Por Claudio Zlotnik
El debut del impuesto a las
operaciones con cuentas corrientes provocó una tormenta de llamados
telefónicos a los bancos, de parte de clientes ansiosos por conocer
los alcances del nuevo gravamen. Ayer, incluso, varias entidades financieras
debieron habilitar líneas especiales para satisfacer las consultas.
Hubo mucha confusión. La gente mezclaba los temas: el nuevo
impuesto con el tope de mil pesos a las operaciones en efectivo. Tampoco
quedó en claro el perdón de los inhabilitados. Tuvimos que
distribuir circulares a todas nuestras sucursales para intentar clarificar
las cosas, comentó a Página/12 Juan Parma, gerente
de Productos del HSBC. Aprovechando los últimos cambios en el sistema
financiero, un grupo de bancos de lanzará a seducir clientes abaratando
los costos de mantenimiento de las cuentas corrientes.
Con la puesta en marcha del nuevo impuesto a las cuentas corrientes, Domingo
Cavallo ya empezó a juntar el dinero que le permitirá cumplir
con los acreedores. Si bien el ministro se negó a efectuar una
estimación sobre el rendimiento del tributo, en la city calculan
que la recaudación oscilará entre 3200 y 4000 millones de
dólares anuales. Con esta masa de dinero, Cavallo podrá
compensar el desvío fiscal de mil millones del primer trimestre
y bajar impuestos en algunos sectores industriales.
Junto con el impuesto del 0,25 por ciento a las operaciones bancarias
(que se reduce al 0,075 por ciento para algunos casos excepcionales),
ayer también entró en vigencia el tope de mil pesos a las
operaciones en efectivo. Por encima de ese monto, la gente debe utilizar
cualquier producto bancario, como las cajas de ahorro, cuentas corrientes,
cheques o tarjetas de débito o crédito. Sin embargo, algunos
bancos, como el Galicia, todavía no decidieron si seguirán
manejándose con los cheques cancelatorios, que sirven básicamente
a las personas que no se encuentran bancarizadas.
Por otro lado, también se puso en vigencia un nuevo régimen
de perdón a los cuentacorrentistas inhabilitados por el Central.
La idea de Cavallo es que estos infractores, que suman alrededor de 320.000,
se vuelquen nuevamente al sistema financiero. Sin embargo, y de acuerdo
a una compulsa realizada por Página/12, lo más probable
es que los bancos líderes de plaza no vayan a permitir la reincorporación
de quienes fueron inhabilitados por haber dejado créditos sin pagar.
En esta condición se encuentra la mayoría de los inhabilitados:
220.000 casos. Nadie va a correr riesgos tomando a un cliente que
ya demostró incumplimientos, señaló a este
diario el directivo de uno de los bancos líderes de la city.
Para atender las dudas de sus clientes, el Río-Santander habilitó
una línea telefónica especial. Recibimos 800 consultas,
especificaron en el banco. Otras entidades financieras, además
de agrandar transitoriamente sus oficinas de consultoría, remitieron
instructivos a sus filiales. Y en los próximos días despacharán
cartas a sus clientes dando cuenta de los cambios. El objetivo de los
bancos es adelantarse a la emisión de los próximos resúmenes
de cuentas, donde constarán los cobros del impuesto y, especulan,
provocará una catarata de nuevas consultas de los ahorristas. Muchos
empresarios llaman para saber si su actividad está exenta o no,
reflejó a su vez Alfredo Tenaglia, jefe de Productos del Galicia.
Para cumplir con el flamante impuesto, los bancos debieron adaptar sus
programas informáticos. Y deberán liquidar la recaudación
ante la AFIP una vez por semana. Según los expertos, este gravamen
es imposible de evadir. De hecho, Economía les puso un plazo de
dos semanas a las empresas para que traspasen sus operaciones de las cajas
de ahorro (exentas del impuesto) a las cuentas corrientes.
En algunas entidades financieras entendieron que el nuevo estado de cosas
abre el juego a la pesca de clientes. En vista de que el tope de mil pesos
a las operaciones en efectivo abrirá las puertas a una mayor bancarización
de la gente, y aprovechando el malhumor del público tras el impuesto,
hay bancos que ya elaboraron nuevos productos para atraer a lagente. El
HSBC, por caso, se apresuró a lanzar Cuenta Open, una
cuenta corriente sin costos fijos, por la que sólo debe pagarse
cuando se la utiliza. Quien ahora paga desde 10 pesos mensuales
por una cuenta corriente, tendrá la opción de abonar 90
centavos por cada cheque depositado. Para quienes utilizan el banco en
forma moderada es una manera de ahorrarse el nuevo impuesto, señaló
Juan Parma.
