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UN CHICO PODRIA PROVOCAR UN VUELCO AL CASO MELMANN
De vuelta a la pista policial

Dos días después de la muerte de Natalia, en Miramar, un menor vio a dos policías con rasguños. Ambos están entre los cinco agentes acusados por los Melmann. Procesan a un perito policial.

La familia Melmann mantiene los datos del testigo menor de edad
bajo un celoso hermetismo.

Por Horacio Cecchi

La declaración de un menor, cuyos datos filiatorios se mantienen en absoluto secreto, podría provocar un profundo vuelco en la investigación sobre la muerte de Natalia Melmann. Según aseguraron a este diario fuentes ligadas a la causa, el menor fue testigo de una reunión en la que participaron dos de los cinco policías de Miramar acusados por los padres de Natalia de estar involucrados en el crimen. La reunión, según el testigo, tuvo lugar dos días después del asesinato y cuando aún no había sido hallado el cadáver de la joven, durante un asado en el que participaron otros miembros del destacamento miramarense de Las Flores. Lo que llamó más la atención del testigo es que ambos tenían cicatrices semejantes a las que produce un rasguño. El menor mantuvo un encuentro con los padres de Natalia cubierto por un pasamontañas. El caso, además, sumó un nuevo protagonista: Maxi Marolt, ex novio de Natalia, ingresó al rubro de los sospechosos. La fiscalía abrió una causa en su contra para investigar si incurrió en falso testimonio o encubrimiento. Por otro lado, fuentes judiciales confirmaron que las pericias realizadas sobre los restos de piel hallados bajo las uñas de Natalia fueron negativos. El motivo es tan curioso como las cicatrices del asado de Las Flores: los restos fueron mal extraídos y no pudieron ser utilizados para el análisis de ADN.
Fuera de los vericuetos procesales, el caso Melmann parece adquirir vida propia. Varios hechos apuntan a ello y prometen, al menos, desempolvar algunas hipótesis, recordar roles de personajes y sumar protagonistas. El caso, incluso, bordeó la frontera de lo farandulesco cuando la familia Melmann intentó entrevistarse con el Gallo y éste puso como condición que la entrevista, en la cárcel, fuera televisada en exclusiva por un pseudo reality show de un canal de cable. La negociación no cerró y el Gallo quedó a oscuras.
Los hechos:
Un menor asegura haber visto a dos de los cinco policías señalados por los padres de Natalia, durante un asado en el destacamento de Las Flores, dos días después de la muerte de la joven. Ambos, según el testimonio, con marcas de rasguños. La familia Melmann mantiene los datos del testigo bajo un celoso hermetismo.
El recorrido del menor, desde que vio lo que dice que vio hasta hacerlo saber a los padres de Natalia, fue entre las sombras. “Primero mandó una carta anónima, a los pocos días de que apareció el cuerpo –reveló un investigador a este diario–. Después se comunicó por teléfono varias veces, sin dar su nombre. Hasta que se reunió con los padres de la chica, pero con la cara tapada con un pasamontañas.” La presentación estuvo demorada por un motivo ajeno al caso. Los padres del testigo están aterrados y no aceptan que se presente ante la Justicia. Como es menor, sólo un dictamen de la Asesoría de Menores marplatense podría permitir que sea citado, con la anuencia de un juez del fuero.
Los diferentes testimonios de Maxi Marolt, ex novio de Natalia, resultaron contradictorios para la fiscalía. En ninguna de sus declaraciones coincidió la hora en que dijo haber regresado a su casa el día en que Natalia desapareció. Pero además, tanto el Gallo como Maxi dijeron no conocerse, pese a que la hermana de Maxi, también llamada Natalia, es la mujer de uno de los Villalobos hermano del Gallo, y lo visitó al menos una vez mientras cumplía condena en Batán. “El fiscal (Pagella) ordenó abrir una causa para investigarlo”, aseguró una fuente judicial. Curiosamente, los últimos días de febrero, una abogada marplatense presentó un pedido de eximición de prisión de Marolt cuando aún no existía ninguna causa en su contra pero ya se mencionaban sus contradicciones.
A la de Marolt se agregará otra investigación, sobre los caseros del gallinero donde se ocultó el Gallo. Uno es Miranda, cuyo nombre circuló el día en que detuvieron a Fernández. El otro se llama Palavecino. Además, lafiscalía analiza –por el momento sin resultado– los legajos de 150 policías de la jurisdicción de Miramar y de Seguridad Vial.
Al torrente de causas, el viernes pasado se sumó otra, cuando Gustavo Melmann presentó una denuncia contra el intendente radical de Miramar, Enrique Honores, por incumplimiento de los deberes de funcionario público, y pidió embargo e inhibición sobre sus bienes. El pedido se basa en un amplio párrafo redactado por el juez Marcelo Riquert en los considerandos de la prisión preventiva del Gallo, en el que se refiere a la zona de los boliches de Miramar prácticamente como una zona liberada.
Los restos de epidermis que se encontraban entre las uñas de Natalia fueron mal extraídos por los peritos de la Bonaerense y no sirvieron para el análisis de ADN. Una fuente de la investigación confirmó a este diario que las muestras fueron mal tomadas y quedaron descartadas para la prueba química. De todos modos, los peritos concentran todas sus expectativas en un pelo, sobre el que trabajan para determinar si es rescatable para la prueba irrefutable del ADN.
En caso de que así sea, y si el reactivo da positivo, hundirá aún más en prisión al acusado. Pero si el resultado da negativo, el Gallo literalmente habrá zafado por un pelo.

