Por Eduardo Videla
Los automovilistas que lo padecieron
durante una década ya pueden organizar un festejo de despedida:
a partir de las 13 de mañana, el cepo pasará a ser sólo
un mal recuerdo para los porteños. Los infractores a las normas
de estacionamiento en el macrocentro deberán lidiar, desde el martes,
únicamente con la grúa. A partir de ese mismo día,
serán eliminados todos los parquímetros ubicados sobre avenidas
salvo en un pequeño tramo de la avenida Belgrano y
en quince días desaparecerán los ubicados en unas 50 cuadras
de calles porteñas de alto caudal de tránsito, hasta contabilizar
unos 2200 puestos de estacionamiento menos. Tras cumplir con la promesa
electoral de eliminar el cepo, el gobierno porteño planea una nueva
ofensiva contra los infractores: Si vemos que el sistema de grúa
no es eficiente, se extenderán las multas fotográficas al
área del micro y macrocentro, adelantó a Página/12
el subsecretario de Tránsito, Horacio Blot.
Las medidas son producto del permiso precario que el gobierno porteño
otorgó a las empresas SEC y STO, actuales explotadoras del servicio
en el área delimitada por las avenidas Belgrano, Huergo, Madero,
Del Libertador, Pueyrredón y Jujuy. La concesión, tal como
la diseño en 1991 el ex intendente Carlos Grosso, finalizará
el 1º de abril. A partir de ese día, el cepo será historia
y los infractores en el área de concesión serán sancionados
mediante el siguiente sistema:
Los vehículos estacionados
en lugares prohibidos serán removidos de inmediato por la grúa
de la concesionaria, previa confección de la boleta.
A los que estén en parquímetro
y se hayan excedido en el tiempo, un agente les labrará el acta
de infracción.
Para su remoción, habrá
una tolerancia de 20 minutos si es la primera infracción que se
detecta en ese vehículo. Para eso, los móviles de las empresas
deberán estar conectados a una base de datos.
Si se trata de una segunda
infracción, el plazo para la actuación de la grúa
será de 10 minutos. A la tercera vez, la remoción será
inmediata.
La medida será acompañada por una reducción de la
cantidad de espacios para estacionar en la vía pública del
orden del 40 por ciento: sobre un total de 5750 puestos entre parquímetros
y lugares para tickeadora se eliminarán 2200.
Los primeros en desaparecer serán los ubicados en todas las avenidas:
Corrientes, Pueyrredón, Jujuy, Santa Fe, Paseo Colón, Rivadavia
e Independencia. En la avenida Belgrano también serán eliminados,
salvo en el tramo desde Julio A. Roca hasta el Bajo, porque en ese
lugar el volumen de tránsito no es significativo, explicó
Blot.
Según el funcionario, el objetivo de la medida es agilizar
el flujo de tránsito, recuperando uno o dos carriles para la circulación,
según el caso. En una segunda etapa, dentro de quince días,
serán eliminados los puestos de estacionamiento en calles de alto
tránsito, en tramos de Marcelo T. de Alvear, Castelli, Juncal,
Tucumán, Uriburu, Montevideo, Paso y Moreno, entre otras (ver recuadro).
Otros 250 puestos de estacionamiento serán destinados a una experiencia
piloto para la carga y descarga de mercadería: tal como adelantó
Página/12 en febrero, esos lugares, denominados puestos de abastecimiento,
serán exclusivos para transporte de cargas de hasta 4 toneladas,
que podrán estacionar durante todo el día poniendo una ficha
en el parquímetro.
Actualmente, el horario para carga y descarga es hasta las 9 de la mañana,
un límite que generó quejas por parte de los abastecedores.
La experiencia piloto que lanzará el gobierno en 30 días
incluye ampliar el horario hasta las 11, en algunas calles, a cambio de
recortarlo hasta las 7 en las avenidas.
¿Habrá espacio para compensar los lugares que se eliminan?
preguntó este diario.
Calculamos que se afecta menos del 5 por ciento de la oferta de
estacionamiento en toda el área. Puede haber lugares críticos,
pero en general la demanda está cubierta respondió
Blot.
El permiso precario a SEC y STO viene precedido por una dura negociación
con las empresas, que reclaman una indemnización por el levantamiento
de las playas de la 9 de Julio que administraban las compañías.
Mientras dure este permiso que aún no tiene plazo,
el gobierno estudia una nueva licitación, que contemplaría
una reducción más drástica de puestos de estacionamiento
en calles del macrocentro y, como contrapeso, la extensión del
área a concesionar a barrios vecinos a la zona actual.
Por lo pronto, el gobierno ya realiza un monitoreo sobre el funcionamiento
del sistema de grúas. Comparando la cantidad de remociones
y el número de vehículos en infracción, llegamos
a la conclusión de que el sistema no es eficiente, sostiene
Blot. Por eso, están analizando superponer, en el corto plazo,
el sistema de control fotográfico que ya funciona en otros barrios,
con el de la grúa. El móvil le saca la foto al infractor
y se comunica con el sistema de grúas para que haga la remoción,
imagina el funcionario, para un futuro no muy lejano.
EL
DESTINO DE LAS MULTAS QUE FUERON SUSPENDIDAS
Los infractores sobreseídos
Aquellos infractores que aún
tengan pendientes sus multas labradas a partir de las tomas fotográficas
realizadas durante la primera aplicación del sistema, dado de baja
en agosto del año pasado, pueden respirar tranquilos: la gran mayoría
de los que se presentaron ante el Tribunal de Faltas fue sobreseída.
