El padre de Máxima Zorreguieta, la argentina que se casará
con el heredero al trono de Holanda, no tendrá impedimentos para
visitar en forma privada ese país europeo, pero podría tener
inconvenientes si pretende estar presente en actos públicos de
la Casa Real de Orange. El anuncio fue realizado ayer en el Parlamento
local por el primer ministro Wim Kok, quien participó de un debate
sobre el futuro matrimonio, tras el compromiso del príncipe Guillermo
Alejandro con la hija del ex secretario de Agricultura y Ganadería
de Jorge Rafael Videla. El líder laborista señaló
que el gobierno puede intervenir, en caso de que el pueblo de los Países
Bajos reaccione en contra de la presencia de Jorge Zorreguieta en ceremonias
oficiales, por su participación como funcionario en la última
dictadura militar.
El casamiento real, previsto para principios del año próximo,
será materia de discusión en el Parlamento por varios meses,
ya que sus miembros deben autorizar la boda. Si no da el visto bueno,
el futuro rey debería abdicar al trono, de acuerdo con la Constitución
holandesa. Ayer, los parlamentarios saludaron a Máxima tras su
primera aparición oficial y la felicitaron por haber declarado
su compromiso con la democracia y su condena al régimen militar
en Argentina.
La profunda resistencia que el pasado del padre de Máxima despertó
en los partidos de izquierda, que integran la coalición gobernante,
obligó al primer ministro a diseñar una prolija estrategia
para conseguir el apoyo parlamentario. En primer lugar, Kok encargó
en setiembre al profesor Michiel Baud, del Centro de Estudios y Documentación
Latinoamericana de la Universidad de Amsterdam, una investigación
sobre la participación de Zorreguieta en la represión ilegal.
Llamativamente, las conclusiones del informe fueron interpretadas en forma
disímil por el primer ministro y su propio autor. Mientras Kok
minimizó la responsabilidad del padre de Máxima, Baud declaró
que su participación en el gobierno militar no fue menor
sino importante. Además agregó el catedrático
considero improbable que no supiera nada de la represión. En el
esquema moral holandés, donde todo es bueno o malo,
se lo consideraría malo.
La segunda jugada de Kok para destrabar la boda fue conseguir una declaración
del mismo Zorreguieta en la que el ex funcionario de Videla niega haber
estado al tanto de la represión que llevaron adelante
las Fuerzas Armadas durante el período en el que él fue
secretario de Estado. Además, el padre de la futura reina de Holanda
hizo explícito su repudio a los excesos cometidos durante
la represión. Los rechazo totalmente, ya que no puedo
aceptar en ningún caso el secuestro, la muerte, y la tortura de
personas, afirmó Zorreguieta. Tanto la investigación
de Baud como la declaración del padre de Máxima ya están
en manos del Parlamento. El pacto que permitió destrabar la boda
se completó con la defensa pública de los derechos humanos
y el claro rechazo a la represión militar que hizo Máxima
el viernes luego de que la reina Beatriz oficializó el compromiso
entre los novios y la prohibición a su padre de concurrir a la
ceremonia nupcial.
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