Por Laura Puertas
Desde
Lima
Desde que ayer cerraron sus
campañas, para los candidatos peruanos comenzó la cuenta
regresiva. Los tres con mayores posibilidades de convertirse en presidente
del país Alejandro Toledo, Lourdes Flores y Alan García
concentran sus esfuerzos en seducir al 25 por ciento de peruanos indecisos,
cuyo voto será definitivo en las elecciones del domingo. El populista
Toledo, del partido Perú Posible, pugna por ser el candidato más
votado en la primera vuelta de los comicios, mientras que la social cristiana
Flores, de Unidad Nacional, y el socialdemócrata García,
de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), se disputan voto
a voto el pase a la segunda ronda.
Las últimas encuestas, cuyos resultados no pueden ser difundidos
en Perú por mandato constitucional, subrayan el liderazgo de Toledo
y el avance del ex presidente García frente al estancamiento de
la candidatura de Flores. Alfredo Torres, de la consultora Apoyo Opinión
y Mercado, vaticina que Toledo obtendrá el primer lugar, con una
votación estimada entre el 38 y el 44 por ciento, sin alcanzar
el triunfo en primera vuelta. En segundo lugar se ubica Flores, con el
24 por ciento, seguida muy de cerca por García, quien obtiene el
21 por ciento. Los indecisos definirán el resultado del domingo
e incluso, dice Torres, la diferencia podría variar y el orden
podría invertirse.
En cambio, para Manuel Torrado, de Datum, es posible que no se llegue
a celebrar la segunda vuelta si la diferencia entre Toledo y quien ocupe
el segundo lugar para el que también pronostica un virtual
empate es muy amplia. Si García llega en segundo lugar,
pero con una diferencia muy marcada respecto de Toledo, es muy probable
que el ex presidente decline a favor del líder de Perú Posible.
Torrado opina que el argumento de García para no ir a la segunda
vuelta sería evitar que el país se divida aún más
entre pobres y ricos, o entre limeños y campesinos. De acuerdo
al simulacro de votación efectuado por Datum, Toledo obtendría
el 38 por ciento de los votos, seguido de Flores, con un 25 por ciento,
y de García, con un 22 por ciento.
La mayoría de los analistas coincide en destacar el significativo
avance de García, quien hasta diciembre pasado ni siquiera podía
regresar al país por los juicios abiertos en su contra. El ex presidente
se vio obligado a abandonar Perú tras el autogolpe de Alberto Fujimori,
en 1992, y logró escapar cuando un comando del ejército
intentó asesinarlo en su domicilio. Colombia le concedió
asilo y García se pasó los últimos nueve años
viviendo entre París y Bogotá. Sobre él pesaban varios
juicios por supuestos delitos de enriquecimiento ilícito durante
su gobierno (19851990). Por ese motivo, su campaña ha estado orientada
a recuperar la confianza de la mayoría de peruanos. En el cambio
de opinión de buena parte del electorado ha influido mucho la corrupción
registrada durante el fujimorismo, que retrospectivamente minimizó
las acusaciones en contra de García.
El candidato aprista regresó a Perú después de que
la Corte Suprema declarase que los cargos en el juicio por presunto enriquecimiento
ilícito habían prescrito. En esto, la Corte peruana siguió
una recomendación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Su caso, sin embargo, todavía no está cerrado. El archivo
definitivo dependerá de una sentencia de la Primera Sala Civil
Suprema. Su abogada, Judith de la Matta, explicó que poco después
del 15 de abril se fijará la fecha para que la defensa del candidato
aprista haga uso de la palabra. Sólo entonces se procederá
a la sentencia definitiva.
INCIDENTE
ENTRE CHILE Y PERU
El Pacífico no arderá
Chile y Perú supieron
librar una Guerra del Pacífico en el siglo XIX y recién
borraron sus secuelas en setiembre pasado, con un acuerdo limítrofe
definitivo. Pues bien, esta semana se produjo un incidente que se resolvió
un tanto más rápido. El gobierno chileno ordenó ayer
retirar un puesto de vigilancia edificado hace una semana junto a la frontera
con Perú, en la zona de la ciudad chilena de Arica y la peruana
de Tacna, y que amenazó con convertirse en un conflicto diplomático.
Ocurre que el congresista peruano Ronny Jurado había denunciado
el lunes que dicho puesto, perteneciente a la Infantería de Marina
chilena, había sido construido dentro del territorio de su país.
Anteayer, un grupo de civiles de Tacna, liderado por reservistas del ejército
peruano, marchó hasta el lugar, gritó consignas antichilenas
y hasta arrojó objetos a los marinos. A uno de los marinos se le
escapó un tiro, que no llegó a nadie, pero que elevó
la tensión.
La canciller chilena, Soledad Alvear, explicó que no hubo ninguna
autoridad peruana que confirmara la violación de la soberanía
de su país, como denunció Jurado, mientras el ministro de
Defensa chileno, Mario Fernández, aclaró que de todas maneras
el funcionamiento del puesto era temporario, como complemento de las tareas
rutinarias de vigilancia en la frontera.
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