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MARISA MONTE CANTA POR PRIMERA VEZ EN BUENOS AIRES
Las canciones del siglo XXI

La brasileña, que es niña mimada de la vanguardia neoyorquina, actúa hoy y mañana aquí, presentando un show multimedia que incluye buena parte de los temas del CD �Memórias, Crônicas e Declaraçoes de Amor�.

Marisa Monte estudió en Italia, ama Londres y vivió en Nueva York con su
ex pareja, el músico Arto Lindsay.

Por Esteban Pintos

La presencia de Marisa Monte en Buenos Aires resulta un pequeño–gran acontecimiento para la temporada de espectáculos musicales internacionales del año. Monte es una de las figuras más importantes de una nueva generación de músicos brasileños, una cantante y compositora que se mueve con elegancia de lo clásico a lo moderno y viceversa. Tiene 33 años, cinco discos editados, más de tres millones de discos vendidos en Brasil y una respetable colección de elogios de parte de la prensa de su país, pero también con un plus de prestigio for export que le permite girar por Estados Unidos y Europa con suceso y buenas críticas. Marisa presentará esta noche y mañana en el Teatro Coliseo un espectáculo titulado como su último disco (Memórias, Crônicas e Declaraçoes de Amor), que incluye una llamativa puesta en escena responsabilidad del artista vanguardista brasileño Ernesto Neto. Bautizada por el autor como “Nave Show Esfinge Caranguejo”, la puesta debe ser vista, dice Neto, como una gran escultura y no como un simple escenario. Una serie de objetos de respetable tamaño que semejan gráficos de células vivas, sobre las cuales se proyectan luces y videos que ambientan cada canción. El amor en todas sus formas (deseo, romance, decepción, etc.) es el tema central del espectáculo, del cual la cantante está particularmente orgullosa.
La música de Monte desciende de la madre bossa nova y desde allí se dispara en distintas direcciones, todas atractivas, cada una de ellas guiadas por un espíritu innovador que alumbra un nuevo tipo de canción popular. Que es pura sangre Brasil, pero que suena a siglo XXI. Tal vez esa pátina de vanguardia y la presencia de nombres como Arto Lindsay –su habitual productor–, Marc Ribot, Carlinhos Brown y Laurie Anderson como invitados en sus discos le han valido un aura cult de la cual, en la entrevista con Página/12, prefiere desmarcarse enfáticamente.
“Fui una artista para pocos en un principio de mi carrera, pero no creo que eso signifique específicamente de culto”, afirma. “Claro, con el tiempo y los discos eso fue cambiando. En principio porque mis canciones se hicieron populares y eso me permitió llegar a una cifra que puede asustar, pero que es real: he vendido más de tres millones de discos y no creo que así pueda hablarse de alguien que es de culto. Sí he tomado una actitud general hacia el negocio del espectáculo musical en Brasil. No voy a la televisión a hacer playback ni tampoco muestro mi casa en una revista. Todos mis espectáculos intentan tener una concepción visual-musical que son parte de mi búsqueda como artista. Tal vez todo eso forme una imagen de mí que no es tal, al menos en mi país. En el exterior, sí pueden considerarme así porque la proyección internacional masiva de la música brasileña pasa por otro lado. Eso en Estados Unidos, sobre todo. Esperan encontrarse con el estereotipo del samba y la bossa nova tradicional que se ha construido por años, y por eso se sorprenden de verme.”
La cantante y compositora carioca vivió en Roma durante el fin de su adolescencia, para estudiar canto lírico (“tenía tres posibilidades para estudiar: Munich, Londres o Roma. Elegí Italia porque allí me resultaba más familiar y tenía algunos amigos. Y no la pasé mal. Pero si hoy tuviera que elegir, la verdad es que elegiría Londres...”, comenta entre sonrisas), e inició luego su carrera una vez que decidió dedicarse de lleno a la música. Una elección que no resulta sorprendente teniendo en cuenta el linaje familiar: su padre Carlos fue uno de los directores de Velha Guarda da Portela, una de las scolas de samba más tradicionales de Río de Janeiro.
El círculo familiar se cerró en este último tiempo, cuando ella inició las actividades de un sello discográfico propio (Phonomotor) y subsidiario de la multinacional Virgin. En ese rol es que decidió grabar, producir y editar el segundo disco de la scola en más de treinta años. En calidad de pequeña empresaria es que cree que algunas cosas están cambiando, vertiginosamente, en el negocio discográfico. Pero fundamentalmente en las formas de producción y distribución de la música. “Hay una nueva música en el Brasil y también una nueva forma de producir esa música. La tecnología permite que se pueda grabar un disco casi sin presupuesto, o al menos sin tener que gastar dinero en un estudio de grabación. La música se puede hacer en un cuarto de tu casa y eso, en cuanto a comodidad y relax para la creación, es ciertamente revolucionario.”

