Por Pablo Vignone
Desde
Interlagos, San Pablo
Hace ya un par de décadas,
Bob Geldof, líder de los Boomtown Rats y luego Pink Floyd en el
cine, grabó un hit llamado No me gustan los lunes.
Gastón Mazzacane podría tararear una melodía parecida
con la letra ligeramente modificada: al platense no le gustan los sábados,
el día en que la Fórmula 1 clasifica para correr el domingo.
Y esa hora fatídica que va desde las 13 a las 14 resulta, desde
hace 20 carreras, un intríngulis que Mazzacane no puede resolver.
Ayer quedó anteúltimo, su peor clasificación del
año, y largará hoy desde la última fila el Grand
Prix de Brasil, tercera carrera del Mundial 2001, cuya primera fila de
partida fue copada por los hermanitos de Kerpen, Michael y Ralf Schumacher.
El campeón del mundo marcó la pole-position a 210,252 km/h
de promedio. La prueba, sobre 71 vueltas, se pondrá en marcha a
las 14, con televisación en directo de PSN.
Para el argentino, la clave de la mala performance estuvo en las gomas
Michelin, en una jornada en la que la temperatura en la pista oscilaba
en los 40 grados. El compuesto blando reaccionaba igual que el duro,
no había diferencias. En las pruebas matinales pensé que
estaba para mejorar, pero sufrí una desilusión. No
sólo fue la peor clasificación del año de Mazzacane:
también lo fue para su coequiper, Jean Alesi. Pero mientras el
argentino (que esperaba mejorar lo hecho en Australia y Malasia y en realidad
lo empeoró) clasificó 21, Alesi partirá desde la
15 posición. El francés fue más de un segundo más
rápido que el argentino: fue la diferencia más grande entre
pilotos de un mismo equipo en la tanda clasificatoria de ayer. Alesi
aprovecha el coche de otra manera, escierto admite el argentino.
Algunas cosas que él usa no le caen bien a mi manejo.
Las dificultades de Mazzacane en clasificación son un karma antiguo
en fórmulas menores: el piloto nunca consigue enganchar una vuelta
redondita, sin errores, de esos giros que resultan joyitas de conducción.
Ayer salió a la pista a los 13 minutos de clasificación,
marcó 1m16s607 más lento que su tiempo matinal de
entrenamientos, en los que se ubicó 18 y ese registro lo
ubicó provisionalmente octavo en la grilla, pero después
los rivales comenzaron a ir más rápido mientras el platense
no podía bajar consistentemente su tiempo. No tuve suerte.
Modificamos la puesta a punto del coche y anduvo peor, a otros en cambio,
la temperatura no los perjudicó dijo. Los parciales mostraron
que la zona de mixtos de Interlagos, donde se necesita manejo y precisión,
exigía muchísimo al piloto argentino y el examen no era
aprobado. La máxima carga aerodinámica del coche no
me alcanzaba para andar mejor allí replicó Mazzacane.
Pero los mayores problemas de adherencia son responsabilidad de las gomas
y no de la aerodinamia. Recién en su última vuelta
pudo mejorar una décima, en el primer tramo de la pista, pero no
su posición final. Mazzacane quedó, inclusive, detrás
del Minardi de Fernando Alonso. El español lo aventajó por
dos puestos y tres décimas, pese a que en velocidad el argentino
fue 8 km/h más rápido: 307,8 km/h contra 299,4 km/h. En
la recta, el coche no funciona mal se consoló. Pudo ser peor:
a cinco minutos del final, se salvó por una décima de segundo
de que el otro piloto de la Minardi, el brasileño Tarso Marques,
lo dejara último cola de perro... El recuadro que acompaña
la nota muestra la dificultad endémica de Mazzacane, desde que
está en la Fórmula 1, para construir una buena posición
de partida, que en la actualidad, en la que pasar rivales durante la carrera
es casi imposible, resulta indispensable para obtener una aceptable colocación
final. También demuestra que, pese al cambio de Minardi por Prost,
su desventaja con los pilotos de punta oscila siempre en los tres segundos
por vuelta; aquí en Interlagos quedó más cerca, pero
en rigor los tiempos se bajaron muy poco a causa del calor. Otro dato
llamativo es que sólo pudo ganarle a su coequiper tres de las 20
sesiones clasificatorias, y de las 17 restantes, en nueve (más
de la mitad), quedó a más de un segundo de sus compañeros,
los que manejan el mismo coche.
