Por Esteban Pintos
La presencia de Marisa Monte
en Buenos Aires resulta un pequeñogran acontecimiento para
la temporada de espectáculos musicales internacionales del año.
Monte es una de las figuras más importantes de una nueva generación
de músicos brasileños, una cantante y compositora que se
mueve con elegancia de lo clásico a lo moderno y viceversa. Tiene
33 años, cinco discos editados, más de tres millones de
discos vendidos en Brasil y una respetable colección de elogios
de parte de la prensa de su país, pero también con un plus
de prestigio for export que le permite girar por Estados Unidos y Europa
con suceso y buenas críticas. Marisa presentará esta noche
y mañana en el Teatro Coliseo un espectáculo titulado como
su último disco (Memórias, Crônicas e Declaraçoes
de Amor), que incluye una llamativa puesta en escena responsabilidad del
artista vanguardista brasileño Ernesto Neto. Bautizada por el autor
como Nave Show Esfinge Caranguejo, la puesta debe ser vista,
dice Neto, como una gran escultura y no como un simple escenario. Una
serie de objetos de respetable tamaño que semejan gráficos
de células vivas, sobre las cuales se proyectan luces y videos
que ambientan cada canción. El amor en todas sus formas (deseo,
romance, decepción, etc.) es el tema central del espectáculo,
del cual la cantante está particularmente orgullosa.
La música de Monte desciende de la madre bossa nova y desde allí
se dispara en distintas direcciones, todas atractivas, cada una de ellas
guiadas por un espíritu innovador que alumbra un nuevo tipo de
canción popular. Que es pura sangre Brasil, pero que suena a siglo
XXI. Tal vez esa pátina de vanguardia y la presencia de nombres
como Arto Lindsay su habitual productor, Marc Ribot, Carlinhos
Brown y Laurie Anderson como invitados en sus discos le han valido un
aura cult de la cual, en la entrevista con Página/12, prefiere
desmarcarse enfáticamente.
Fui una artista para pocos en un principio de mi carrera, pero no
creo que eso signifique específicamente de culto, afirma.
Claro, con el tiempo y los discos eso fue cambiando. En principio
porque mis canciones se hicieron populares y eso me permitió llegar
a una cifra que puede asustar, pero que es real: he vendido más
de tres millones de discos y no creo que así pueda hablarse de
alguien que es de culto. Sí he tomado una actitud general hacia
el negocio del espectáculo musical en Brasil. No voy a la televisión
a hacer playback ni tampoco muestro mi casa en una revista. Todos mis
espectáculos intentan tener una concepción visual-musical
que son parte de mi búsqueda como artista. Tal vez todo eso forme
una imagen de mí que no es tal, al menos en mi país. En
el exterior, sí pueden considerarme así porque la proyección
internacional masiva de la música brasileña pasa por otro
lado. Eso en Estados Unidos, sobre todo. Esperan encontrarse con el estereotipo
del samba y la bossa nova tradicional que se ha construido por años,
y por eso se sorprenden de verme.
La cantante y compositora carioca vivió en Roma durante el fin
de su adolescencia, para estudiar canto lírico (tenía
tres posibilidades para estudiar: Munich, Londres o Roma. Elegí
Italia porque allí me resultaba más familiar y tenía
algunos amigos. Y no la pasé mal. Pero si hoy tuviera que elegir,
la verdad es que elegiría Londres..., comenta entre sonrisas),
e inició luego su carrera una vez que decidió dedicarse
de lleno a la música. Una elección que no resulta sorprendente
teniendo en cuenta el linaje familiar: su padre Carlos fue uno de los
directores de Velha Guarda da Portela, una de las scolas de samba más
tradicionales de Río de Janeiro.
