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LIDERES GREMIALES DEL MERCOSUR EN EL ACTO DE LA CTA
Un repudio sin fronteras

Cerca de 12 mil personas se reunieron en el acto de la
CTA en Congreso. Terminó con De Gennaro haciendo flamear la bandera de Brasil y el líder de la CUT brasileña, una argentina.

Cabezudos y murgas marcharon desde Congreso hacia el Sheraton en el acto de la CTA.

Por Eduardo Tagliaferro

“El enemigo parece más grande cuando se lo mira de rodillas. Pongámonos de pie, por nuestros hijos, nos lo merecemos”, dijo citando a José de San Martín y convocó a los manifestantes a continuar la lucha contra el neoliberalismo. La frase marcó el final del discurso del titular de la CTA, Víctor De Gennaro, y el comienzo del acto realizado frente al Congreso Nacional para repudiar el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Luego del acto, más de 12.000 participantes marcharon rumbo al hotel Sheraton donde deliberan los ministros de América latina (salvo Cuba). Al llegar a Retiro, los últimos marchantes fueron atacados por los gases lanzados por la Policía Federal para desconcentrar a un reducido grupo de estudiantes (ver aparte).
“Los compañeros me preguntan por qué estoy contento a pesar de tantas dificultades”, interrogó De Gennaro a la multitud. “Estoy contento por la reacción de ustedes frente a un gobierno vergonzante que no dejó entrar a nuestro país a los compatriotas uruguayos y brasileños”, continuó el titular de la CTA (ver aparte).
Más allá de protestar por el ALCA, los manifestantes locales le pusieron al repudio un nombre y apellido local: Domingo Cavallo. Mientras la concurrencia se refería a la madre del ministro, De Gennaro recordó su paso por la dictadura militar, con la consiguiente estatización de la deuda pública y su desempeño en el gobierno de Carlos Menem, con la privatización de las empresas estatales. “Cavallo hoy viene como garante de un gobierno capaz de traicionar el mandato popular para entregarse al capital transnacional”, opinó De Gennaro, quien también advirtió que al igual que sucedió con el ex ministro Ricardo López Murphy, “seremos capaces de voltear el nefasto plan que encabeza Cavallo.
Un “trailer” hizo las veces de palco al que subió una treintena de destacados dirigentes, junto a De Gennaro se ubicaron la titular de Ctera, Marta Maffei; el presidente de la CUT, Joao Felicio; Bernard Cassen, director de Le Monde Diplomatique y titular de la agrupación ATTAC; el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; Nora Cortiñas, por Madres de Plaza de Mayo–Línea Fundadora; Enrique Fontana, diputado del Partido de los Trabajadores; el sociólogo brasileño Emir Sader; los diputados nacionales Alfredo Bravo, Jorge Giles, Héctor Polino, Eduardo Macaluse y Marcela Bordenave, y los legisladores porteños Patricio Echegaray, Alexis Latendorf y Vilma Ripoll, entre otros.
Luego del titular de la CTA, habló el dirigente sindical uruguayo Lalo Fernández, quien recordó que hacía 15 años, cuando la democracia despuntaba en el continente, había participado de una reunión de gremialistas latinoamericanos. “¿Qué es la democracia?”, preguntó el dirigente uruguayo a los manifestantes. “Nada más y nada menos que la participación permanente del pueblo”, se respondió para reclamar un plebiscito continental para decidir el futuro del ALCA.
“Sabemos que los gobiernos no gustan de los trabajadores. Nosotros tampoco gustamos de ellos”, fue el comienzo del último y más encendido discurso, a cargo del titular de la CUT. Felicio repudió la actitud del gobierno argentino de detener en la frontera a los micros que traían a los manifestantes brasileños. “El ALCA significa una dictadura eterna”, arremetió Felicio, quien para cerrar su arenga invitó a los presentes para el II Foro Social Mundial de Porto Alegre, al que reivindicó como “espacio de resistencia y de nueva representación política para terminar con 500 años de sumisión a españoles, portugueses, ingleses y ahora norteamericanos”. Por si quedaban dudas, enumeró sus opciones: “Estamos del lado de la clase trabajadora de América latina en la lucha por el socialismo. Un socialismo con democracia”. Terminaron los discursos con De Gennaro agitando la bandera brasileña y Felicio la argentina.
Luego los manifestantes marcharon por Callao. La cabecera de la marcha la formaban los delegados internacionales, detrás se ubicó la CTA Capital y antes de los gremios docentes, una bandera argentina que originalmente tiene 400 metros pero de la que sólo se habían desplegado 150, separabalas columnas de los manifestantes. Detrás venían la agrupación ATTAC, la Mesa Nacional de los Jubilados, el gremio de prensa UTPBA, el gremio telefónico de Capital, los centros de estudiantes porteños, H.I.J.O.S., el Partido Humanista, el MST, el PO y el PC, y cerraban la marcha las columnas de la corriente “Patria Libre”.
“El Banco Itaú es bien recibido en la Argentina y a los trabajadores brasileños no se los deja ingresar, eso es la globalización liberal, eso es el ALCA”, dijo a Página/12 Emir Sader, que marchaba con docentes de Clacso.
Banderas brasileñas, uruguayas y del PT eran la constante de la marcha. “Brasil, quien te U.S.A, no te ama”, decía un cartel de jóvenes del Partido de los Trabajadores. Las marionetas y comparsas dieron color y ritmo. La de la agrupación ATTAC representaba a la Organización Mundial de Comercio que digitaba la educación, la salud, el trabajo y la justicia. Las Fuerzas Armadas y la Policía les daban palos y por detrás el Tío Sam, mostraba sus afiladas uñas.
El nombre de Cavallo fue el más coreado por los marchantes, incluso causaba gracia la reproducción del insulto en portugués. Aunque los marchantes habían demostrado su bronca por el bloqueo de la comitiva brasileña, predominó el clima festivo que ni siquiera se alteró con los incidentes del final.
“Por su actuación en Corrientes sabíamos cómo era Ramón Mestre, pero mostró su autoritarismo al no dejar ingresar a los compañeros del Brasil. Este gobierno de improvisados y de irresponsables lo único que sabe es preocuparse por cuidar su imagen pensando en la próxima elección”, dijo a este diario la titular de Ctera, Marta Maffei. Mientras tanto, desde los parlantes León Gieco, cantaba “si un traidor puede más que unos tantos, que esos tantos no lo olviden fácilmente”. Luego de las corridas del final esos tantos se dispersaron cantando y se prometieron una nueva cita, será en Quebec, cuando los presidentes latinoamericanos discutan el adelantamiento del ALCA.

