Por
S. K.
Por
David Cufré
Por primera vez desde que asumió
como superministro, Domingo Cavallo les habló ayer a los mercados.
Pero no como solían hacerlo sus antecesores, José Luis Machinea
y Ricardo López Murphy, quienes por calmar a los financistas no
medían que sus palabras espantaban a la población. Cavallo
envió una fuerte señal a los acreedores, al FMI y al establishment
financiero, pero con un discurso maquillado que pareció dirigido
a los sectores de la producción. El verdadero sentido de su mensaje
fue ratificar que el Gobierno cumplirá con los compromisos asumidos
ante el FMI, a pesar de que en el primer trimestre anunció
el déficit fiscal se disparó mil millones de pesos por sobre
lo convenido con el organismo multilateral.
El ministro de Economía convocó a una conferencia de prensa
en el mediodía del feriado con la promesa de anunciar nuevas medidas
para salir de la recesión. Sin embargo, repitió lo que había
anticipado la semana pasada, respecto de que bajará impuestos y
promoverá la recuperación de los sectores fabriles más
castigados por la crisis y por la apertura de la economía, que
él mismo promovió en su etapa anterior como superministro
de Carlos Menem.
Vamos a cumplir plenamente la meta de déficit fiscal que
nos habíamos fijado para este año, con la Ley de Presupuesto,
con el Pacto Fiscal y con la Ley de Responsabilidad Fiscal, enfatizó
el ministro, antes de iniciar una gira por Estados Unidos y Canadá.
Hoy se conocerá oficialmente que la recaudación de impuestos
cayó en marzo alrededor del 10 por ciento. Ese dato, sumado a que
el déficit fiscal del primer trimestre orillará los 3100
millones de pesos, contra los 2100 millones pautados con el FMI, podría
provocar una nueva sacudida en los mercados. Cavallo se adelantó
a esa probable reacción y dijo lo que todos los ministros de Economía
afirman ante coyunturas similares: que se cumplirán las metas fiscales.
Y anticipó que esta vez el ajuste vendrá por el lado de
la seguridad social.
Aunque en su versión 2001 Cavallo se muestra desafiante frente
a los mercados, ayer hizo un esfuerzo por tranquilizarlos. El financiamiento
del sector público está asegurado, sentenció,
buscando alejar el fantasma del default (cesación de pagos de la
deuda) que tuvo a maltraer a Machinea durante toda su gestión.
Cavallo consideró necesario hacer semejante aclaración por
las complicaciones que aparecen en el frente fiscal y porque no quiere
repetir la experiencia de su antecesor.
Sin embargo, el ministro negó que el Gobierno esté gestionando
un nuevo crédito de salvataje con el Tesoro de Estados Unidos,
y subrayó que se respetarán los pagos a los acreedores sin
necesidad de recurrir a un financiamiento diferente al que hemos conseguido,
en relación al blindaje capitaneado por el FMI. Pero si hace dos
semanas Cavallo se atrevió a retar a los banqueros por cobrar tasas
de interés exorbitantes en las colocaciones de deuda pública,
y enfatizó que nunca más pagaremos tasas ruinosas
para el país, ayer utilizó palabras menos estridentes.
Dijo que se tratará de lograr el máximo financiamiento
necesario en el mercado local, y que sólo se recurrirá
al externo en la medida que los términos de los préstamos
sean atractivos para la Argentina.
Las novedades de su conferencia de prensa pasaron por los temas que más
les importan a los financistas, pero Cavallo sabe que no logrará
generar un clima propicio para la reactivación si se detiene en
ellos. El problema que no supo cómo resolver Machinea, y mucho
menos López Murphy, fue el de la falta de expectativas en la recuperación
económica. Por tanto, Cavallo juega todas sus fichas a mostrarse
como un ferviente promotor de la producción. Ayer hizo una nueva
representación de ese papel, aunque en los hechos sus anuncios
fueron escasos.
