Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

KIOSCO12

OPINION

Por ahora, no hay otra

Por Alfredo Allende

Es verdad que Domingo Cavallo es el autor del plan neoliberal que ha postrado al país. Es verdad que Domingo Cavallo favoreció la multiplicación geométrica de la deuda externa del país. Es verdad que la apertura casi irrestricta de la cual fue adalid Domingo Cavallo y su invención de 1 a 1, han arruinado gran parte del agro y de la industria e incentivado el proceso de concentración oligopólica imperante. Pero es verdad, también, que a esta altura de la historia, resulta absurdo suponer que un régimen capitalista-financiero –o “tout-court”– un régimen capitalista, esté capacitado para proveer al bienestar general aquí o en cualquier otra parte del mundo. la débâcle social es el sendero inevitable que recorre la civilización, con cierta lentitud, pero irreversiblemente.
En la Argentina, la relación de fuerzas político-sociales-culturales se inclina, por ahora, desmesuradamente a favor del mantenimiento del cuadro general implantado, apuntalado, como está, por el panorama internacional y la presencia de fuerzas políticas mayoritarias, de derecha, de centro y, también, del llamado progresismo o izquierdismo que han acordado con el neoliberalismo: otra verdad que fingimos ignorar cuando la socialdemocracia europea no interfiere en ningún asunto básico que hace las delicias del neoliberalismo. Con semejante marco de referencia, escandalizarse ante Cavallo es hipocresía, sobre todo, cuando el reiterado ministro apela a medidas no ortodoxas que van desde una cierta protección a la industria hasta una preservación de las modestas condiciones previsionales, pasando por un afán de bajar tasas bancarias y potenciar obras de infraestructura. ¿Los ministros radicales de Economía hicieron algo en estas materias?
Cavallo ha venido a impedir que el país modelo del neoliberalismo cayera en bancarrota y arrastrara el prestigio del sistema por los suelos, junto a las economías de muchos otros países. No jodamos: mientras las organizaciones sindicales, los partidos políticos, los sectores populares de la sociedad, mientras los pueblos de Latinoamérica, no estemos en relación de fuerzas, para trastocar revolucionariamente el mecanismo explotador del capitalismo, lo que nos queda por hacer es criticar las medidas que no profundizan el apoyo a la producción local y alentar por todos los medios una toma de conciencia popular militante.

* Diputado nacional (Alianza- UCR).


 

PRINCIPAL