Por
Eduardo Fabregat
Puede
sonar grandilocuente, pero es la pura verdad: se termina una era. Daniel
Grinbank se desvinculará de la empresa CIE-Rock and Pop, que a
partir de ahora quedará completamente en manos de la Corporación
Interamericana de Entretenimiento, el grupo mexicano encabezado por Alejandro
Soberón Kuri. La noticia será anunciada oficialmente recién
la semana próxima, pero el peso de la decisión hizo que
en el día de ayer comenzaran a correr rumores de toda clase, todos
ellos con la misma conclusión: Grinbank, el mayor productor de
espectáculos del medio argentino en los últimos veinte años,
abandona la presidencia de la empresa que comenzó a operar en 1972
(con un show de Arco Iris en Pinamar), de manera indeclinable. Al cierre
de esta edición, el empresario mantenía un silencio de radio
total: así, recién el martes próximo podrán
conocerse las razones que llevan a Grinbank a alejarse de la niña
mimada que ideó, gestó y defendió a través
de varios años de economías inestables ("Yo quebré
varias veces", dijo en más de una oportunidad), aunque no
puede descartarse una teoría, de las tantas que se menearon en
el día de ayer, que habla de serias disidencias con la conducción
de la empresa con sede en México.
Al día de hoy, Daniel Grinbank figura como presidente de un conglomerado
que, desde la fusión efectuada a mediados de 1998, aumentó
notablemente su volumen de negocios: si ya en ese año Rock &
Pop era más que una empresa productora y una radio, en la actualidad
el paquete incluye seis emisoras (la legendaria Rock and Pop, La Metro,
Aspen, América, Del Plata y San Isidro Labrador), el Zoológico
de la Ciudad de Buenos Aires (una operación en su momento valuada
en 12 millones de dólares) y una subempresa dedicada a la explotación
de gastronomía en ese predio (EGASA), DG Producciones (dedicada
a los espectáculos musicales y teatrales como La bella y la bestia,
Los Miserables y Chicago), el Teatro Opera (que compró por 8 millones),
Ticketmaster (dedicada a la comercialización de entradas), la agencia
de turismo World Music Tours y el sitio de Internet elfoco.com. El esquema
es similar al que posee CIE en México, que maneja los destinos
de la productora OCESA, la comercializadora de merchandising CAP, Ticketmaster,
Stactika (que usufructúa los carteles publicitarios de estadios
de fútbol), Remex (dedicada a ferias y exposiciones) y CGI, encargada
de negocios de telemarketing.
En rigor, Grinbank viene jugando con la idea de un retiro de la escena
desde hace tiempo: en más de una oportunidad dijo que se alejaría
del mundo del espectáculo el día que pudiera darse el gusto
de concretar la visita de los Rolling Stones a la Argentina. Eso sucedió
efectivamente en 1995, cuando la FM Rock and Pop cumplió diez años
de existencia, pero el empresario decidió entonces seguir adelante.
Su siguiente amago fue dos años más tarde, pero en esos
tiempos ya se encontraba en negociaciones con la corporación mexicana,
con la que formó la empresa MAT (Mate After Tequila), una efímera
asociación para explotar los derechos de Disney Theatrical en América
latina cuya primera producción fue el exitoso montaje de La bella
y la bestia en el Opera.
A mediados de 1998, y mientras los rumores aseguraban que Grinbank se
desprendería totalmente de su empresa y se radicaría en
España, finalmente se anunció que CIE adquiría el
70% de la empresa Rock and Pop, aunque nunca se confirmó si el
monto de la operación había sido de 30 o 17 millones de
dólares. Un año después, los mexicanos compraron
el 30% restante, aunque sin afectar la condición de Grinbank como
responsable de las operaciones de todo el conglomerado argentino.
Semejante danza de cifras y empresas sonaba a delirio cuando Grinbank
se inició en la producción junto a los hippies Arco Iris,
y cuando en los 80 se hizo cargo del management de Seru Giran, e incluso
en la segunda mitad de esa década, cuando la radio comenzó
a meterse para siempre en el gusto de la gente. El gran salto comenzó
en los 90, cuando la convertibilidad de Domingo Cavallo permitió
que Daniel Grinbank se convirtiera en el único empresario capaz
de bajar al sur del continente a todos los artistas de rock que siempre
habían ignorado esta parte del mapa. Por poder económico
pero ante todo por una indiscutible capacidad organizativa, Rock and Pop
se convirtió en un referente a nivel argentino e internacional,
la única empresa con la que los promotores extranjeros se avenían
a negociar. The Rolling Stones, U2, Madonna, Michael Jackson, Prince,
INXS, Metallica, Oasis, Björk, Blur, son sólo algunos de los
nombres en letras de molde que pasaron por el país y consolidaron
definitivamente a la empresa.
En los últimos tiempos, la recesión posterior a la primavera
cavallista llevó a un necesario replanteo y diversificación
que llevó al acuerdo con los mexicanos. Desde la oficialización
del acuerdo, incluso, Grinbank pareció más interesado en
el costado teatral de sus negocios, dejándole el campo libre a
otros productores que se animaron a transitar el territorio rockero. Sin
olvidar, claro, la pasión por Independiente que lo llevó
a intentar una incursión en el terreno de la política del
fútbol: los escándalos generados en el club por las últimas
gestiones, los desacuerdos con el presidente Pedro Iso, hicieron que la
aventura se frustrara rápidamente. Hoy, sin embargo, la noticia
es otra, y no es poco: tras 29 años de actividad, con un lejano
pasado como disc jockey y una convicción de izquierda a pesar de
su status de megaempresario exitoso, Daniel Grinbank está a punto
de cerrar un círculo que puede servir como ejemplo de cualquier
clase de marketing empresarial, y da un paso al costado. En eso, también,
debe haber bastante de dolor.
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