Néstor Losa, presidente de la Cámara de Apelaciones de Faltas,
admitió ante Página/12 que en esos casos la mayoría
de los jueces absuelve a los infractores con multas fotográficas.
En el mes de agosto pasado, el Gobierno de la Ciudad decidió anular
el primer sistema de infracciones fotográficas, debido a los múltiples
errores que se registraron en la confección de las multas y en
las tomas fotográficas, que arrojó casi un 75 por ciento
de causas erróneas. En octubre, la Legislatura porteña fue
más allá y condonó las multas fotográficas
repetidas por mal estacionamiento, pero mantuvo vigentes las de exceso
de velocidad y cruces de semáforo en rojo. El cobro quedó
suspendido por un tiempo, pero ahora la gran mayoría de los que
se presentaron ante el Tribunal de Faltas está siendo sobreseída.
Néstor Losa, presidente de la Cámara de Apelaciones de Faltas,
explicó que si bien no se ha tomado una decisión uniforme,
el alto porcentaje de sobreseimientos dictados se debió a
los errores en el operativo. Los jueces optan por la aplicación
más benigna de la ley.
El nuevo sistema implementado en las infracciones fotográficas
tampoco parece convencer demasiado a Losa: En las nuevas multas
no se vislumbraron las mejoras que esperábamos, todavía
se observan algunas irregularidades, observó.
Respecto del desborde producido en los últimos días en el
Tribunal de Faltas, debido a las largas esperas de los infractores para
poder hablar con un juez, Losa aseguró que estamos prestando
colaboración a la Dirección General Administrativa de Infracciones
para agilizar los trámites. El tema del sorteo de juzgados, que
es donde se genera la mayor demora, no es responsabilidad del Tribunal.
De todos modos, Losa fue contundente: Estamos al borde del colapso,
diecisiete jueces son muy pocos para atender a los cientos de personas
que vienen cada día al Tribunal de Faltas.
Una historia de broncas
Dame el auto o te quemo el boliche. La frase no resultó
tan convincente como el fuego que desató Hernán Matías
Irigoyen, el joven que en abril de 1999 quemó una garita
del Servicio de Tránsito Ordenado (STO) tras negarse a pagar
el acarreo de su Ford Sierra. El chico argumentó que su auto
se había quedado sin nafta, que fue a comprar un bidón
y, al volver, la grúa se había llevado el auto. En
junio de 2000, un tribunal lo condenó a dos años de
prisión en suspenso, con la condición de que se sometiera
a tratamiento psicológico. En el alegato, los defensores
tildaron al STO de servicio irritante, perverso e inconstitucional.
El caso Irigoyen fue apenas una muestra del odio que despertó
el sistema de cepos y grúas. El servicio de control de tránsito
en el macro y microcentro fue otorgado a las empresas STO y SEC
en 1990, por el ex intendente Carlos Grosso. Pocos meses bastaron
para evidenciar que se trataba de un negocio redondo: entre enero
y julio de 1991, las empresas tenían una ganancia de 19 mil
dólares por día; colocaban 200 cepos diarios y las
grúas levantaban un promedio de 80 autos cada 24 horas. En
1996, el entonces jefe de Gobierno porteño Fernando de la
Rúa amenazó con cancelar los contratos. Las empresas
pidieron una indemnización de 200 mil pesos y todo quedó
en la nada.
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Prohibido
estacionar
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A partir del martes no habrá parquímetros en las siguientes
avenidas:
Corrientes, entre Riobamba
y Paso (mano derecha)
Santa Fe, entre Maipú
y Suipacha; entre Talcahuano y Callao, y entre Riobamba y Larrea (derecha)
Paseo Colón: Plazoleta
Este, entre Venezuela e Independencia; Plazoleta Oeste, entre Venezuela
y Chile
Rivadavia, entre Ayacucho
y J.E. Uriburu; entre Pasteur y Larrea, y entre Paso y Castelli (derecha)
Pueyrredón, entre
Juncal y Dr. Levene (derecha)
Jujuy, entre Alsina y Belgrano
(derecha e izquierda)
Independencia, entre Huergo
y Azopardo y entre Paseo Colón y Defensa (derecha e izquierda)
Belgrano, entre Piedras
y B. de Irigoyen, entre Lima y Sáenz Peña y entre Virrey
Ceballos y Jujuy.
En quince días se eliminarán parquímetros en:
Marcelo T. de Alvear, entre
Reconquista y Florida y entre Maipú y Suipacha.
José E. Uriburu,
entre M.T. de Alvear y Las Heras.
Tucumán, entre Uruguay
y Paraná: entre Montevideo y Dellepiane, y entre Rodríguez
Peña y Pueyrredón.
Montevideo, entre Córdoba
y Santa Fe.
Junín, entre Rivadavia
y Viamonte.
Castelli, entre B. Mitre
y Perón.
Juncal, entre Callao y
Ayacucho.
Moreno, entre Balcarce
y Perú.
Paso, entre Corrientes
y Viamonte.
Rincón, entre Rivadavia
e H. Yrigoyen.
Rodríguez Peña,
entre Córdoba y Capdevilla.
Sarmiento, entre Castelli
y Pueyrredón. |
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