Por Horacio Bernades
El cine de Oceanía siempre
tuvo una personalidad definida, cierta cualidad intransferible, a medias
entre lo raro y lo misterioso. Esto es verificable tanto en las primeras
películas de Peter Weir en los años 70 (Enigma en
París, El enigma de Hanging Rock, La última ola) como en
algunas de Jane Campion (Sweetie, Humo sagrado), y también en films
como El casamiento de Muriel, Las aventuras de Priscilla o la reciente
Strange fruit, ganadora del premio Fipresci en el Festival de San Sebastián,
en 1999. De ese mismo año es Two Hands, opera prima del realizador
Gregor Jordan, nacido en Australia en 1968. Two Hands se presentó
en su momento en el Festival de Sundance y llega ahora al video, editada
por el sello Best Seller, con el título Actos violentos.
En verdad, este policial urbano guarda menos aire de familia con cualquiera
de las películas nombradas que con las de Quentin Tarantino, algo
que el propio título con que ahora se edita en video reconoce,
al hacer eco con Tiempos violentos, el título con que Pulp Fiction
se conoció en Argentina. Las dos manos del título
son las de Jimmy, un chico de Sydney que soñaba usarlas para destacar
en algún oficio y debió conformarse con cerrar el puño
y pegar. Boxeador amateur que se gana la vida cuidando la puerta de un
cabaret, las manos de Jimmy atraen la atención de un mafioso llamado
Pando (excelente el veterano del cine australiano Bryan Brown, conocido
sobre todo por su protagónico de FX/ Efectos especiales). El tal
Pando le encarga un trabajito. Este se presenta sencillo: el chico deberá
entregar 10.000 dólares a una persona, no preguntar demasiado y
cobrar 500 de los verdes.
Pero ya se sabe que lo que parece fácil necesariamente se complicará,
porque si no no habría película, así que Jimmy se
encuentra debiendo 10.000 dólares a la clase de gente a la que
no conviene deberle. Para recuperar el dinero no le queda otra que sumarse
al asalto que preparan unos conocidos, y que tampoco saldrá como
se esperaba. Siguiendo la huella de Tarantino, Actos violentos empieza
en un momento culminante, y de allí sale disparada hacia atrás,
para recorrer más tarde todo el camino que la lleva hasta aquel
punto, desde donde el film avanza ya en forma lineal. Es también
característico el humor desmitificador con que los gangsters aparecen
caricaturizados, desde su mismo aspecto (Pando jamás se saca unas
poco respetables bermudas, y uno de sus secuaces mejora la apuesta calzando
durante toda la película un short de fútbol), hasta las
ya clásicas conversaciones zonzas e imperdonables metidas de pata.
Exhibiendo la actitud más amenazante, Pando y los suyos son capaces
de llevar a alguien a un descampado, con la obvia intención de
ejecutarlo, pero cuando llega la hora de hacerlo el único revólver
del que disponen no dispara... porque a su dueño se le ocurrió
lavar las balas con agua y jabón. Del mismo modo, un asaltante
intentará una acrobacia demasiado arriesgada en medio del robo
a un banco, dándose de cabeza contra el piso y quedando knock out
en el momento menos adecuado. Tarantino podría reclamar también
derechos de autor por las endiabladas vueltas del relato, con personajes
y objetos que se cruzan en los momentos más inesperados. El premio
a la falta de oportunidad se lo lleva cierto pozo donado por un programa
de televisión, que, mucho tiempo después de una mención
al paso, reaparecerá, en el momento y la situación menos
adecuados.
Sin embargo, Actos violentos no deriva nunca del todo a la comedia negra,
contrapesando el humor absurdo con cierto carácter romántico
del protagonista, un buen chico metido en un ambiente que definitivamente
no le sienta, así como la chica a la que conoce, demasiado ingenua
para sobrevivir en la ciudad. Es clave el aporte de Heath Ledger en el
protagónico. Este joven australiano, al que Hollywood ya le echó
el ojo (hace de hijo mayor de Mel Gibson en El patriota) irradia una cualidad
auténticamente adolescente, dando la sensación de no encontrarse
demasiadocómodo en ninguna situación. En cuanto al realizador
Gregor Jordan, ya tiene su primera cita con Hollywood. Acaba de terminar
el rodaje de Buffalo soldiers, que transcurre en Berlín justo antes
de la caída del Muro y cuenta con elenco de primera, encabezado
por el muy promocionado Joaquin Phoenix y completado por Ed Harris, Scott
Glenn y Anna Paquin. Habrá que ver.
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