Por Carlos Noriega
Desde
Lima
A una semana de las elecciones,
el ex presidente peruano Alan García (1985-90), bautizado por sus
rivales como Caballo Loco, ha comenzado a atropellar con fuerza en la
recta final, amenazando desplazar del segundo lugar a la candidata de
la alianza derechista Unidad Nacional, Lourdes Flores, y colarse por los
palos en una segunda vuelta que lo enfrentaría a Alejandro Toledo,
quien a pesar de algunas graves denuncias en su contra en los últimos
días se mantiene firme en el primer lugar. Hasta hace algunos días
parecía un hecho consumado que la segunda vuelta sería entre
Toledo y Flores, pero el repunte de García ha movido el escenario
político y obligado a los analistas a ser más prudentes
en sus pronósticos.
Las últimas encuestas dan un virtual empate entre García
y Flores y con una tendencia al crecimiento del ex presidente. Un sondeo
de la Universidad Nacional de Ingeniería publicado ayer coloca
a Toledo en primer lugar con un 40,4 por ciento, en el segundo continúa
Flores con 24,6 por ciento, y García en un cercano tercer lugar
con un 22,8 por ciento, lo que, teniendo en cuenta el margen de error,
significa un virtual empate estadístico. Pero otra encuesta del
Instituto de Desarrollo e Investigación de Ciencias (Ideci) es
aún más favorable para García. Por primera vez lo
coloca en el segundo lugar con un 26 por ciento, relegando a Flores a
la tercera ubicación con un 21,4 por ciento. Toledo sigue puntero
con un 33,9 por ciento.
El crecimiento de García fue registrado por las encuestadoras durante
esta semana. El lunes la Universidad de Lima le daba 15,8 por ciento contra
22,5 por ciento de Flores; pero el jueves una encuesta de IMA dio el primer
campanazo de alerta en la tienda de la conservadora ex congresista Lourdes
Flores: se mantenía segunda, pero con apenas tres puntos de diferencia
sobre García: el resultado era 23,9 por ciento para Flores contra
20,5 por ciento de García.
Mientras en la tienda política de Flores comienza a respirarse
un ambiente de nerviosismo por perder lo que creían seguro, en
el bando de García todo es optimismo y cálculos sobre la
incidencia que tendría el supuesto voto escondido a favor de su
candidato y la inclinación que podrían tomar los indecisos,
que superan el 10 por ciento. Un sonriente García recibió
a la prensa para decirles que ahora la hipótesis de no pasar
a la segunda vuelta es muy relativa. Con renovado optimismo analizó
lo que le puede esperar en la última semana de campaña:
En la medida que crecemos en las encuestas el voto escondido se
está desescondiendo. Tengo la esperanza de que seguiremos creciendo
en estos días porque los indecisos se están inclinando a
favor de nuestras propuestas de cambio económico.
A pesar de lo cuestionado que fue su gobierno por una hiperinflación
desbocada, un creciente terrorismo y las denuncias de corrupción,
Alan García ha logrado revertir en parte esa mala imagen y, como
en sus mejores tiempos, está seduciendo cada vez a más peruanos.
Pero a sus méritos oratorios y su carisma hay que sumarles los
errores y defectos de sus adversarios. Lourdes Flores se ha embarcado
en una guerra de golpes bajos con Alejandro Toledo, en la cual algunas
desafortunadas expresiones del equipo de campaña de Flores han
reforzado la imagen de racista y defensora de los sectores privilegiados
que tiene la conservadora Unidad Nacional. Lourdes Flores cosecha apoyo
en los sectores medios y altos, pero su candidatura se debilita a medida
que se desciende en el nivel socioeconómico. Y en provincias le
va bastante peor que en la capital. La situación de García,
que se esfuerza por presentarse como el más progresista de los
candidatos, es exactamente a la inversa. Por su parte,Alejandro Toledo
no parece haber sido golpeado decisivamente por el escándalo de
drogas, sexo y supuesto intento de soborno a un periodista que lo ha envuelto
la última semana.
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