El ministro señaló que la promoción sectorial se
dará por la vía de baja de impuestos que encarecen
la inversión, el capital y el costo de la mano de obra. En
concreto, mencionó que se reducirán las tasas de losimpuestos
a los intereses y a la ganancia mínima presunta, pero no dio un
cronograma preciso ni mencionó la magnitud de las rebajas. De sus
palabras se desprende que podría avanzar con una rebaja de los
aportes patronales, ya que habló de reducir el costo de la mano
de obra. La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, quien participó
de la conferencia de prensa, puntualizó que los primeros sectores
beneficiados por esas medidas serán los de siderurgia, textiles
y calzados (ver aparte).
Cavallo aclaró que no vamos a manosear para nada el IVA,
Ganancias, ni el impuesto a las Transacciones Financieras (la flamante
tasa sobre las cuentas corrientes). Sobre este último, sostuvo
que en el futuro será el único medio de pago a cuenta
de IVA y Ganancias. El ministro también indicó que
más adelante habrá otros rubros industriales favorecidos
por baja de impuestos. No habrá arbitrariedad, serán
conocidos los beneficios y los beneficiarios, y los fundamentos para elegirlos,
destacó.
Por otra parte, insistió en que su política para proteger
a la industria local de la importación indiscriminada contempla
un aumento de aranceles para los bienes de consumo masivo. Hemos
pedido una especie de waiver (o perdón) a nuestros socios del Mercosur
para tomar esa medida, señaló. Pero aclaró
que estamos dispuestos a escuchar cualquier sugerencia que nos hagan
nuestros socios, a fin de evitar un nuevo conflicto en el bloque
regional. En rigor, lo mismo había dicho la semana pasada, pero
antes de irse de viaje, Cavallo quería garantizar que cumplirá
con las metas de déficit fiscal y que pagará la deuda, aunque
pareció que su único interés era seguir mostrando
su nueva faceta productivista.
A
Koehler le gusta flexible
Primero,
la palmada. Después, el abrazo de oso. Todo en un mismo acto.
Lo primero fue cuando Horst Koehler, el director gerente del Fondo,
dio un encendido respaldo a la gestión de Domingo Cavallo.
Pero este gesto quedó empañado momentos más
tarde cuando el mismo funcionario opinó ayer en Berlín,
cuidando de no hacer mención a la Argentina, que los
tipos de cambio flexibles son, generalmente, la mejor y más
segura solución ya que cumplen una función
de válvula de escape para desarrollos defectuosos de las
políticas económicas de los países. Más
adelante, Koehler dijo que las recientes crisis financieras han
estado siempre relacionadas, directa o indirectamente, con tipos
de cambio rígidos, como es el caso de la Argentina.
Esto salta a la vista, reseñó, no sin
antes aclarar que no existe una receta universal que
asegure el éxito económico. El director gerente del
FMI dejó en claro que las cajas de conversión, como
existe en la Argentina, sólo pueden usarse en algunos
casos aislados, pero acompañados por una política
económica disciplinada. Si bien Cavallo hizo mención
a la posible adopción de una canasta de monedas, dejó
en claro que ello ocurría sólo en un futuro.Por último,
lanzó una advertencia. Los deudores y los acreedores
tienen que saber en todo momento que las ayudas financieras del
FMI no están para asumir sus responsabilidades para los riesgos
asumidos, dando a entender que no socorrerá a los países
que no puedan cumplir.
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Las
reglas para competir
En la conferencia
de prensa, Domingo Cavallo defendió el nuevo decretoley de
Defensa de la Competencia, que Fernando de la Rúa firmó
antes de viajar a Italia, porque permitirá bajar de 300 trámites
actuales a menos de 60. Esa simplificación evitará
las trabas que perjudican la inversión, dijo. El régimen
que estará vigente en los próximos días establece
que sólo sea necesario que se presenten ante el Tribunal
de Defensa de la Competencia las empresas que superen en el país
una facturación superior a 200 millones de pesos. Se eliminan
de ese requisito a aquellas que vendan por más de 2500 millones
de dólares internacionalmente. El nuevo sistema no mereció
reparos del secretario de Defensa de la Competencia, Carlos Winograd,
uno de los funcionarios que vienen del equipo de José Luis
Machinea, quien argumentó dos cosas: una, que la facturación
que vale es la que se registra en la Argentina; la otra, que su
organismo debe concentrarse en impedir la formación de monopolios
y no en cualquier operación.
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