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LOS DOS PROYECTOS PARA DIVIDIR LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
La batalla de las comunas porteñas

La Legislatura fijó el 26 de abril como fecha para tratar la división de la ciudad en comunas, pero aún no hay acuerdo: el radicalismo quiere 16 comunas, mientras que el proyecto de Jorge Argüello divide la ciudad en 8. Las juntas comunales deberían ser elegidas por los vecinos este año.

Por Eduardo Videla

La Legislatura porteña inició una carrera contra el almanaque para cumplir con un mandato de la Constitución de la Ciudad: la sanción de la Ley de Comunas, que dividirá a Buenos Aires en un número aún no determinado de territorios, que serán gobernadas por juntas elegidas por los vecinos. La propia Legislatura dispuso que el tema fuera tratado el próximo 26 de abril, aunque la crisis que sacudió el mapa político del país y la ciudad promete estirar los tiempos. El tema divide al oficialismo: mientras los radicales quieren fraccionar a la ciudad en 16 comunas, coincidentes con los actuales Centros de Gestión y Participación (CGP), el Frepaso está más cerca del criterio de Jorge Argüello (Encuentro por la Ciudad), que promueve la división en ocho. Lo cierto es que el tema ni siquiera fue tratado por la comisión respectiva, lo que hace difícil que se cumpla con lo que establece la Constitución de la Ciudad, según la cual, este año deben comenzar a funcionar las juntas comunales.
La creación de las comunas apunta a descentralizar la gestión política y administrativa, una forma de acercar a los vecinos con sus gobernantes. Según la Constitución porteña, cada comuna estará gobernada por una junta, integrada por siete representantes elegidos en forma directa. Esa junta –dice la ley– debe estar integrada en un plazo de cinco años a partir de la sanción de la Constitución. Pero previamente, una ley debe establecer los límites de cada territorio y definir sus atribuciones y competencias. El plazo está prácticamente vencido y la Legislatura recién se apresta a debatir el tema.
La definición del tema viene a caer en un momento de realineamiento de fuerzas en la Legislatura. El principal bloque de la oposición, Encuentro por la Ciudad, se fragmentó: los cinco cavallistas, ahora identificados con el oficialismo, se abrieron, lo mismo que tres justicialistas, que armaron su propio bloque.
En la Legislatura hay, por el momento, dos proyectos en carrera: el de la radical Gabriela González Gass y el del peronista Jorge Argüello. El Frepaso todavía está consensuando su iniciativa y el Ejecutivo no se ha pronunciado.
La principal diferencia entre las dos posturas está en el número de comunas en que se dividirá la ciudad. El proyecto de González Gass propone la creación de 16 comunas, cuyos límites coinciden con los actuales CGP. Estos centros, a su vez, han sido conformados respetando la geografía de las circunscripciones electorales y en algunos casos agrupan a dos o tres de esas parroquias. La iniciativa de Argüello, en cambio, agrupa los 48 barrios porteños en ocho territorios diferentes.
Para González Gass, la división en 16 comunas apunta a “capitalizar toda una tarea realizada en cuanto a la búsqueda de consensos políticos y sociales en cada CGP”, argumentó la diputada a Página/12. Cada distrito debe tener una población no menor a los 150 mil habitantes y no mayor a los 200 mil.
La de las ocho comunas se sustenta en el criterio de reducir el aparato burocrático y de “agrupar los barrios con similares características urbanísticas, históricas, sociales y culturales”, explicó Argüello. Para integrar las comunas se aplicó además un criterio poblacional: cada una tendrá en promedio unos 350.000 habitantes. “Es el mismo proyecto que presenté hace 10 años en el Congreso y que fue apoyado por el entonces diputado Fernando de la Rúa”, agrega el legislador.
El Frepaso, en tanto, aún no ha definido su proyecto. La iniciativa presentada por el ex legislador Marcelo Escolar proponía la creación de 14 comunas. En 2000 –con la anterior composición de la Legislatura–, González Gass y Liliana Chiernajowsky (Frepaso) consensuaron un proyecto que delineaba 14 comunas, pero ese acuerdo caducó con la renovación legislativa. Hoy el Frepaso está más cerca del proyecto de Argüello: el bloque trabaja sobre un mapa que contemple entre 8 y 10 comunas. Peronistas y frepasistas coinciden en que la división en 16 favorece al radicalismo, cuyo aparato partidario está organizado de acuerdo con las antiguas parroquias. “No quieren desarmar el tejido de punteros”, argumentan. Los radicales, en tanto, despotrican contra el desinterés frepasista por el tema, en especial, el del propio jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra. Sostienen que, como el Frepaso no tiene estructura en los barrios, una elección los dejaría en desventaja, con la consiguiente pérdida de poder del titular del Ejecutivo.
Ocho o dieciséis, la ciudad tendrá una nueva geografía y serán los vecinos los que les pongan a las comunas los nombres que las identifiquen. La ley que les dé origen debe ser aprobada por los dos tercios de la Legislatura. En esa norma, además de los límites, deberá establecerse qué competencias y atribuciones tendrán los gobiernos comunales, así como qué presupuesto manejarán. Otro punto a discutir es cómo se conformará su estructura administrativa, para no crear una nueva burocracia.
“Hay coincidencias en que debe haber una redistribución del personal del gobierno de la ciudad, para no incrementar la planta, y que las juntas no deben designar más que un par de secretarios o asesores”, dijo a este diario la diputada Delia Bisutti (Alianza), titular de la Comisión de Descentralización, que tiene a su cargo el estudio de los proyectos.
Para que las juntas comunales puedan ser elegidas en octubre, con las elecciones legislativas, la ley debería estar sancionada, a más tardar, en junio. Además de los partidos tradicionales, estaría abierta la posibilidad para que se presenten partidos comunales o vecinales, pero para eso, también debe reformarse la Ley Electoral. Por lo pronto, el diputado Eduardo Valdés (Frente Justicia-lista) propone que, "para lograr una mayor participación de los vecinos", la elección se haga el año próximo. La competencia contra el almanaque es, en definitiva, una verdadera carrera de obstáculos.

