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Los vecinos de Berlín le ganaron al �Love Parade�

Los habitantes del Tiergarten reservaron la ruta del festival tecno en esas fechas para un desfile propio. Ahora nadie quiere ceder.

El “Love Parade”, amenazado.
Convoca a un millón de asistentes.

Un centenar de vecinos del Tiergarten, el pulmón verde de Berlín, se salió con la suya en la guerra que mantienen contra el Love Parade, poniendo en grave peligro la celebración de la mayor fiesta de música tecno del mundo. El millón de personas que cada año viaja de todos los puntos de Alemania y del resto de Europa para bailar al ritmo que marcan las carrozas podría tener que renunciar este año a la cita si no se encuentra una solución al conflicto legal con los vecinos. El Love Parade discurre tradicionalmente por la Calle del 17 de junio, la arteria de la capital que atraviesa el Tiergarten desde la puerta de Brandeburgo hasta el Obelisco de la Victoria, el segundo sábado de julio. Para ello los organizadores siempre contaron con el apoyo de las autoridades berlinesas, que cada año autorizan la celebración de la marcha del amor como manifestación política.
Pero el desfile se ganó desde hace años la enemistad de un centenar de vecinos que aseguran que los asistentes destrozan las plantas y árboles del parque, además de dejar la zona llena de basura y de provocar “un ruido infernal.” Por eso, los habitantes utilizaron las mismas armas que su adversario y en setiembre solicitaron la celebración de una manifestación política el 14 de julio bajo el lema “salvad el Tiergarten”. Cuando la empresa organizadora del Love Parade, Planetcom, quiso un mes después cumplir lo que creían un mero formulismo legal, fue informada de que el día, la ruta y la hora ya estaban ocupados.
“Ante la colisión de convocatorias, no nos queda más remedio que guardar nuestra neutralidad hasta el límite”, aseguró hoy el responsable de Interior de Berlín, Eckart Werthebach, al informar que los vecinos tienen prioridad para marchar por la avenida. Werthebach no ocultó su disgusto ante el obstáculo al Parade, que en su opinión “convierte a Berlín durante un día en el ombligo de la música tecno” y transmite además la imagen de una “metrópolis joven, viva y abierta”. La estrategia de los vecinos va mucho más allá: en su afán por defender el parque, solicitaron permiso para celebrar manifestaciones en los tres sábados anteriores y los tres posteriores al 14 de julio, con lo que no queda ningún día libre para el desfile juvenil. Las negociaciones van ahora a marcha forzada y cada una de las partes implicadas, gobierno regional, organizadores y vecinos, plantea una solución distinta que las demás rechazan.

 

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