Por
Pedro Lipcovich
Por
primera vez en la historia occidental, ayer, en Holanda, se efectuaron
matrimonios entre homosexuales. Cuatro parejas, tres de gays y una de
lesbianas, se casaron en una ceremonia presidida por el alcalde de Amsterdam.
En otros países existen ya contratos de parteneriato, asemejables
al matrimonio civil, pero la ley holandesa que se había aprobado
en diciembre equipara totalmente la institución matrimonial
para heterosexuales y homosexuales. La norma permite la adopción
-aunque no de niños nacidos en otros países y sólo
vale para personas con residencia en ese país, a fin de no alentar
que ciudadanos de otras naciones viajen para celebrar matrimonios a la
holandesa.
Estamos escribiendo una página de la historia, dijo
el alcalde de Amsterdam, Job Cohen, luego de presidir personalmente los
matrimonios, que se celebraron en los primeros minutos del 1º de
abril, día de entrada en vigencia de la ley. Cohen, desde su anterior
cargo de secretario de Justicia de Holanda, había sido uno de los
impulsores de la ley.
Tal como establece la legislación matrimonial holandesa, los futuros
cónyuges se estrecharon la mano derecha y reafirmaron ante el funcionario
su voluntad de casarse y respetar los deberes matrimoniales. Los varones
vestían smokings o sacos de cuero y las mujeres llevaban vestidos
de novia. Completada la ceremonia, los integrantes de cada pareja se besaron,
entre los aplausos de más de cien invitados.
En declaraciones posteriores, Cohen advirtió que la nueva legislación
no abre las puertas al turismo homosexual, es decir, a que
parejas homosexuales de diversos países viajen a Holanda para casarse:
para poder contraer enlace, por lo menos uno de los integrantes de la
pareja debe tener residencia en Holanda.
Los matrimonios homosexuales, al igual que los hétero, podrán
adoptar niños en tanto cumplan condiciones como la de un mínimo
de tres años de convivencia; este derecho se supedita a que los
hijos adoptivos sean de nacionalidad holandesa, para no entrar en colisión
con legislaciones de otros países que no permitan la adopción
por parejas del mismo sexo. También se establecen pautas para el
divorcio.
La ley había sido aprobada por los diputados holandeses en setiembre
pasado, y en diciembre por los senadores. Las iglesias católica
y protestante holandesas se opusieron, aunque el Episcopado manifestó
que de todos modos, somos favorables al parteneriato.
Esa figura ya regía en Holanda desde hace dos años. Se trata
de un contrato civil que incluye derechos de herencia, pensión
por fallecimiento, asignaciones familiares y obra social. Este tipo de
unión existe también en Francia y, en diversos grados, en
Dinamarca, Noruega, Suecia, Groenlandia, Islandia, Hungría, Bélgica,
la ciudad alemana de Hamburgo, Cataluña y otras ciudades españolas,
varios territorios del Canadá y de Australia y el estado norteamericano
de Vermont.
En el Mercosur, los antecedentes son los proyectos parlamentarios presentados,
en Brasil, por la entonces diputada Martha Suplicy (actual alcaldesa de
San Pablo), y, en la Argentina, por la diputada Laura Musa (ver recuadro).
En Holanda, es posible que las parejas del mismo sexo representen
pronto un 15 por ciento del total de matrimonios, declaró
ayer Henk Krol, redactor en jefe del diario Gay Krant, de la comunidad
homosexual holandesa, quien comentó que dentro de un año,
es posible que se hayan casado unos 10.000 homosexuales. Según
un estudio efectuado por la Universidad de Leiden, en el centro de Holanda,
unas 6300 parejas del mismo sexo firmaron contratos de parteneriato, y
más del 60 por ciento de ellas se proponían contraer matrimonio
cuando les fuese posible. Se estima que residen en Holanda unas 400.000
personas homosexuales.
La ley votada por los legisladores holandeses está en sintonía
con su decisión de poner condiciones al casamiento de su príncipe
heredero con la argentina Máxima Zorreguieta, a cuyo padre, quien
fue funcionario de ladictadura militar, no le será permitido asistir
a la boda. Así, la institución del matrimonio gay no es
una manifestación de permisividad sino de un sistema
de prohibiciones distinto al que rige en la Argentina, donde el matrimonio
homosexual no está permitido y la condición de ex funcionario
de la dictadura no es sancionada.
Proyecto
para la Argentina
Por P.L.
Nuestro
proyecto de unión civil o parteneriato garantiza los derecho
de herencia, de obra social y de pensión, y la comunidad
de bienes (excepto acuerdo previo en contrario entre los miembros);
incluye a los miembros en la ley de violencia doméstica y
establece pautas para la disolución del vínculo,
enumera Rafael Freda, de la entidad SIGLA (Sociedad de Integración
Gay Lesbiana Argentina).
El proyecto no incluye el derecho a adopción. En la Argentina,
el matrimonio no incluye el tema de la adopción, que se legisló
por separado.
En cuanto a la situación actual para las uniones homosexuales,
el derecho a la obra social depende de cada caso: OSPLAD,
de los docentes, lo admite, como OSECAC, de empleados de comercio
y la Sociedad de Actores; en cambio, manifestaron su rechazo la
obra social de los bancarios, la Universidad del Centro de la Provincia
de Buenos Aires, los empleados provinciales de Córdoba,
enumera Freda. En las parejas gays tampoco rige el derecho a la
herencia.
De todos modos, el derecho fundamental que se pierde por no
haber ley de parteneriato es el del reconocimiento por parte del
Estado. El hecho de no poder comprometerse ante el Estado es lo
que convierte a una persona en ciudadano de segunda, más
allá de cuáles son los beneficios o derechos concretos
de que se vea privado, afirma Freda.
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