La desilusión que experimentaba el argentino ayer tras la tanda
fatídica se tradujo en una escasa expectativa para la carrera de
hoy: Espero que cuando la goma empiece a degradarse, el auto no
sufra tanto y se mantenga estable. Ni siquiera la perspectiva de
la lluvia, que podría caer en la última parte de la competencia,
lo carga de optimismo. Tampoco las presencias de Pelé (cómo
él, contratado por PSN) o la supermodelo Naomi Campbell (novia
de Flavio Briatore, team-manager de Benetton) en su box le han traído
fortuna. Es que ayer era sábado, el día que nunca resulta
ser San Gastón.
MICHAEL
PRIMERO, RALF SEGUNDO
El Gran Hermano
Por P. V.
Desde
Interlagos
Nadie espera grandes sorpresas
para hoy. Michael Schumacher sumó con cierta facilidad su séptima
pole-position consecutiva, y aunque los McLaren hayan sido reemplazados
por los Williams como la máxima amenaza para la dominación
ferrarista, la presencia de su hermano Ralf en la primera fila abre un
interrogante indulgente. Nos conocemos bien y no vamos a chocar
en la primera curva confió Michael, gran candidato a ganar
su octavo Grand Prix consecutivo.
Schumacher marcó sus tiempos con extrema sencillez. Fue el único
que pudo bajar la barrera de los 74 segundos para la vuelta, y ni su máximo
rival, Mika Hakkinen, pudo acercarse a más de tres décimas
de segundo. La única vuelta que acechaba la pole-position, una
rapidísima que intentaba el colombiano Juan Pablo Montoya, se deshizo
en una tremenda salida de pista. Pero tampoco la confianza es excesiva.
Mi coche es, probablemente, el mejor de todos aseguró
y tengo la oportunidad de ganar, pero de ahí a hacerlo es otra
cosa. Acaso duda del paréntesis en que se apretaron su hermano
Ralf, Hakkinen, Coulthard y Barrichello, en una décima de segundo,
a sólo tres décimas de su tiempo de la pole-position. Esa
paridad puede significar hoy, en la carrera, una tromba que arroje complicaciones.
Esta es la pista de McLaren. Si no andan bien aquí, si Ferrari
camina mejor, están fregados opinaba el ingeniero argentino
Carlos Funes, integrante de la comisión técnica de la carrera,
antes de la tanda. Y los tiempos le dieron un atisbo de razón.
No sé qué puede pasar, a veces está mejor Ferrari
y a veces McLaren opina en contrario Oreste Berta, el Mago
de Alta Gracia, trabajando aquí en Interlagos al máximo
nivel como consultor de la Jaguar. McLaren usa en esta carrera un alerón
delantero que copiaron a la Ferrari. Pero eso no les posibilitó
a Hakkinen y Coulthard pelear mano a mano con el campeón del mundo.
El pronóstico indica lluvia para la última parte de la carrera.
Rubens
Barrichello, la gran decepción casera del fin de semana, no le
hace tanto caso. Prefiero darle bolilla a mi abuela Isaura, que
vive hace 50 años en el barrio de Interlagos y siente el clima
en sus callos.
El argentino Nicolás Filiberti terminó 20 la carrera de
Fórmula 3.000 que se disputó ayer, tras tocarse con otro
piloto y perder una vuelta.
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