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EL SUBSIDIO A LA INDIGENCIA SALDRA POR DECRETO
Bullrich prepara la birome

La ministra se reunió
con asesores de centrales sindicales. Y anunció que el subsidio entrará en vigencia en julio.

Bullrich ajustando detalles sobre el “Ingreso social”.
El subsidio será para jefes y jefas de hogares indigentes.

Por Diego Schurman

El programa de subsidios destinados a erradicar la indigencia se implementará por decreto a partir de julio. Así lo informó el Gobierno luego de un encuentro con representantes provinciales y sindicales, con los que buscará consensuar en las próximas semanas las características del plan.
Patricia Bullrich y Héctor Lombardo dieron a conocer la decisión ante los técnicos de la CGT oficial y la rebelde, y también ante los responsables de las áreas de trabajo y acción social provinciales, a quienes les pidieron aportes y sugerencias para mejorar el programa.
Los ministros de Trabajo y Salud –Lombardo además está a cargo de Desarrollo Social– buscaron aprovechar el período de “paz social” que se logró tras la asunción de Domingo Cavallo para sumar consenso y transformarlo en un “compromiso federal”.
Las palabras de aliento al “Ingreso social”, como ayer bautizaron el programa de subsidios, provinieron de Alberto Tomasone y Héctor Recalde, representantes legales de la centrales de Rodolfo Daer y Hugo Moyano. No era para menos: el camionero se valió de esta iniciativa para dar marcha atrás con el paro general que debía iniciarse mañana. Aun así, existieron llamados de atención ya que la propuesta no contempla, en principio, la cobertura de salud de los beneficiados.
De todos modos, la postura más crítica la asumió la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Esta organización, que no fue invitada a las deliberaciones, aseguró que el “Ingreso social” es de carácter “eficientista” –que sólo busca unificar los programas sociales existentes– pero de ninguna manera soluciona la cuestión de fondo: la redistribución de la riqueza (ver aparte).
Durante la reunión del Consejo Federal, que se realizará el jueves 19, se ultimarán los detalles del programa, que por ahora, mientras no exista la promocionada Agencia Social, será monitoreado exclusivamente por Bullrich y Lombardo.
Las principales características del Ingreso social, de acuerdo a lo conversado en la reunión de ayer, son:
El subsidio será para jefes y jefas de hogares indigentes con hijos menores de 15 años.
Se entregarán 160 pesos mensuales por jefe o jefa más 20 pesos por cada uno de los hijos. Los montos podrán variar en cada provincia.
El beneficio será anual y tendrá posibilidades de renovarse por un período similar.
Aquellos interesados en recibir el beneficio deberán inscribirse en las oficinas de empleo provinciales que conforman la red nacional (padrón único).
El beneficio no será un subsidio propiamente dicho sino un plan de ingreso con contraprestación. Es decir, que el dinero entregado mensualmente a través de un cheque personal en el Banco Nación será a cambio de acciones comunitarias. De todos modos, las tareas específicas a desarrollar se detallarán en la reglamentación del decreto.
Durante el 2001 el subsidio alcanzará a 213.606 hogares –y no 206.000 como se dijo originalmente–, los que representan, aproximadamente, 971.000 personas.
Se estima que la inversión anual será de 475 millones de pesos. El dinero se extraerá de otros programas, los que caducarán o serán modificados. Entre ellos el Plan Trabajar, planes sociales o educativos. “La idea es unificar los programas para que no se superpongan”, señaló a Página/12 el secretario de Empleo, Horacio Viqueira. No se alterará, en cambio, el actual seguro de desempleo, que beneficia a 140 mil personas.
El funcionario dijo que la posibilidad de ampliar el número de beneficiados durante el 2002 estará supeditada a la situación fiscal.

 

La CTA, en contra

Por D. S.
El economista de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), Claudio Lozano, consideró que el programa de subsidios que piensa implementar el Gobierno “no sólo no erradica la indigencia, sino que además instala el salario chino en el país”.
“La CTA propone un seguro de empleo de 380 pesos, más 60 por hijo, para todos los jefes y jefas de hogares desocupados. En cambio, el Gobierno habla de 160 pesos, más 20 por hijo, para un grupo determinado de indigentes. Este monto no resuelve el problema, ya que no se superan los 290 pesos mensuales, que es el umbral de la indigencia.”
Para Lozano existe un problema extra: “Es muy factible que se incurra en el clientelismo a la hora de determinar quién es indigente y, luego, quién de ellos percibe el dinero y quién no”. “Para hacer este trabajo -concluyó– el Gobierno seguramente va a tener que trabajar en consultorías; es decir, va a perder parte de los fondos en la identificación de los beneficiarios. En fin, el Gobierno reconoce que los instrumentos de la CTA son los más adecuados, pero su propuesta se limita a los criterios de eficiencia en la asignación de recursos y no en la redistribución del ingreso como decimos nosotros.”

 

Un réquiem de Lombardo

El ministro de Salud, Héctor Lombardo, demostró ayer que la decisión de desregular el sistema de salud sigue más firme que nunca. Lo hizo al asegurar que el 50 por ciento de las obras sociales deberían desaparecer en el curso de este año.
La semana pasada el Gobierno anunció una marcha atrás de la desregulación, lo que se interpretó como una señal hacia los gremios para que levanten el paro general convocado para esta semana. Sin embargo, la verdadera razón de la medida respondió a las trabas judiciales que se le presentó al Ejecutivo para implementar el cambio del sistema.
No obstante, Lombardo dejó en claro que, cualquiera sea la vía alternativa que el Gobierno opte, se avanzará en la misma dirección ya que “el actual sistema tiene enormes dificultades y hay que cambiarlo”.

 

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