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La ley de salud sexual, cajoneada
para no empañar la visita a Roma

No se tratará la ley que prevé la entrega de anticonceptivos hasta
que vuelva De la Rúa. Acuerdos y diferencias entre bloques.

La Iglesia manifestó su oposición
cuando se aprobó la ley en la ciudad.
En el Congreso el lobby eclesiástico
viene frenando el tratamiento.

Por Mariana Carbajal

El presidente De la Rúa podrá realizar mañana su visita al Papa sin sorpresas. La Alianza aceptó, finalmente, postergar el tratamiento en Diputados del proyecto de ley de salud sexual y procreación responsable, hasta el regreso del mandatario al país, para evitar que una norma tan resistida por la jerarquía católica empañe la visita al Vaticano. Un fuerte lobby del canciller Rodríguez Giavarini sumado a la urgencia por sancionar los “superpoderes” para Cavallo y la Ley de Competitividad consiguieron cajonear unos días más su inminente aprobación en la Cámara baja. La ley, que prevé la entrega gratuita de anticonceptivos en hospitales y su cobertura por obras sociales, tenía preferencia para ser tratada como primer tema de la sesión del 21 de marzo. Pero el presidente del cuerpo, Rafael Pascual, se encargó de persuadir a un grupo de legisladores radicales que estaban empecinados en aprobarla cuanto antes, de esperar a la vuelta del jefe de Estado.
En una respuesta muy confusa, De la Rúa dejó trascender en Roma que no vetará la polémica ley, una vez que pase el examen del Congreso. “Eso no tiene fundamento”, respondió cuando un periodista le preguntó si complacerá a la Santa Sede con una medida de esa naturaleza.
Hoy a la mañana las radicales Cristina Guevara y Marta Milesi se reunirán con Pascual para fijar, sin más dilaciones, la fecha del tratamiento. “Será en abril”, adelantó Milesi. Las sesiones de la semana próxima y de la siguiente quedaron descartadas porque la Cámara no trabajará en Semana Santa y el 18 escuchará el informe del jefe de Gabinete. La postergación del debate hasta el regreso de De la Rúa del Vaticano se acordó con Pascual en la noche del sábado 24 de marzo, durante una cena con el subloque radical. Pascual cumplió así con un pedido del canciller Rodríguez Giavarini que, como informó oportunamente Página/12, le rogó expresamente que frenara la sanción de la norma. El lobby de la Iglesia ha conseguido que se cajonee el proyecto en los últimos tres años.
A pesar de que persisten disidencias entre la Alianza y el justicialismo en Diputados, hay acuerdo para que la ley se apruebe en general. Un amplio sector del PJ, que encarna la voz de la Iglesia y encabezan las diputadas Hilda “Chiche” de Duhalde y Silvia Martínez, se opone a que los adolescentes reciban anticonceptivos sin la autorización de sus padres, una condición que, según adelantó Guevara, la Alianza no está dispuesta a tranzar. “Lo ideal sería que se les exija permiso paterno hasta los 16 años. Es el punto que más nos separa (del oficialismo), pero creo que vamos a llegar a un acuerdo”, dijo ayer Duhalde a este diario. El tema continuará discutiéndose el martes en una reunión especial con representantes de las comisiones del Menor y la Familia, Salud y Legislación General.
Los puntos reclamados por la jerarquía católica que sí cederá el oficialismo son: que se aclare en el texto que los contraceptivos que podrán prescribirse deben ser “transitorios” y “no abortivos”; y que la adhesión a la norma no sea obligatoria para los centros de salud y colegios confesionales. El acuerdo alcanzado hasta ahora con la oposición incluye además, la incorporación a la Ley 17.132, que rige el ejercicio de la Medicina, de una cláusula de objeción de conciencia, de forma tal que los profesionales que no compartan la prescripción de anticonceptivos “no naturales” –rechazados por el catolicismo– puedan abstenerse de hacerlo.

 


 

Que los chicos no trabajen

El Poder Ejecutivo envió a diputados un proyecto de ley destinado a fijar en 15 años la edad mínima de admisión al empleo y establecer un principio de progresividad tendiente a la eliminación del trabajo infantil, un problema que, según estimaciones de Unicef, afecta a por lo menos 320 mil chicos en todo el país.
La propuesta remitida por el Ejecutivo está en sintonía con lo establecido en la Conferencia Internacional del Trabajo, que se comprometió a elevar progresivamente la edad de admisión al empleo hasta una edad no inferior a la del cese de la obligación escolar, que por la Ley Federal de Educación, en la Argentina se extiende hasta los 15 años de edad.
Por otro lado, la Comisión Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil anunció un plan nacional contra este problema, del que participarán sindicatos, cámaras empresariales y organismos internacionales.

 

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