro de la última
línea. Anuló bien a Daniel Noriega y salió
jugando por abajo con mucha tranquilidad. A diferencia de los últimos
encuentros, no intentó buscar a los delanteros con pelotazos
largos. También se anticipó y marcó de cabeza
el quinto gol.
Vivas (6): Cumplió en la marca de Ricardo Páez,
pero no se proyectó con demasiada frecuencia. En su casi
única incursión ofensiva, envió un centro que
terminó en el primer gol del equipo nacional. Aún
no terminó de definirse su posición. Se lo vio con
alguna dudas cada vez que tenía que decidir si instalarse
en el fondo o pararse más arriba, en la mitad de la cancha.
Simeone (6): Fue el encargado de organizar el nuevo sistema
defensivo de Bielsa. En algunos instantes llegó a ubicarse
como stopper y entre los centrales argentinos. También distribuyó
con criterio, pero muy lejos del área venezolana. En su partido
número 100, el jugador de la Lazio no mostró su habitual
estilo de lucha.
Sorín (7): Fue salida permanente por la franja izquierda.
Convirtió el segundo tanto con una buena definición
con derecha al segundo palo de Dudamel. También estuvo cerca
de anotar otro tanto, pero su cabezazo fue despejado por un defensor
sobre la línea.
Verón (8): Fue uno de los conductores más claros
de argentina. Buscó asociarse permanentemente con Ortega
y con Crespo. Sus tiros desde lejos fueron una amenaza constante.
Además sorprendió a todos cuando le pegó directo
al arco, en el tercer tanto, cuando todos esperaban el centro.
Gallardo (6): Estuvo poco activo y casi no se asoció
con Verón. Acertó cada vez que enganchó, dejando
algún jugador en el camino y encarando hacia el área.
Anotó de cabeza el cuarto gol, cruzando la pelota al palo
más lejano del arquero. Pero falló alguna veces en
las devoluciones. No realizó un trabajo soberbio como para
quitarle el puesto a Pablo Aimar.
Ortega (8): Junto a Verón fue el otro gran conductor
del equipo. Se movió por derecha y fue incontenible para
Jorge Rojas. Asistió a Crespo con mucha precisión
y casi no se equivocó en las entregas. El volante de River
sigue siendo una pieza fundamental en el esquema del técnico.
En la selección, Ortega parece explotar mejor sus condiciones
de gambeteador, ya que se mueve más cerca del área
rival.
Crespo (6): Convirtió un tanto, el primero, a los
once minutos del inicio del partido, y cuando parecía que
iba a poder marcar muchos goles más, no estuvo acertado en
las definiciones. Tuvo tres chances más que desaprovechó.
González (5): El más flojo del equipo. Se encontró
bien con Sorín por el sector izquierdo, pero no tuvo la claridad
con que se lo vio en el partido ante Italia. Quizá la lesión
que lo mantuvo en duda durante los últimos días pudo
haber influido en su rendimiento.
Zanetti (5): Ingresó en la última media hora
y se movió por la izquierda, una posición donde le
cuesta mucho manejar la pelota.
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