 

Caro Carlinhos

Una larga lista de notables figura en Memórias, Crônicas e Declaraçoes de Amor-el cd: el escritor Joao Ubaldo Ribeiro y el teólogo Leonardo Boff escribieron para el librillo que acompaña la edición, Caetano Veloso, Arnaldo Antunes, Jorge Ben Jor, Marc Ribot y el cantante y percusionista Carlinhos Brown –co-autor de cinco canciones del disco– aportaron su música. De todos ellos, seguramente el más polémico del momento, en Brasil, es Brown. Así recientemente fue, literalmente, expulsado del escenario mayor del megafestival Rock in Rio III. La anécdota da pie para que Marisa Monte, amiga personal del músico, reflexione sobre los riesgos de la exposición pública desmedida de un artista. Esa es la razón, para ella, de semejante rechazo popular. “Lo he conversado con él, más de una vez. Siempre he pensado que debería hablarse mucho más de Carlinhos Brown como gran músico y compositor, y no tanto del personaje que él mismo se ha montado en los medios. Es una pena, porque su música es bellísima, pero ha veces su imagen pública desmedida le termina jugando en contra”.

 

Otra guerra en Internet

Los cinco líderes de la industria discográfica están comprometidos ahora en dos proyectos diferentes de música por suscripción vía Internet, lo que abre el riesgo de crear una guerra de formatos si no encuentran pronto el modo de cooperar entre sí. Los dos primeros grupos mundiales de edición musical, Universal Music y Sony Music, anunciaron el jueves que lanzarían un servicio de música por suscripción mediante el portal Yahoo! en Estados Unidos, en principio, desde este verano boreal. Yahoo difundirá Duet, la plataforma de música en línea creada por Universal y Sony que ofrecerá piezas de música tomadas de los catálogos de los dos sellos. Al estilo Napster, los suscriptores podrán compilar listas de canciones e intercambiarlas con otros usuarios de Duet. Los otros tres grandes de la música, Time Warner Music, Bertelsmann y EMI, también lanzarán un servicio común, MusicNet, en sociedad con RealNetworks, el líder de los sistemas que permiten escuchar música y ver videos en Internet. Duet podrá apoyarse en la enorme popularidad de Yahoo, en el tercer lugar de audiencia de Estados Unidos, con 57 millones de visitantes únicos en febrero. MusicNet dispondrá a su vez de la fuerza de la red de AOL Time Warner (87 millones de visitantes en Estados Unidos en febrero) y de la reputación de RealNetworks. En los dos casos, los diferentes socios insistieron cuidadosamente sobre el carácter no exclusivo de su cooperación. Lo mismo que MusicNet, Duet quiere “proponer a los consumidores la selección musical más amplia posible” difundiendo música de todos los grandes grupos de edición musical. Universal y Sony representan alrededor de 47 por ciento de la oferta mundial de música. La estadounidense AOL Time Warner, el alemán Bertelsmann (BMG) y el británico EMI acumulan 40 por ciento del mercado. El consumidor podría enfrentarse entonces ante una oferta dividida de música, así como dos formatos tecnológicos diferentes. “Se podría crear una guerra de formatos”, estimó Michael Goodman, analista de la sociedad consultora de Internet Yankee Group.

 

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