 

Piedras en el Sheraton

“Si se dispersan con tranquilidad, yo tengo la orden de no intervenir”, alcanzó a decirles a los hombres de la CTA uno de los oficiales que estaba al frente del operativo policial. La columna de manifestantes de la CTA concluía su paso frente al Hotel Sheraton, cuando la policía atacó con gases lacrimógenos a un pequeño grupo de jóvenes que tiraba piedras contra los efectivos policiales. Estos estaban amurallados detrás de un vallado que convertía al lujoso hotel en un una pieza más inaccesible que de costumbre. El grupo que sufrió los gases respondía a la CTA de Gualeguaychú y estaba integrada por familias enteras, madres y niños incluidos.
Cuando la marcha arribó a Retiro, un minúsculo grupo conformado por estudiantes de la corriente CEPA, del PCR, del PTS y anarquistas quemaban muñecos que representaban al Tío Sam. La marcha de la CTA los rodeó mientras que jóvenes camuflados con pasamontañas y con piedras en sus manos se paseaban frente a los uniformados. Incluso algunos marchantes dijeron haber divisado a un hombre con anteojos ahumados que dirigía la movida. La policía había estado prácticamente ausente en todo el recorrido de la movilización, incluso contribuyó al caos no ordenando el tránsito ni cortando las calles por las que transitaron los manifestantes.

 

PROTESTA CON GAROTAS Y RITMO DE SAMBA CARIOCA
“No ALCAos”, “No ALCApitalismo”

Obreros del Mundo
Como en otras protestas antiglobalización, la marcha de ayer tuvo una alta participación de extranjeros, en su mayoría provenientes de países del Cono Sur. La delegación más numerosa llegó de Brasil. A pesar del cierre de fronteras que dejó en Uruguay a parte de su comitiva, los brasileños poblaron las columnas con banderas rojas de la CUT y del PT. También mostraron sus habilidades musicales. “Brasil, Argentina, América Central, a clase operaria é internacional”, cantaron frente al Congreso. Portaban remeras con leyendas como “O capitalismo mata” y bailaban al compás de los redoblantes.

Besos y palos
El acto en Congreso terminó con el discurso de Joao Felicio, titular de la CUT. Además de cualidades de orador, Felicio mostró habilidades para la metáfora, lo que provocó varias sonrisas: “Nosso presidente beixó na bouca do presidente Bush”, dijo desde el micrófono, ante las risitas contenidas de Marta Maffei. Ya en la marcha, los delegados extranjeros vivieron muy de cerca el folklore típico de las marchas argentinas. Un ejemplo fue Wanda, una noruega de 29 años. Con sólo dos meses en Buenos Aires, sufrió en carne propia la atropellada de la columna del Partido Obrero. Como los demás integrantes de la obra de teatro callejero que puso en escena la agrupación ATTAC, Wanda observó la abrupta irrupción de los manifestantes del PO. Estos consiguieron mejorar su ubicación utilizando palos, ante las quejas resignadas de los actores. Después les llegó el turno a los trotskistas brasileños del PSTU, que recibieron de sus pares argentinos una curiosa bienvenida, consistente en una rápida y contundente tanda de palazos.

Cantitos y banderas
Entre los cantitos más creativos, sobresalió uno basado en una ya gastada canción del grupo La Mosca. “Yo te quiero dar, algo de corazón, vamos a rechazar el ALCA, con la movilización”, se escuchó a lo largo de la avenida Callao. Las banderas más grandes estuvieron en manos de sindicatos, centrales de trabajadores y partidos políticos. Mucha de la gente “suelta” utilizó carteles con frases que incluían la sigla “ALCA”. Así se vieron consignas que decían “No ALCAos”, “ALCArajo”, “No ALCApitalismo”.

Silencio y musica
El fervor de los brasileños contrastó con el silencio de muchos argentinos que marchaban escuchando música. Entre los delegados de la CUT, una garota de más de cuarenta comentó el hecho con asombro. “Nadie canta nada”, señaló a sus compañeros. Unos minutos después el mutismo se transformó en un canto desprolijo, centrado en la figura del ministro de Economía. Un metalúrgico de Minas Gerais seguía el ritmo con los brazos. Luego intentó reproducir lo que oía: “Cavalho, filho da puta, a puta que...”

 

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