Página/12
en Perú
Por
Carlos Noriega
Desde Lima
A
pocos días de las elecciones del domingo ocho de abril, la candidata
de frente Unidad Nacional, Lourdes Flores (41), se muestra confiada de
llegar a la segunda vuelta a pesar de las últimas encuestas que
registran un repunte del ex presidente Alan García (1985-90), que
ahora le pisa los talones.
En diálogo con Página/12, Flores no sólo expresó
su optimismo de disputar con Alejandro Toledo la segunda vuelta, sino
también su confianza de derrotarlo y convertirse en la primera
mujer que llegue a la presidencia en el Perú. Abogada y ex congresista,
Lourdes Flores, dirigente del derechista Partido Popular Cristiano, habla
sobre el tramo final de las elecciones, su alianza con ex fujimoristas
y con el grupo católico ultraderechista y fundamentalista Opus
Dei, sus propuestas económicas, el tono racista que ha rodeado
estas elecciones y otros temas.
¿Cómo ve las últimas encuestas que reflejan
una consolidación de Alejandro Toledo en el primer lugar y un repunte
de Alan García que amenaza quitarle a usted la segunda ubicación?
No descarto una concertación entre Toledo y García
para generar la sensación de que el segundo está creciendo
y que podría pasar a la segunda vuelta. Es una cuestión
de mutua conveniencia. A Toledo le conviene una segunda vuelta con García.
Las encuestadoras más serias me dan una ventaja de entre tres y
siete puntos sobre Alan García y confirman la tendencia de que
habrá una segunda vuelta entre Toledo y yo.
¿Está convencida de pasar a la segunda vuelta?
Estamos seguros de que habrá segunda vuelta y de que nosotros
vamos a estar en ella. Y las encuestas dicen que en una segunda vuelta
estamos en un virtual empate con Toledo.
¿Cómo evalúa esta campaña en la que
usted y Toledo se han enfrascado en una guerra sucia?
Comparativamente, entre ataques y piedras nosotros hemos salido
premiados y hemos estado respondiendo. Si alguna autocrítica debo
hacer, es que no hemos respondido con igual fuerza. Veo esa situación
como un episodio lamentable. Creo que esta elección merecía
que le hayamos dado al país mucho más. Lamento que no se
haya dado una confrontación de ideas.
¿Cree que las denuncias de consumo de cocaína contra
Toledo lo pueden llegar a tumbar?
No creo que las cosas sean demoledoras, pero sí creo que
van a tener un impacto y la ciudadanía va a pensar bien antes de
votar. Me parece que la actitud evasiva que tuvo Toledo no es buena y
eso lo va a afectar.
¿Espera sacar provecho de los votos que Toledo pueda perder
por estas denuncias?
Creo que el desencanto por Toledo va a ir en parte hacia nosotros,
pero reconozco que también va a ir a otros candidatos.
¿Cuáles son las diferencias centrales entre su programa
económico y el modelo neoliberal impuesto durante el gobierno de
Fujimori?
Creo que en la década fujimorista no puede hablarse de un
modelo. Ha sido una década en la que ha habido medidas aisladas
según las conveniencias coyunturales. En nuestro caso sí
se puede hablar de un modelo de economía social de mercado. Diferenciaremos
muy nítidamente lo que corresponde al sector privado y lo que corresponde
al Estado, que es una tarea promotora.
Pero en lo esencial del modelo neoliberal hay una continuidad...
No, porque el modelo neoliberal excluyó al Estado y nosotros
proponemos garantizar la función promotora del Estado. No será
un Estado que se limite a recoger inversiones en los sectores más
rentables, sino que nosotros promoveremos sectores económicos que
no tienen el nivel demodernidad adecuado, como el sector agrario, la pequeña
empresa, el turismo. El Estado debe promover una política industrial
que le dé valor agregado a la producción, promover la agroindustria.
En ese sentido, habrá un viraje importante. La modernidad no pasa
por el esquema liberal de relativizar el trabajo, de marginar al trabajador.
No pasa por la existencia de un pequeño sector que se beneficie
de un modelo económico y una inmensa mayoría marginada.
Creo en la libertad económica, pero también en una actividad
promotora del Estado.
¿Se siente la candidata de la derecha?
No, porque pertenezco a un movimiento ideológico que en el
mundo propone un cambio.
Usted pertenece a la corriente socialcristiana, que está
a la derecha del mapa político mundial.
