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QUIENES SON LOS PRINCIPALES HOMBRES DE CONFIANZA DEL CANDIDATO LUIS FARINELLO
Los que trabajan para que el Senado tenga cura

Hombres del riñón de la CGT rebelde de Hugo Moyano, un ex ministro de Salud, viejos militantes del justicialismo, del Partido Intransigente y la Democracia Cristiana, y también un puñado de dirigentes sociales son parte del abanico de personalidades que conforman la mesa de conducción del Polo Social. El papel de Eduardo Duhalde.

Por Laura Vales

Daniel Carbonetto es economista. Francisco Gutiérrez maneja desde hace décadas la UOM de Quilmes. Miguel Santín alguna vez probó suerte como empresario y terminó convertido en dirigente social. El médico Floreal Ferrara es el mayor del grupo, pero comparte con Juan Carlos Añón, de quien lo separan más de 20 años de distancia, recuerdos comunes de los 70, cuando él era ministro de Salud de Oscar Bidegain y Añón, uno de los principales dirigentes de la JP. Todos integran el equipo de colaboradores políticos más cercano a Luis Farinello.
Se reúnen con él una vez por semana, casi siempre en la sede del sindicato de Molineros, para darle forma al crecimiento del Polo Social. En el último mes, los desvelos de esta cofradía donde hasta ahora ha habido espacio casi exclusivamente para los hombres llevan el nombre de dos mujeres: Lilita Carrió y Alicia Castro. A la primera no saben si van a conquistarla. A la titular del gremio de aeronavegantes, en cambio, ya la cuentan como si fuera de las suyas.
La mayor parte del grupo –que en lo formal constituye la Junta Nacional del partido– está en el Polo Social desde los días de su fundación, allá por setiembre del ‘98. Y casi todos tienen raíces en el PJ.
Carbonetto es el principal asesor económico de la CGT rebelde de Hugo Moyano. A mediados de los ochenta fue uno de los autores del plan económico de Alan García, que limitó el pago de la deuda externa peruana a un porcentaje de las exportaciones. Inspiró también la nacionalización de la banca y a la vuelta de correo tuvo que correr por los techos para escapar de un atentado en la casa en la que vivía, en Lima. Después sufriría otros dos.
Menos conocido es su papel como ghost writer de Carlos Menem, a su vuelta al país tras la caída de aquel plan económico. Carboneto trabajó con Gustavo Beliz en el diseño de lo que Menem enunció como la revolución productiva e incluso, tras el triunfo del PJ del ‘89, ocupó un cargo en la Secretaría de la Función Pública durante unos tres meses.
Hoy está al frente del área académica del Centro de Estudios Socioeconómicos y Sindicales (CEES), la consultora de la CGT rebelde donde también tiene un lugar otro de los operadores del Polo, Edgardo Rodríguez, quien antes de dedicarse a los mercados supo estudiar teología.
Muy lejos de lo que tenga que ver con ese tipo de números, la especialidad de Floreal Ferrara es la medicina social. Ferrara fue ministro de Salud de dos gobernadores peronistas de la provincia de Buenos Aires: Oscar Bidegain, en 1973, y Antonio Cafiero en el ‘87. Pero el berretín por la salud pública le venía de mucho antes, desde que era un médico recién recibido y se hizo amigo de Ramón Carrillo.
En la recién abierta sede del Polo en la Capital Federal también se suele ver a Juan Carlos Añón, el antiguo dirigente de la JP. Y de las reuniones semanales con Farinello es de la partida Moisés Fontenla, que como diputado creó junto a Chacho Alvarez el Grupo de los 8 y volvió después a su pueblo, Castelli, para ser intendente. Otros vienen del socialismo, como el ex ombudsman porteño Antonio Cartañá, o de la Democracia Cristiana como Esio Silveira.
En los últimos dos meses, parte de la tarea de algunos integrantes del grupo fue avanzar en los acuerdos con las segundas líneas y la militancia desencantada del Frepaso. El Polo tiene conversaciones muy avanzadas con Alicia Castro, quien se entusiasma con la idea de lanzar su propio sector y articular un frente electoral que incluya, detrás de la figura de Farinello, a otros disidentes (ver página 6). Lo que falta saber es cuántos se irán con ella. Todo indica que la migración de más peso se dará en el conurbano, donde el Polo tiene sus mejores chances electorales.
Luis D’Elía, el concejal y líder de los piqueteros en La Matanza, será de la partida. En la Legislatura bonaerense las diputadas Susana Amaro y Graciela Vanzán piensan en dar el mismo paso y otros seis legisladoresprovinciales mantienen con el sector de Farinello conversaciones periódicas.
La sangría será más abultada por debajo y podría sumar a varias decenas de concejales en el conurbano. Más que el peso político de estos pases, para una fuerza nueva cada incorporación de militancia con experiencia tiene un plus de importancia operativa: para juntar firmas por el reconocimiento del Polo como partido, para hacer campaña y, sobre todo, para tener fiscales. Que el día de la elección son tan necesarios como la intención de voto.
En el equipo de Farinello se ve por estos días un entusiasmo casi estudiantil con estas cuestiones. Se encargan de tramitar la estructura jurídica del Polo y de formar juntas promotoras en el interior del país. Están exultantes por el resultado de las encuestas y no los preocupa demasiado si en el trabajo de sumar entra la paja con el trigo. Defienden la incursión de Farinello en la radio de Daniel Hadad y niegan la presencia dentro de la fuerza de los hombres del nacionalista Alberto Assef. Dicen que detrás de ese cura apacible y sencillo hay mucho más olfato político que el que todos creen y que ellos son, más que nada, asesores técnicos. Farinello los describirá en cambio como la mejor garantía para un recién llegado a la política como él. Frases que denotan que, en más de un sentido, él y su grupo funcionan como un buen equipo.

