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Ibarra sale a pescar en el río de la Legislatura

La incorporación de Cavallo al gobierno nacional hizo partirse al principal bloque opositor en la ciudad. Quedan sólo cinco cavallistas puros. La Alianza
teje acuerdos, pero sólo puntuales.

Aníbal Ibarra estuvo en la reunión que ayer mantuvo con los otros gobernadores de la Alianza.

Por Santiago Rodríguez

“Todavía no se discutió”, declaró ayer Aníbal Ibarra acerca de la posible incorporación de Acción por la República a la Alianza. Sin embargo, en lo que hace a la ciudad de Buenos Aires el jefe de gobierno ya estableció una definición: no sumará hombres de Domingo Cavallo a su gestión pero si el cavallismo quiere acompañarlo y prestar colaboración, bienvenido sea. El escenario donde los ibarristas procurarán tejer acuerdos con los cavallistas es la Legislatura. Allí el ingreso de Cavallo produjo la fractura del bloque de Encuentro por la Ciudad en varias bancadas, entre ellas una de Acción por la República y otra de peronistas que no alientan el sueño presidencial de Carlos Ruckauf, sobre la cual los operadores políticos de Ibarra también han puesto sus ojos con la idea de llegar a algún entendimiento.
La decisión del jefe de gobierno porteño de mantener a los cavallistas al margen de su administración tiene varias vertientes. Por un lado, Ibarra sostiene que el Frepaso debe mantener un perfil propio y no “cavallizarse”; por otro, está decidido a preservar la Alianza y afianzar su estrategia de diferenciación del gobierno nacional. “Mostrarse como la contracara de (Fernando) De la Rúa”, apuntan aquellos que están al tanto de sus planes.
Concentrarse en la gestión para no quedar envuelto en la crisis nacional es la otra consigna que impartió Ibarra, quien para asegurar un gobierno sin complicaciones necesita de los radicales más que del cavallismo. El radicalismo porteño –salvo el delarruismo– fue particularmente crítico a la designación de Cavallo como ministro de Economía. En ese contexto, la incorporación de cavallistas a la administración porteña restaría más de lo que podría llegar a sumar, con el agregado de que traería también problemas dentro del Frepaso: podría provocar el éxodo de los socialistas quienes hasta ahora se mantienen encolumnados detrás de Ibarra.
Lo que los operadores ibarristas no descartan es algún grado de apoyo de Acción por la República a nivel legislativo. La llegada de Cavallo a Economía cambió el mapa político de la Legislatura. Con 20 legisladores Encuentro por la Ciudad era la oposición a la Alianza que mantiene sus 25 bancas, pero el bloque creado a partir de la sociedad entre Cavallo y Beliz se partió en varios pedazos.
En la sesión de hoy podrá verse en el recinto la nueva conformación: Encuentro con 12 diputados belizistas y peronistas alineados con Ruckauf en la interna partidaria; Irma Roy y Gerardo Comte Grand, dos justicialistas en la misma situación; los seis legisladores del Frente Justicialista, una extraña mezcla de menemistas, duhaldistas, cavallistas y seguidores del santacruceño Néstor Kirchner que dicen no querer quedar presos de la interna partidaria nacional; y el bloque de 5 legisladores de Acción por la República.
Los aliancistas creen que podrán sacar provecho de los realineamientos. “Antes el Encuentro era el único interlocutor, pero la verdad es que casi nunca logramos que dieran mayoría si antes no la juntábamos nosotros por otros lados. Ahora se abre un abanico de posibilidades. En la cabeza de los diputados de Acción por la República con llegada a Cavallo está la idea de hacer una oposición constructiva y lo mismo entre los peronistas del Frente”, explicó un legislador de la Alianza.

 

OPINION
Por Carlos Alfonso Tomada (*)

¿Qué hay de nuevo, viejo?

