El
Gobierno volvió a establecer el 2 de abril como feriado nacional
para compensar a los militares frente a los repudios del 24
de marzo y le puso el pecho a esa decisión: el presidente provisional
del Senado -interinamente a cargo del Ejecutivo, Mario Losada; el
ministro de Defensa, Horacio Jaunarena; y demás funcionarios nacionales
encabezaron los principales actos en recordación a los caídos
en la guerra de Malvinas. El gran ausente en la conmemoración no
fue Fernando de la Rúa -de visita oficial en el Vaticano
sino el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, quien ordenó el desembarco
en las islas hace 19 años.
Los actos del Día del Veterano de Guerra comenzaron
a las 9 en la Plaza San Martín, donde Losada colocó una
ofrenda floral en el monumento a los caídos en la guerra de Malvinas,
y continuaron una hora después en el Regimiento I de Patricios.
Allí, Jaunarena subrayó que la vía armada está
descartada definitivamente como hipótesis para recuperar
la soberanía de las islas y puso énfasis en aclarar que
la intención era rendir homenaje en el día en que
los soldados fueron a Malvinas, porque nunca es tarde para el reconocimiento.
Además, negó que los militares estuvieran molestos por los
actos de repudio a propósito del 25º aniversario del golpe
de Estado del 76.
Jaunarena no vinculó uno y otro tema por capricho sino porque efectivamente
lo están: como reveló días atrás Página/12,
el restablecimiento del feriado nacional del 2 de abril como en
la dictadura es producto de otro avance militar sobre el Gobierno
de la Alianza. Se trata de una operación que comenzó el
año pasado cuando el entonces ministro de Defensa, Ricardo López
Murphy, le empezó a advertir a De la Rúa que el aniversario
del golpe de Estado disgustaría a las Fuerzas Armadas. Entonces,
el Gobierno concluyó que lo mejor para remediar el malestar de
los militares sería elevar el rango del tema Malvinas.
Quiero expresar mi sentido homenaje a quienes dieron muestra de
heroísmo y coraje, reafirmando la vía exclusivamente pacífica
para la solución de nuestro legítimo reclamo, sostuvo
De la Rúa desde Roma. En el acto central, el único orador
fue el jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Juan Carlos
Mugnolo. Tras quejarse del silencio sobre los hechos en los
años posteriores al conflicto, el militar afirmó que luego,
la objetividad del paso del tiempo dio lugar a esta reivindicación,
sin olvidar los errores cometidos y manifestó que la implementación
del feriado nacional significa que se han dejado de lado los desencuentros
entre la sociedad civil y los militares. Mugnolo señaló
que la guerra de Malvinas fue uno de los episodios de mayor trascendencia
en la historia argentina, que tuvo ciclos de éxitos y de
fracasos, y también destacó que la Argentina
ha renunciado al empleo de la fuerza para recuperar las islas.
Del acto participaron, entre otros, el jefe de Gobierno porteño,
Aníbal Ibarra, y los titulares del Ejército, Ricardo Brinzoni;
de la Fuerza Aérea, Walter Barbero; y de la Armada, Joaquín
Stella.
Es un reconocimiento a quienes perdieron la vida y a quienes sirvieron
y hoy siguen combatiendo para lograr una Argentina más grande,
opinó Brinzoni acerca de la ceremonia, y aseguró que no
tenemos ningún tipo de malestar ni rencor por los repudios
del 24 de marzo, aunque agregó que para la reconciliación
falta que todos digamos todas las verdades y olvidemos los odios
pasados. Sobre Malvinas dijo confiar en que en un futuro cercano
se pueda recuperar la soberanía sobre las islas, pero coincidió
en que esa instancia se logrará por la vía diplomática.
El titular de la Federación de Veteranos de Guerra, Héctor
Beiroa, también estuvo en el acto y pidió que se cumpla
el mandato patriótico y de la Constitución de recuperar
las islas Malvinas. Beiroa reclamó además al Gobierno una
serie de medidas para lograr la reinserción social
de los ex combatientes. Todavía los veteranos de guerra no
han tenido -advirtió el reconocimiento social que otros países
les dispensan a sus guerreros.
Los
actos de repudio
A
19 años del desembarco argentino en Malvinas no sólo
hubo actos en conmemoración de los muertos durante la guerra,
sino también repudios al dominio británico sobre las
islas. La juventud de la Central de los Trabajadores Argentinos
(CTA) realizó un escrache frente a la Torre de los Ingleses,
en Retiro. Allí quemaron banderas de Gran Bretaña
y de Estados Unidos y repudiaron también a la dictadura militar.
Por su parte, militantes del Movimiento Socialista de los Trabajadores
(MST) se movilizaron hasta la Embajada del Reino Unido con el mismo
objetivo que los jóvenes trabajadores y también quemaron
banderas británicas y estadounidenses. Vinimos a expresar
nuestro homenaje a los caídos y a los ex combatientes, que
aún siguen peleando por sus reclamos, explicó
la legisladora porteña por el MST, Vilma Ripoll, quien encabezó
la movilización, en la que primaron consignas como fuera
ingleses de Malvinas, fuera yanquis de América latina.
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