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�El Frepaso acabó siendo funcional al modelo que prometió confrontar�

La diputada Alicia Castro dejó el Frepaso, indignada por el voto a los superpoderes de Cavallo. �Chacho es el responsable,� dice.

Por Felipe Yapur

Alicia Castro es diputada y ya no pertenece al Frepaso. Dice que sus integrantes se convirtieron en “traidores a la patria” al votar la ley que le otorga poderes especiales al ministro Domingo Cavallo. Sostiene, además, que la incorporación de Cavallo impedirá que Fernando de la Rúa y Carlos Alvarez vuelvan a gobernar: “apenas administrarán”. En busca de un nuevo horizonte político, cree que tanto el Polo Social que conduce el cura Luis Farinello como la convergencia que están produciendo el socialismo democrático con Elisa Carrió, pueden transformarse en una posibilidad de continuar con el camino que abandonó en el Frepaso.
–¿Por qué se opuso a la ley que le otorga poderes especiales a Cavallo?
–Creo que la cesión de facultades legislativas es una falta de responsabilidad del Parlamento. Quedó claro durante el debate que Cavallo no tiene un plan. No pudieron explicar, por ejemplo, qué medidas quieren tomar con la fusión de organismos del Estado, qué pretende hacer con el Inta, el Conicet y el Senasa.
–Carrió dijo que los que apoyaban la ley eran infames traidores a la Patria. ¿El Frepaso también?
–Sin duda. Esto es lo que establece la Constitución Nacional en su artículo 29 y la ley es igual para todos.
–¿Chacho Alvarez?
–Chacho es responsable de la integración de Cavallo en el actual gobierno; esto es una burla al profundo sentido de cambio que tuvo el voto popular en 1999. Antes de que lo promocionara como el economista heterodoxo, Cavallo apenas había obtenido el 10 por ciento de los votos.
–¿Esta ley significa el fin de la Alianza?
–Antes de esta ley, la Alianza había dejado de existir. Ahora hay otra alianza: Cavallo, De la Rúa y sectores del menemismo. La nueva alianza que trenzaron (Fernando) De Santibañes y (Enrique) Nosiglia para servir a los sectores de la economía y las finanzas que vaciaron el país. De la Rúa y Alvarez no volverán a gobernar, apenas administrarán.
–¿Considera que el Frepaso dio un giro a la derecha?
–El Frepaso se postuló como el garante del cambio. Sin embargo, a poco de andar, sus principales dirigentes entraron en el posibilismo y se sometieron a la lógica perversa del ajuste-recesión-ajuste que nos condujo a un estrepitoso fracaso económico y político. Así llegaron a formular esta declaración de impotencia que volvió a instalar en el gobierno el modelo político y económico que habíamos combatido y derrotado.
–¿Qué responsabilidad le cabe a Alvarez?
–Es el principal responsable. Cuando renunció a la vicepresidencia con la certeza de que funcionarios del gobierno compraron los votos de senadores para aprobar la reforma laboral, creímos que ese gesto sería acompañado por la lucha contra la verdadera corrupción: el poder económico que compra, somete y degrada al poder político. Era la oportunidad para convocar a la fundación de una nueva República. Pero el Frepaso acabó siendo funcional al modelo que prometió confrontar.
–¿Piensa permanecer en el Frepaso?
–Ya no tiene sentido. El Frepaso ya no es un instrumento de transformación. Es preciso construir una nueva coalición, reuniendo a los disidentes que dejamos el Frepaso, al ARI de Carrió y el Socialismo Democrático, al Polo Social y a todos los sectores sociales afines. Yo estoy trabajando en esa dirección. Creo que es posible articular esa coalición como alternativa electoral, sé que es imprescindible.
–¿Cómo se justifica ante el electorado que votó a la Alianza la incorporación de Cavallo al Gobierno?
–La falta de análisis y ejecución de propuestas novedosas, llevaron a la aceptación del pensamiento único, del pensamiento cero. A la concentración financiera se le sumó la concentración de las ideas y ahorala concentración del poder. Le entregaron la suma del poder público a Cavallo: el de ejecutar, el de legislar y, por lo visto, el Judicial ya que Cavallo ha absuelto a los senadores sospechados de corrupción.
–Alvarez sumó a la UCR cuando era la tercera fuerza política. Ahora allanó la entrada de Cavallo. ¿Es un resucitador de muertos políticos?
–Me parece una definición genial. Chacho es un armador de escenarios electorales y un resucitador de muertos políticos. Pero no creo que encuentre en la UCR ni en Cavallo una generosidad recíproca.

 

 

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