Los argentinos tenemos una fuerte y nada favorable, experiencia acumulada sobre los objetivos y el “estilo Domingo Cavallo”. No importa ni el momento en que tome el poder (la emergencia siempre es excusa) ni los mecanismos a utilizar (antes, decretos leyes; hoy, delegación de facultades; mañana... .). Cavallo siempre consigue facultades extraordinarias, de un modo u otro. Aunque en esta ocasión la intervención política y sindical consiguió atenuar la delegación absoluta de poderes pedida por el Superministro.
En materia laboral, lo de Cavallo es un acto reflejo. Más aún, él y su equipo no necesitan la presión de los organismos multilaterales de crédito. Están convencidos. Acá no hay “neokeynesianismo” que valga. Para muestra están las primeras declaraciones de sus nuevos (¿?) funcionarios. ¡Otra vez lo (s) mismo (s)!
Releamos cuáles son sus objetivos y propuestas concretas, expuestos en su muy promocionado libro Un hombre un empleo. Sintetizando (son 55 páginas), –casi textualmente– nos anticipa:
Es necesario que empresarios y trabajadores puedan negociar por debajo de los límites de la Ley de Contrato de Trabajo;
Hay que terminar con los impuestos al trabajo (léase aportes y contribuciones sociales);
Hay que fragmentar el sistema sindical argentino permitiendo la libre creación de sindicatos;
Hay que limitar la protección sindical a los representantes gremiales y permitir la elección de trabajadores no afiliados;
Se debe terminar con el sistema de obras sociales;
Se debe insistir con la finalización del régimen de indemnizaciones por despido, mediante la creación de una cuenta de ahorro para el trabajador desempleado.
Si esto lo proponía como candidato, para “fomentar la creación de empleo” (igual terminología a la usada en el proyecto frustrado) es evidente que será su programa de acción, una vez superada esta primera etapa. No serán las primeras medidas, pero ocurrirá más temprano que tarde.
Las ideas son claras y sus efectos conocidos. Es un diseño laboral que tiende a reproducir el modelo norteamericano. Pero éste no es sólo el de bajo desempleo. Es también el de la sociedad a dos puntas con permanente baja de salarios, una brecha escandalosa entre los máximos y mínimos niveles salariales (180 veces), 40 millones de trabajadores sin seguro de salud, una tasa de pobreza de los niños del 30 por Ciento (en Francia es el 6 por ciento). Por qué es el mejor?
Parece lejos de la concepción de “trabajo decente” que propicia el Director General de la Organización Internacional del Trabajo. No apunta a generar empleos de calidad ni a competir “por arriba” partiendo de la seguridad laboral y la formación profesional.
Tal vez Cavallo ha intuido que, por ahora, no puede confrontar con todos los sectores sociales (la experiencia de Ricardo López Murphy enseña). Así ha comenzado por hacer anuncios “populares”, casi irresistibles.
Pero, cuando empiece a gobernar, cuando los números y las presiones se compliquen, cuando el desempleo no baje ¿Por qué no recurrirá a la enésima y definitiva reforma laboral?
¿Va a restablecer el salario mínimo como estímulo a la negociación colectiva o se va a insistir en “retiros voluntarios” y bajos salarios en el sector público?
¿Va a fortalecer la acción del Ministerio de Trabajo o se va a promover la desregulación laboral (individualización de la relación de trabajo)?
Habrá entonces, “otro” Cavallo o irá por aquellas “reformas pendientes”?

(*) Asesor sindical.

 

LOS GOBERNADORES ALIANCISTAS SE AUTOCONVOCARON
Preocupados por la financiación

Cuando la mayoría del espectro político continúa su luna de miel con el superpoderoso ministro de Economía, Domingo Cavallo, las primeras señales de “apoyo crítico” provinieron del propio oficialismo. Autoconvocados por primera vez desde que la Alianza llegó a la Casa Rosada, los gobernadores aliancistas respaldaron al Gobierno y se mostraron preocupados por los futuros cambios tributarios estudiados por Cavallo.
Las preocupaciones de los gobernadores tenían nombre y apellido: el impuesto a los Ingresos Brutos, gabela que Cavallo siempre quiso eliminar y que tendrá un impacto directo sobre las realidades provinciales. “La futura reforma tributaria debe apoyarse en un criterio de solidaridad pero debe evitar el desfinanciamiento de las economías provinciales”, dijo a Página/12 el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra.
El gobernador de Mendoza, Roberto Iglesias; el de Chaco, Angel Rozas; el de Entre Ríos, Sergio Montiel; el de Río Negro, Pablo Verani; el vicegobernador de Catamarca, Hernán Colombo; el interventor de Corrientes, Oscar Aguad; el ministro de la producción de Chubut, Raúl Giacone, y el jefe porteño, firmaron un documento en el que, además de puntualizar su “firme decisión de acompañar la política económica”, aclaran que “esta actitud no debe interpretarse como un acompañamiento sumiso y acrítico”.
“No estamos dispuestos a tolerar que sectores de nuestras economías no sean tenidos en cuenta”, afirmó Iglesias. En el debate surgió la preocupación de los gobernadores por las medidas que continuarán al nuevo impuesto a las transferencias financieras, medida que no dudaron en definirla como de ajuste.
Los dichos del presidente Fernando de la Rúa sobre la posible incorporación de Cavallo a las listas aliancistas no fueron analizados. “Hay que desdramatizar el tema”, comento Ibarra a este diario. “Cavallo ya ingresó al Gobierno y está en un lugar clave del poder, lo demás es una especulación electoral que tendrán que definir los partidos que integran la Alianza en cada distrito”, concluyó Ibarra.

 

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