 


 

GENDARMERIA CONFIRMO QUE GAMERRO SE FUE DEL PAIS
Solo con tres semanas de demora

A veinte días de la desaparición del empresario Enrique Gamerro y después de las múltiples búsquedas y especulaciones en torno del paradero del empresario Enrique Gamerro, Gendarmería Nacional –tras haberse tomado su tiempo– confirmó que el 14 de marzo el empresario cruzó a Uruguay a bordo de su camioneta, aparentemente en forma voluntaria. A partir de este dato, sumado a la declaración de dos testigos que aseguran haber visto a Gamerro en Brasil, la policía bonaerense dio por terminada su búsqueda y ahora todo está en manos de Interpol, que en caso de encontrarlo y certificar que está en buen estado de salud, dará por cerrado el caso.
“Está debidamente registrado el paso del abogado Gamerro a Uruguay por el paso fronterizo Colón-Paysandú, el 14 de marzo último, en su camioneta”, señaló Gendarmería. A partir de esta confirmación, el jefe de la Departamental San Nicolás, comisario José Ferrari, decidió poner fin al rastreo: “Ahora sólo falta que Interpol lo encuentre, lo revise y nos informe sobre su estado de salud”, manifestó el comisario, enojado por el enorme despliegue que tuvo que hacer la policía mientras, a su entender, los allegados a Gamerro ya sabían que se había ido voluntariamente.
Enrique Eduardo Gamerro, de 46 años, casado y con dos hijas —una de ellas de sólo seis meses de edad—, fue visto por última vez el 14 de marzo pasado, cuando se subió a su camioneta Land Rover 4x4 y anunció que se dirigía hacia un banco de Rosario para pagar unas cuentas, después de retirar 40 mil pesos de su cuenta y llevarse varios documentos de su estudio. El comisario informó que, el día anterior, Gamerro “compró una bolsa de dormir y una carpa en un comercio de San Nicolás”.
Su paradero fue un misterio hasta que, el viernes pasado, un matrimonio de Escobar aseguró haber visto en Brasil a un hombre en una Land Rover, que afirmó ser un empresario de San Nicolás, y con las mismas características físicas que Gamerro. El sábado pasado, los testigos prestaron declaración ante el fiscal que investiga el hecho. “Ante tantas coincidencias –observó Ferrari– la fiscalía de San Nicolás libró un oficio a Interpol para que busque a Gamerro y, en caso de encontrarlo, se limiten a efectuarle una revisión médica para constatar su estado de salud y nada más, ya que de ser él no existiría ningún delito.”

 

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