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       Por Mariano Blejman 
           Desde 
        Tierra del Fuego 
         Un frío helado corrió 
        por la espalda de los niños. No obstante, en una de las escuelas 
        más australes del país, la sensación era, más 
        allá de los efectos climáticos, de gran calidez. Desde ahora, 
        tienen una radio oficializada, en el marco de la normalización 
        de las frecuencias radiales, que comenzó por Tierra del Fuego. 
        La entrega de 17 licencias en toda la provincia tuvo su punto culminante 
        en la radio Chicos al Ataque, que llevaba 9 años tratando de ser 
        legalizada. Hasta ahora las palabras (de los alumnos de la escuela provincial 
        nº 14) parecían ser arrancadas del lugar por el viento. 
        La directora de la escuela, Graciela Fucks, logró, al fin, que 
        la radio se convierta en un espacio cálido para pasar el invierno 
        eterno de Río Grande, a más de 3000 kilómetros de 
        Capital Federal. Y que el nombre de la radio sea Chicos al ataque y haya 
        sido elegido por votación anónima entre los 680 alumnos 
        no es un dato menor.  
        Ahora, rodeados de funcionarios que invadieron la ciudad, los chicos fueron 
        al ataque, esta vez, con Andrés Delich, ministro de Educación 
        y Gustavo López, interventor del Comfer, como blanco. Ellos debieron 
        contestar las preguntas de los pequeños periodistas. El estudio, 
        abarrotado de otros cronistas, que se golpeaban contra las paredes de 
        madera peleando por una mejor ubicación, fue el lugar elegido para 
        que los chicos pudieran canalizar su curiosidad: 
        ¿Usted Andrés Delich quería ser ministro cuando 
        era chiquitito? preguntó un tal Lucas, sentado en una silla 
        mucho más diminuta que sus piernas. 
        No, la verdad que no me lo esperaba. Quería dedicarme a la 
        política y la vida trata de acercarse a lo que uno soñó. 
        Pero no pensaba en ser ministro contestó el funcionario. 
        Ahora una pregunta para usted, López inquirió 
        nuevamente Lucas, de unos 9 años ¿era bueno cuando 
        era chico? 
        López sonrió: 
        Sí, era bueno, pero era pícaro. 
        El proyecto comenzó en 1992 gracias a las gestiones de la directora 
        entrerriana Graciela Fucks, que tiene pegada una frase del maestro Paulo 
        Freire en su puerta. En 1980, Graciela abandonó su tierra natal 
        y viajó 3500 kilómetros para trabajar como maestra. Cuando 
        lanzó la idea de la radio, ya era directora. Un grupo de docentes 
        se enganchó con la ayuda de Radio Nacional. Pero no fue suficiente. 
        La idea se materializó en un lugar propio y fue creciendo hasta 
        tener sus propias herramientas de transmisión. Recién 
        en 1995 pudimos concretar el proyecto y empezar a construir el espacio 
        físico. Fuimos premiados por Plan Social de Presidencia de la Nación 
        y recién ahí comenzamos a trabajar solos, cuenta Graciela. 
        ¿Les gustaba ir a la escuela cuando eran chicos? preguntó 
        Carolina, en el estudio de la 97.5 FM. 
        Yo sé que no me van a creer, pero me divertía mucho 
        en la primaria, aunque me gustó menos la secundaria volvió 
        a contestar el intimado Delich, que minutos antes había inaugurado 
        las nuevas instalaciones del Jardín Nº 1 de Río Grande, 
        a unas cuadras de esta escuela primaria y de su radio. 
        Antes, cuentan, la radio se escuchaba mal. Con un pequeñísimo 
        equipo de transmisión había durado cuatro años, hasta 
        que compraron equipos nuevos en 1996. Lo queríamos tener 
        funcionando cuando comenzaran las clases, pero un domingo antes nos llamó 
        la policía diciendo que nos habían robado. Nos quedamos 
        sin nada. Tardaron un año en volver a comprar todo. En el 
        trayecto, Graciela comprendió que la función de la radio 
        no era sólo lúdica. Trabajar con la radio nos permite 
        desescolarizar ydesestructurar. Muchos chicos que no se animaban a opinar 
        y que les costaba horrores se sueltan para leer y hablar. Frente al micrófono 
        se transforman. La radio tiene una magia que los atrapa. 
        Otra vez Lucas fue al grano, preguntándole a un Delich cada vez 
        más incómodo, tanto por el tamaño de las sillas como 
        por la candidez de las preguntas: 
        ¿A quién fue a abrazar enseguida cuando lo nombraron 
        ministro de Educación? 
        A mi mujer y a mi madre, que son dos personas muy importantes zafó 
        Delich. 
        ¿Usted, López trató al interventor 
        tenía buenas notas? 
        En general sí contestó un López cada 
        vez más tímido. 
        Desde el comienzo, la premisa de Graciela fue clara y el nombre de la 
        radio se entiende a primera vista cuando ella habla. Nuestro objetivo, 
        como institución, es formar chicos críticos y autónomos. 
        Es fundamental que los niños hagan una lectura crítica de 
        los medios y de toda la realidad que los rodea. Ya en los primeros 
        años, los chicos comenzaron a preparar sus propios programas. Un 
        grupo de cuarto grado armó su propio especial de poesías 
        que fue premiado por la Asociación de Escritores, e incluso varios 
        ex alumnos siguen conectados, más entusiasmados al enterarse de 
        que, ahora, con 100 kw, que cubren 30 kilómetros de radio, todo 
        Río Grande puede escucharlos. 
        Eso piensan Jessica, Romina y Cristian, que ahora van a la secundaria 
        y la directora ya les ha ofrecido un espacio para armar su propio programa. 
        ¿Para qué les sirvió la radio? preguntó 
        este diario. 
        Fue muy divertido, hicimos un grupo y ahora seguimos viéndonos, 
        que es lo más importante. 
        ¿La gente de acá los escuchaba? 
        Antes nos escuchábamos sólo nosotros y los padres 
        que querían escuchar a sus hijos hablando en radio. Ahora se va 
        a escuchar mucho más. 
        El presupuesto de la radio es nulo. Sin embargo, eso nunca fue un problema 
        para Graciela. Las maestras han llegado a vender ravioles para comprar 
        los equipos, pero esta legalidad es muy importante para nosotros, 
        porque afianza nuestra meta de crear niños pensantes. 
        Luego, Delich retrucó al panel de periodistas: 
        ¿Y ustedes, qué piensan hacer con la radio? preguntó. 
        Las respuestas fueron concisas y se escucharon a coro: 
        Hablar, divertirnos, decir lo que nosotros sentimos, para que los 
        otros sepan qué es lo que verdaderamente nos sale de adentro. 
        Lucas agregó: 
        Esta radio es la más linda, porque es la nuestra.  
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