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�ME APENA NO HABER VISTO LA BANDERA A CUADROS�
De lo mejor de Gastón

Mazzacane hizo una de sus más rescatables carreras en la Fórmula 1. El embrague lo dejó cuando estaba décimo. Le dijo a Líbero por qué.

Por Pablo Vignone
Desde Interlagos, San Pablo

“¿Mi mejor carrera? No, la mejor tiene que ser una en la que haya llegado. Me apena no haber podido terminar, después de que habíamos laburado tanto. Es una lástima porque se trabajó todo el invierno para lograr que el auto tuviera confiabilidad, que no se rompiera, y es mi segundo abandono en tres carreras...” Con un dejo de resignación y un mensaje indirecto al equipo Prost, Gastón Mazzacane ensayó el balance de la que pudo ser una de sus demostraciones más rescatables desde que es piloto de Grand Prix, hace 20 competencias. Interlagos terminó dejándole un sabor agridulce en la boca, cuando el embrague del Prost AP04-Acer número 23 traicionó el esfuerzo general en la vuelta 54.
Desde el principio, partiendo desde la 21ª posición, Mazzacane salió al ataque tratando de ganar puestos y había rendido bien en la primera parte, pasando autos y acechando, hasta su primera parada en boxes. “Sí, fue una carrera de ataque, pero no la pude terminar –se lamentaba el piloto una hora después de la carrera–. El auto andaba bien, aunque no estaba del todo conforme con el equilibrio aerodinámico. Necesitaba estar concentrado para poder ir subiendo puestos, pero el coche tenía un ritmo inestable.” Ese arrojo inicial fue elogiado por Jacques Kremer, el titular de PSN: “Estuvo muy bien, fue agresivo, lástima lo del final”, dijo el francés, animado por la performance. El jueves había dicho, a propósito de Mazzacane, que “los contratos, sin los resultados, no sirven de nada”. “Yo estoy conforme con lo que hice –acotó el platense–, especialmente porque vine demostrando que no cometo errores”.
Vestido con camisa de jean y vaquero (“miren, este cinturón es argentino”), Jean Alesi se come un alfajor Havanna mientras cuenta algo de su carrera y defiende a Mazzacane. “Perdí mucho tiempo en una parada y en las últimas vueltas me quedé sin agarre en las gomas traseras.” Hasta siete vueltas antes del final, Alesi ocupaba el sexto lugar, dispuesto a sumar el primer punto para el equipo Prost desde fines de 1999, pero la falta de grip le impidió detener a Fisichella y Villeneuve. “Gastón es serio, responsable, muy profesional –reflexiona–. Es cierto que está fastidiado, en especial por las críticas que recibe en la Argentina. Pero comprendo a los argentinos porque son muy fanáticos del automovilismo. Espero que tenga resultados, lo que sucede es que la F-1 es muy difícil y los tiempos, muchas veces, no alcanzan. Y tampoco andamos en una Ferrari o en un McLaren.”
De eso da fe el piloto argentino. “La puesta a punto del coche fue bastante acertada, pero creo que el coche tiene que mejorar mecánicamente.” Es que a lo largo de las 54 vueltas que cubrió, sufrió problemas sucesivamente con los frenos –como en Australia–, la caja de cambios y, finalmente, el embrague. “Después de la décima vuelta, empecé a sentir esponjoso el pedal. Había mucho freno en las gomas delanteras, y no frenaba siempre en el mismo lugar. Eso me hacía perder ritmo. No digo que anduviera mal, pero no era todo lo constante que necesitaba para atacar.” Fue por entonces que le tomó ocho vueltas poder descontarle 1s3 al brasileño Enrique Bernoldi, que manejaba un Arrows. El Prost tenía buena velocidad final (en el sensor oficial, sólo la Ferrari de Schumacher, con 313,7 km/h, y el McLaren de Coulthard, con 312,5 km/h, fueron más rápidos que el argentino), pero Mazzacane quería más: “Me faltó descargar el auto, sacarle carga aerodinámica para poder ser más veloz y pasar más coches, dado que largaba tan atrás”.
–Pero la carga le facilitaba el tránsito en los mixtos, donde en clasificación le costó tanto andar –sugirió este cronista.
–Es que te la tenés que jugar: o ponés a punto el auto para andar bien allí, o lo ponés para que ande rápido en la recta. Yo necesitaba esto último, pero no lo hicimos del todo –fue su autocrítica.
Luego, fue la caja de cambios la que empezó a lagrimear. “Los problemas se daban en los rebajes, que demoraban. De hecho, Alesi me pasó cuandorebajé para entrar en una curva y el coche quedó en punto muerto –explicó el argentino–. Ojo, que el funcionamiento del coche era bueno en general, sólo que el ritmo era poco constante.”
–¿Eso fue lo que hizo que su caza de Fisichella, entre las vueltas 16ª y 24ª, fuera tan errática? Una vuelta descontaba, a la siguiente volvía a perder décimas... –preguntó este diario.
–Y, no sé... Lo que sé es que yo miraba mis tiempos de vuelta en el display del volante, y sabía que no eran lo que quería –respondió Mazzacane.
La lluvia, que casi le hace perder seis puntos a Michael Schumacher, no lo preocupó. “Había que tener más cuidado, pero aprovechamos para hacer la segunda parada y cargar toda la nafta que precisaba para llegar al final. Y sabía que mi coche estaba más liviano que otros, lo que me hubiera servido sobre las últimas vueltas, porque la estrategia era acertada.” La degradación de las gomas, que lo preocupaba el sábado y que tan mala pasada le jugó a Alesi, tampoco lo perjudicó. “Se gastaron, pero no desequilibraron el coche.”
Parecía encaminado a un final agradable. Sin la presión de tener que definir en una sola vuelta sin cometer errores, como en las clasificaciones que tanto le cuesta resolver, Mazzacane descansa en su confianza durante las carreras, y ayer cumplió un desempeño aceptable, que la bandera a cuadros hubiera transformado en estimulante. “Pero para llegar a la bandera a cuadros, el coche tiene que mejorar mecánicamente”, insiste.
Se terminan los 10 minutos de charla con el piloto. Tras hablar para la cámara de su sponsor PSN, se negó a conceder una entrevista a Sergio Gendler, de “Telenoche”. “Seguís diciendo lo que decís de mí en cámara. ¿Para qué me querés hacer una nota?”, lo increpó. Un rato antes, Kremer había recriminado duramente al manager de Mazzacane, Eduardo Ramírez, presuntamente por algo que habría sucedido entre el piloto y el equipo.
Curiosamente, en su declaración oficial, Alain Prost no hace mención explícita alguna al desempeño de Mazzacane. “El coche se probó competitivo –opinó– muchas veces durante la carrera. Estamos yendo en la dirección correcta, y tenemos que hacer algunos progresos para poder terminar sumando puntos en un futuro cercano.” El argentino se apuró en salir para llegar al aeropuerto, donde a las 19 de ayer tomaba un vuelo rumbo a París. Mañana estará probando el AP04 en Magny-Coeurs, buscando esa fiabilidad mecánica que tanto persigue.

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