El círculo familiar se cerró en este último tiempo,
cuando ella inició las actividades de un sello discográfico
propio (Phonomotor) y subsidiario de la multinacional Virgin. En ese rol
es que decidió grabar, producir y editar el segundo disco de la
scola en más de treinta años. En calidad de pequeña
empresaria es que cree que algunas cosas están cambiando, vertiginosamente,
en el negocio discográfico. Pero fundamentalmente en las formas
de producción y distribución de la música. Hay
una nueva música en el Brasil y también una nueva forma
de producir esa música. La tecnología permite que se pueda
grabar un disco casi sin presupuesto, o al menos sin tener que gastar
dinero en un estudio de grabación. La música se puede hacer
en un cuarto de tu casa y eso, en cuanto a comodidad y relax para la creación,
es ciertamente revolucionario.
Caro Carlinhos
Una larga lista de notables figura en Memórias, Crônicas
e Declaraçoes de Amor-el cd: el escritor Joao Ubaldo Ribeiro
y el teólogo Leonardo Boff escribieron para el librillo que
acompaña la edición, Caetano Veloso, Arnaldo Antunes,
Jorge Ben Jor, Marc Ribot y el cantante y percusionista Carlinhos
Brown co-autor de cinco canciones del disco aportaron
su música. De todos ellos, seguramente el más polémico
del momento, en Brasil, es Brown. Así recientemente fue,
literalmente, expulsado del escenario mayor del megafestival Rock
in Rio III. La anécdota da pie para que Marisa Monte, amiga
personal del músico, reflexione sobre los riesgos de la exposición
pública desmedida de un artista. Esa es la razón,
para ella, de semejante rechazo popular. Lo he conversado
con él, más de una vez. Siempre he pensado que debería
hablarse mucho más de Carlinhos Brown como gran músico
y compositor, y no tanto del personaje que él mismo se ha
montado en los medios. Es una pena, porque su música es bellísima,
pero ha veces su imagen pública desmedida le termina jugando
en contra.
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Otra guerra en Internet
Los cinco líderes de la industria discográfica están
comprometidos ahora en dos proyectos diferentes de música
por suscripción vía Internet, lo que abre el riesgo
de crear una guerra de formatos si no encuentran pronto el modo
de cooperar entre sí. Los dos primeros grupos mundiales de
edición musical, Universal Music y Sony Music, anunciaron
el jueves que lanzarían un servicio de música por
suscripción mediante el portal Yahoo! en Estados Unidos,
en principio, desde este verano boreal. Yahoo difundirá Duet,
la plataforma de música en línea creada por Universal
y Sony que ofrecerá piezas de música tomadas de los
catálogos de los dos sellos. Al estilo Napster, los suscriptores
podrán compilar listas de canciones e intercambiarlas con
otros usuarios de Duet. Los otros tres grandes de la música,
Time Warner Music, Bertelsmann y EMI, también lanzarán
un servicio común, MusicNet, en sociedad con RealNetworks,
el líder de los sistemas que permiten escuchar música
y ver videos en Internet. Duet podrá apoyarse en la enorme
popularidad de Yahoo, en el tercer lugar de audiencia de Estados
Unidos, con 57 millones de visitantes únicos en febrero.
MusicNet dispondrá a su vez de la fuerza de la red de AOL
Time Warner (87 millones de visitantes en Estados Unidos en febrero)
y de la reputación de RealNetworks. En los dos casos, los
diferentes socios insistieron cuidadosamente sobre el carácter
no exclusivo de su cooperación. Lo mismo que MusicNet, Duet
quiere proponer a los consumidores la selección musical
más amplia posible difundiendo música de todos
los grandes grupos de edición musical. Universal y Sony representan
alrededor de 47 por ciento de la oferta mundial de música.
La estadounidense AOL Time Warner, el alemán Bertelsmann
(BMG) y el británico EMI acumulan 40 por ciento del mercado.
El consumidor podría enfrentarse entonces ante una oferta
dividida de música, así como dos formatos tecnológicos
diferentes. Se podría crear una guerra de formatos,
estimó Michael Goodman, analista de la sociedad consultora
de Internet Yankee Group.
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