En radio y en TV

El Polo Social parece dispuesto a no despreciar oportunidades para su difusión. Desde hace un par de fines de semanas, Luis Farinello tiene un programa en Radio 10, la emisora de Daniel Hadad. En el Polo dicen que Hadad les ofreció el espacio de manera gratuita (los domingos) y que es “una buena vía para llegar a un público que de otra manera nunca se le ocurriría escuchar su propuesta política”.
Ante las críticas por la sociedad con Hadad, alegan que Farinello es el único que maneja el contenido del programa, que dice todo lo que quiere y que puso como condición mantener una línea abierta de comunicación con los oyentes.
“No nos preocupa los efectos que pueda tener sobre su imagen”, dijo uno de los asesores del sacerdote a este diario; “si es por cuidarle la imagen, una hora propia, aunque esté en la radio de Hadad, tiene menos riesgo que una hora en el programa de Mariano Grondona o en el de cualquier otro conductor, donde él no puede manejar lo que pasa y tiene que limitarse a responder”.
El programa lleva tres emisiones. Farinello tiene también un espacio nocturno en el Canal 7, pero su contenido –a diferencia de la producción para la radio de Hadad– está exclusivamente centrado en cuestiones religiosas.

PARA EL CANDIDATO A SENADOR DEL PJ, EL CURA LE “ROBA” VOTOS A LA ALIANZA
Duhalde apuntala el crecimiento de Farinello

Por Diego Schurman

Hace unos días, en ronda de amigos, Eduardo Duhalde dio la primera pista.
–Con el Polo Social va a haber una convergencia natural en un futuro no muy lejano.
Pero el dilema lo terminó de develar este mismo fin de semana, cuando hizo conocer la orden que bajó en el distrito.
–Ayuden a Farinello.
Cuando se conoció la decisión del cura de lanzarse a la política, Duhalde hizo malabares para coptarlo. No veía razón para no hacerlo. Farinello siempre admitió su admiración por Juan Domingo Perón y nunca se sonrojó con las becas que recibe de las provincia de Buenos Aires para sus trabajos sociales.
La propuesta inicial de Duhalde fue sencilla: le ofreció a su “amigo” -un título que reconocen ambos– el primer lugar en la lista de diputados del PJ bonaerense. Pero el cura, lanzado como candidato a senador, le dijo que quería mantener distancia tanto del justicialismo como de la Alianza.
La preocupación del ex gobernador, también en la disputa por una banca del Senado, no duró demasiado. Los últimos números que le acercaron, hace algunas semanas, le despertaron una enorme sonrisa. “Las encuestas dicen que los que votan a Farinello, a mí no me votan y en cambio sí votarían a la Alianza”, dijo en la intimidad.
En otras palabras: la presencia del religioso en la competencia electoral es fundamental para el triunfo de Duhalde porque le “roba” más votos a Raúl Alfonsín, el candidato a senador de la Alianza, que al justicialismo.
Un ejemplo que le gusta exhibir es el de La Matanza. Los últimos sondeos ubican a Farinello segundo, por encima de Alfonsín. En esos pagos, que comanda el peronista Alberto Balestrini, Duhalde marcha primero, y cómodo. Hace unos días, el religioso leyó detenidamente la encuesta durante una deliciosa cena que le ofreció la familia del ex gobernador en su casa de Lomas de Zamora.
La obsesión de Duhalde es no perder un ápice el control provincial. En ese contexto se entienden sus contactos con Víctor De Gennaro y referentes de Hugo Moyano. Al primero le preguntó de qué manera la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) le daría impulso a Farinello. Con los otros analizó directamente la mejor manera de apuntalar al cura. Es sabido que numerosos referentes de la CGT rebelde –que hacen buenas migas con Duhalde y el gobernador Carlos Ruckauf– trabajan codo a codo con el religioso.
A ellos el dirigente del PJ les pidió que le garantizaran fiscales a Farinello para que los radicales “no se aprovechen de su inocencia”.
Con esos gestos, Duhalde quiere mostrarse como el hombre “fuerte” del territorio, en todo sentido. Y para ello también apuesta a sumar nombres de “prestigio”. Le gustaría que Antonio Cafiero y también Chiche, su mujer, lo acompañaran en la boleta de senadores.
Cafiero tiene el handicap –en el electorado, claro– de haber denunciado a sus compañeros por supuestas coimas en el Senado. La ventaja de Chiche es, entre otras cosas, la de ser portadora de apellido. Sin, embargo la fórmula Duhalde-Duhalde hoy por hoy es una quimera. “Me encantaría ir con ella. Es con la que mejor doy en las encuestas. Pero sería muy chocante; ésta no es una provincia del norte”, suele justificar el candidato a la hora de aclarar por qué lo más seguro es que la lista la integre Mabel Muller y no su mujer.
El crecimiento de Farinello, que tanto estimula, ahora le preocupa poco. Sabe de su falta de estructura, que no está en la mejor sintonía con los socialistas que acompañan a Elisa Carrió en la Capital, y que su distancia con Domingo Cavallo lo hará, en todo caso, estar más cerca de PJ que de la Alianza. Sobre todo ahora que Ruckauf deberá comenzar su lento pero seguro distanciamiento del ministro de Economía si quiere ser presidente en 2003.

 

 

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