Por más que alguien quiera encontrarle la vuelta, el impuestazo
de Domingo Cavallo desató fuertes críticas entre sus colegas
economistas. Martín Redrado, de la Fundación Capital, si
bien admitió que el nuevo gravamen encarrila la cuestión
fiscal, señaló que sin dudas resta consumo e inversión.
Orlando Ferreres, ex viceministro, también fue muy crítico.
Se trata de una transferencia de recursos del sector privado al
público, y es un impuesto distorsivo, dijo. El tributarista
Raúl Cuello se pronunció en una línea similar. Estamos
en presencia del impuestazo más fuerte que se ha aplicado. Es como
si el IVA se hubiera aumentando cinco puntos, sentenció.
CAYO
LA BOLSA Y SIGUEN LOS TEMORES DE DEFAULT
La confianza es un activo muy caro
Wall Street se desplomó
y arrastró las acciones y bonos argentinos. Y la presencia de Domingo
Cavallo al frente de Economía no logra diferenciar al mercado argentino
del resto. El riesgo país terminó ayer en 949 puntos, cuatro
por encima del cierre anterior, debido a la depreciación de los
títulos públicos. A su vez, el índice de acciones
líderes MerVal cayó 2,5 por ciento. La baja de los papeles
empresarios tuvo que ver con el derrape en Nueva York: el Nasdaq perdió
6,2 por ciento y el Dow Jones, el 3,0. En Brasil, el real se depreció
a 2,176 unidades por dólar, el valor más bajo de su historia,
mientras que la Bolsa de San Pablo cedió 1,8 por ciento, a su nivel
más pobre del año. En Europa, hubo caídas de hasta
4 por ciento: fueron los casos de las Bolsas de París y Francfort.
El nuevo derrumbe en Wall Street se debió a una ola de advertencias
empresarias sobre menores ganancias a las esperadas. Entre las últimas
48 horas, un total de 28 compañías ajustaron a la baja sus
pronósticos de utilidades del último trimestre a la vez
que anunciaron inminentes despidos masivos de personal, dando cuenta del
freno de la economía estadounidense. Para cambiar la tendencia,
toda la expectativa de los financistas está puesta en lo que vaya
a hacer Alan Greenspan. Según el valor futuro de los bonos del
Tesoro de corto plazo, los inversores apuestan a que la Reserva Federal
bajará la tasa en 75 puntos básicos el mes que viene. Esa
sería la carta salvadora de los financistas. Y, muy posiblemente
también, la de Domingo Cavallo.
A pesar del nuevo impuesto a las cuentas corrientes, entre los inversores
no se despejó el temor a que la Argentina caiga en cesación
de pagos en el mediano plazo. Por eso no baja el riesgo país,
señaló a este diario Hugo Dias Lourenco, de Delphos Investment.
En medio de las turbulencias, el único dato positivo de ayer fue
la caída registrada en la tasa interbancaria. El call en pesos,
que el último viernes estaba en el 55 por ciento anual, bajó
al 15 por ciento debido a la mayor liquidez de las entidades financieras
después de que el Central flexibilizara los requisitos mínimos
de liquidez, que inyectó unos 1500 millones de dólares al
sistema.
El hecho de que el riesgo país se mantenga cercano a los mil puntos
hace imposible pensar en un rápido despegue de la economía.
Con semejante sobretasa (9,5 puntos por encima de la tasa que rinden los
bonos del Tesoro estadounidense), el piso de financiamiento para el Estado
trepa al 15 por ciento anual. Un nivel que, en la práctica, es
una barrera para que cualquier empresa o particular proyecte endeudarse
para realizar una inversión productiva.
Según los analistas, las turbulencias en Estados Unidos ayudan
muy poco a la Argentina ya que los inversores prefieren refugiarse en
los activos más seguros, en vez de ir en busca de los que ofrecen
los mercados emergentes como el argentino. A los ojos de los financistas
extranjeros, la Argentina presenta problemas graves que aún no
resolvió, no muestra señales de crecimiento, y nadie apuesta
por ella, señaló a este diario el economista José
Siaba Serrate.
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