Por Martín Pérez
Suerte de tardío Rashomon
diet, ideal para los jóvenes yuppies del siglo XXI, el corazón
dramático de Cuerpos salvajes se centra en las dos versiones de
una salida nocturna que termina en una denuncia policial por violación.
Sus protagonistas son una rubia borracha y descocada por un lado y por
el otro una ascendente estrella del violento fútbol estadounidense.
El dice que ella se lo pidió, ella dice que él la forzó.
Y, según lo que se ha visto en la pantalla, ambos tienen razón.
Aunque es difícil concebir que un film que comienza con una lección
de fellatio termine perdido en semejantes subjetividades.
Debut para la pantalla grande del guionista de La hoguera de las vanidades
y realizador del telefilm Gia, Cuerpos salvajes funciona como un gran
flashback de una noche de juerga que termina en una tragedia demasiado
anunciada. Protagonizada por ocho jóvenes bellos y con dinero de
Los Angeles cuatro chicos y cuatro chicas, el film de Cristopher
se pretende como un falso documental de la vacía vida nocturna
de los jóvenes de hoy en día. El sexo y alcohol son el motor
de una generación fashion que, por suerte, luce lo suficientemente
bien como para que tenga sentido filmar con el mejor ángulo posible
y para el disfrute de quienes puedan verlo todo lo que hacen
en busca de un amor que saben que nunca va a llegar.
Seudo documental en que sus protagonistas le hablan a la cámara
de su búsqueda existencial detrás de tanta borrachera y
sexo sin amor (que, según apunta el film, es igual a violencia),
Cuerpos... es un confuso pastiche ético-estético fotografiado
por Rodrigo García (el hijo de García Márquez, antes
de su debut como director) y con guión de David McKenna, que ya
tiene en su haber logros similares, como Get Carter (último opus
de Stallone) y American history X (protagonizada por Edward Norton). Cómica
sólo cuando le toca hablar al personaje de Ron Livingston brillante
protagonista de Enredos de oficina, el debut cinematográfico de
Mike Judge, Cuerpos... es un film yuppie y fuera de época.
Una obra que explota la estética de sus jóvenes víctimas/victimarios
al desgajar una crítica generacional demasiado cerca del porno-soft
para ser creíble.
PUNTOS
MURIO
SU NOVIA EN UN ACCIDENTE
La depresión de Keanu
El actor Keanu Reeves está
gravemente deprimido después de que su novia muriera en un grave
accidente de automóvil. Un informe policial afirmó que la
novia del famoso actor atravesaba por un mal momento anímico y
estaba consumiendo drogas cuando se accidentó. El diario estadounidense
The New York Post contó ayer que Jennifer Syme, de 29 años,
murió cuando su jeep Cherokee se cruzó al lado opuesto de
la carretera y se estrelló contra tres vehículos estacionados.
La intensidad del choque, ocurrido en Los Angeles, hizo que el coche se
diera vuelta en campana y Syme saliera despedida a través del parabrisas,
lo que le produjo la muerte de inmediato. No llevaba cinturón
de seguridad, indicó un portavoz de la policía, Cheryl
MacWillie, al diario.
La tragedia es un nuevo golpe para Reeves, que el año pasado estuvo
bajo tratamiento cuando el bebé que tuvo con su novia, al que iban
a llamar Ava, nació muerto. Syme, a su vez, estaba siendo tratada
de depresión por la pérdida de la niña y tomaba los
medicamentos recetados clonazepam y cyclobenzaprine. La policía
halló en su automóvil estas sustancias, así como
dos billetes de un dólar con restos de polvo blanco que están
siendo analizados, dijo MacWillie. Reeves, de 35 años, no ha querido
hacer declaraciones ni aparecer en público. Uno de los amigos del
protagonista de Matrix aseguró al Post: Keanu tiene el corazón
roto, está sufriendo. El y Jennifer estaban muy unidos.
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