El proyecto de Jorge Argüello (Encuentro por la Ciudad) mantiene la geografía de los barrios y los agrupa en ocho comunas, de acuerdo con sus características urbanísticas, históricas, sociales y culturales.

La iniciativa de la radical Gabriela González Gass divide a la ciudad en dieciséis comunas. Se apoya en la experiencia acumulada por los actuales Centros de Gestión y Participación, con cuyos límites coinciden.

Las funciones de la junta comunal

¿Para qué sirve dividir la ciudad de Buenos Aires en comunas? El objetivo es descentralizar funciones de gobierno para poder gestionar mejor las necesidades cotidianas de los vecinos. Así, para el Gobierno de la Ciudad quedarán el manejo de los grandes temas, como la educación, la salud, las obras públicas de envergadura y el mantenimiento de los espacios verdes más importantes, mientras que las comunas deberán ocuparse del mantenimiento de plazas y calles secundarias, la fiscalización de habilitaciones a comercios y la defensa del consumidor, entre otras atribuciones.
Las comunas estarán gobernadas por un cuerpo colegiado integrado por siete miembros, denominado Junta Comunal. Sus integrantes serán elegidos en forma directa, y de acuerdo con el régimen de representación proporcional. Su mandato será de cuatro años y podrán ser reelegidos una vez. La junta estará presidida por el primer integrante de la lista que obtenga más votos, quien tendrá el cargo de alcalde.
Los proyectos en danza prevén además la constitución de un Consejo Consultivo de la Comunidad, con representantes de entidades intermedias, cuyos miembros no recibirán remuneración y tendrán la misión de asesorar a la junta. Las mayores incógnitas a resolver son las vinculadas con el presupuesto que tendrán las comunas y el personal que tendrán a su cargo. Los proyectos coinciden en que no debe aumentarse el presupuesto general sino derivar los montos correspondientes a las funciones que les fueron derivadas a las comunas, y que no se aumente la planta de personal municipal sino que se redistribuya a los existentes. No será una tarea fácil: ¿como reubicar a los obreros que reparan las calles o a los inspectores municipales, hoy centralizados en una dependencia?
Entre las competencias que se delegan en las comunas, estarán además la ejecución de obras y servicios públicos de impacto local, la fiscalización del cumplimiento de las normas de uso del espacio público, la evaluación de demandas y necesidades sociales, y la ejecución de programas de esa área con alcance local.

 

 

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