Obviamente estamos a la derecha de la socialdemocracia. Nosotros
estamos proponiendo un cambio en las condiciones de vida de los peruanos
a través de políticas en las que el Estado va a cumplir
un papel promotor activo, eso es el socialcristianismo y nos distancia
de los sectores conservadores.
Pero usted ha hecho una alianza con el ultraconservador Opus Dei.
¿Eso no la pone bien a la derecha?
No existe ninguna alianza con el Opus Dei. En la lista parlamentaria
hay una persona del Opus Dei como el congresista Rafael Rey, pero descarto
cualquier vinculación que comprometa a mi gobierno. Haremos una
política absolutamente autónoma.
No sólo es el Opus Dei, en su movimiento hay muchos conservadores...
Sí, pero todos ellos son menos conservadores que Luis Solari
(candidato al Congreso en la lista de Toledo). Admito que nuestra propuesta
tiene sectores conservadores, pero también tiene otros sectores
que no lo son.
Su candidatura aparece apoyada por muchos ex fujimoristas, ¿esto
implica un continuismo del proyecto político del fujimorismo?
De eso se ha hecho una novela. ¿Quién le dice a Toledo
que tiene dos ex ministros de Fujimori en su lista parlamentaria, que
tiene en sus filas un congresista como Carlos Ferrero, que estuvo ocho
años con el fujimorismo?
Eso implica que con Toledo también hay ex fujimoristas, pero
no responde a las vinculaciones de su candidatura con miembros del régimen
de Fujimori...
Las personas que están al lado de Toledo y que he mencionado
han tenido una responsabilidad política en el gobierno de Fujimori
infinitamente mayor de la que tuvieron aquellos que están en nuestra
lista. Las personas que nos acompañan cumplieron una labor de tercer
nivel de importancia en el gobierno de Fujimori.
¿Cómo ha afectado su candidatura el que se haya descubierto
que miembros de su agrupación política estaban estrechamente
vinculados con la corrupción de Fujimori y Montesinos?
Creo que no ha afectado la credibilidad de nuestra propuesta, ni
mi candidatura. Estos hechos me han parecido lamentables y los he condenado.
Esas personas fueron separadas del partido y las cosas están donde
deben estar, en manos de la Justicia.
Muchos dudan de que en un eventual gobierno suyo se vaya a sancionar
a estas personas implicadas en corrupción...
El Poder Judicial es autónomo y es a él al que le
corresponde definir quiénes son culpables. Yo no interferiré,
no presionaré, no haré nada para que el Poder Judicial deje
de hacer lo que deba hacer.
¿Cómo observa a sus dos principales rivales, Alejandro
Toledo y Alan García?
En el caso nuestro y de García hay corrientes ideológicas.
Eso nos permite confrontar ideas. Nosotros somos socialcristianos y ellos
socialdemócratas, son tendencias que reflejan las tendencias mundiales.
Enel caso de Toledo, siento que es un poco como Fujimori, con una propuesta
de medidas coyunturales a situaciones específicas.
¿Cómo imagina un gobierno de Toledo?
Como un gobierno en el que todas las mañanas tendríamos
que preguntarnos qué irá a hacer hoy.
¿Qué opina de las afirmaciones de Toledo de que la
derecha, con usted al frente, se ha unido para evitar que un cholo llegue
al poder?
Eso me parece absurdo, carente de toda lógica. Creo que ese
discurso racista es sumamente peligroso, porque puede ahondar la división
y el revanchismo. Si algo debemos rescatar del Perú es que es un
país mestizo. Es terrible escuchar un discurso de división
de los peruanos en función de la raza. Ciertamente que en el Perú
hay profundos problemas de racismo y hay que acabar con ellos, pero la
forma de acabar con el racismo no es generando más odio.
Pero desde el lado de sus partidarios también se ha escuchado
un discurso racista. Su propio padre tuvo una expresión bastante
racista al llamar a Toledo un auquénido...
Yo he pedido disculpas públicas y a Toledo en persona por
esa expresión, que ha sido producto de un exabrupto, comprensible
en una persona de 74 años. Esa expresión ha sido un error
gravísimo.
Y demuestra una mentalidad racista.
Le puedo asegurar que mi padre no tiene nada de racista. Repito
que ha sido un exabrupto de un padre que ve cómo su hija es atacada.
En todo caso, lo que demuestra es que mi padre no sirve para la política.
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