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BONOS POR 3500 MILLONES DE DOLARES PARA ALEJAR EL FANTASMA DEL DEFAULT
Para tirar por lo menos tres meses más

Bono Patriótico, pagaré y fideicomiso es el menú que, tal como adelantó Página/12, Cavallo elaboró para conseguir fondos.

Julio Dreizzen, subsecretario de Financiamiento, sostiene la mesa, mirando a su jefe, Daniel Marx.

Por Claudio Zlotnik

Tal como anticipó ayer Página/12, Domingo Cavallo lanzó la versión 2001 del Bono Patriótico con el cual, lo mismo que en la edición original del ‘95 en medio de la grave crisis del Tequila, intentará rescatar del pozo a la economía. Por el aporte de bancos y empresas, el ministro juntará 3500 millones de dólares. Y, para lograrlo, recurrirá a distintas emisiones de títulos públicos. Los fondos del Bono Patriótico le permitirán a Cavallo ganar oxígeno por tres meses, ya que contará con el dinero para hacer frente a los vencimientos de deuda hasta finales de junio. La estrategia del ministro es que el desahogo financiero tranquilice a los acreedores y bajen las tasas de interés.
Ayer a la tarde, Cavallo acordó las condiciones del Bono Patriótico con los bancos. Y la semana que viene pasará la gorra entre las empresas más poderosas del país, buscando que éstas también se sumen a la compra de los nuevos títulos de deuda. Para seducir a los hombres de negocios, Economía planteará la posibilidad de que las compañías puedan saldar deudas impositivas.
El Bono Patriótico tuvo impacto en la city. La tasa interbancaria se ancló en el 10 por ciento anual en pesos y dos puntos más abajo para las operaciones en dólares, muy lejos del nivel exorbitante de hace una semana, cuando estaba en el 60 por ciento. Por su parte, el riesgo país cayó 19 puntos –hasta los 897– y por primera vez desde que Cavallo retornó a Economía terminó por debajo de 900 puntos.
Para juntar los 3500 millones de dólares, Cavallo recurrió a tres instrumentos:
Un bono por 2 mil millones a un año de plazo con un rendimiento del 9 por ciento anual. Este título ya fue adquirido por los principales bancos de plaza, y éstos tendrán la posibilidad de utilizar su tenencia de papeles para computar encajes. Esta fue la manera de Cavallo de endeudarse a un costo muy inferior al que le cobrarían si fuera a buscar los fondos a través de una licitación abierta. A su vez, los bancos cerraron un negocio jugoso, ya que si inmovilizaran esos 2 mil millones en el Banco Central, obtendrían un rendimiento del 4 por ciento anual, cinco puntos menos que adquiriendo el bono. La diferencia no es despreciable: 100 millones de dólares al año.
Un bono-pagaré por 1000 millones a tres años a una tasa variable. El primer cupón será del 11,73 por ciento anual. Este título ya fue adquirido por los bancos, pero Cavallo también se lo ofrecerá a los empresarios.
Un bono especial para las AFJP por un total de 500 millones. Como los fondos de pensión ya tienen cubierta su capacidad para adquirir títulos públicos, el aporte se realizará a través de un fideicomiso financiero. Los activos de este instrumento serán bonos del Estado nacional. El rendimiento recién se determinará dentro de diez días. Pero surgirá de la tasa de interés promedio de los plazos fijos de más de un millón de pesos a 30 días sumada a un monto fijo (en la city mencionan 3 puntos adicionales). De ser así, ayer esa tasa rondaba el 13,25 por ciento anual.
Por otra parte, en la city creen que, en los próximos días, Cavallo seguirá flexibilizando las normas que rigen al sistema financiero para continuar forzando una rebaja en el costo del dinero. Concretamente, la especulación es que volverá a exigirle a Pedro Pou un descenso adicional en el nivel de los encajes (actualmente equivalen al 18 por ciento de los depósitos). Y que habilitará un nuevo grifo para dotar de liquidez a los bancos, posibilitando que éstos puedan tomar préstamos del Banco Central de corto plazo dando en garantía Letras del Tesoro.
Ayer, la mejora de los títulos públicos resultó de entre 0,5 y 1 por ciento. Este ascenso, lejos de cualquier boom bursátil, demuestra la cautela que siguen mostrando los inversores a pesar del Bono Patriótico. ¿Por qué? Básicamente, porque los financistas no pierden de vista que, para salir del ahogo, el ministro echó mano, por una vía indirecta, a las reservas del Banco Central, puesto que las entidades financierasfinanciarán al Estado con parte del dinero que hasta ahora congelaban en el BC. Además, sostienen que de esa manera se ensucia la Convertibilidad.
La apuesta de Cavallo es mostrar que en los próximos tres meses la economía arrancará. Que tendrá dinero extra con el nuevo impuesto a las operaciones bancarias. Y volver a ganar la pulseada con la city, igual que en el ‘91.

 


 

ROQUE DEFIENDE SU GESTIÓN DE LOS ATAQUES DE CAVALLO
“Cantidad de incoherencias”

Por David Cufré

Roque Fernández devolvió golpe por golpe. Tras compartir el panel con Domingo Cavallo, quien lo trató poco menos que de inepto, el ex ministro de Economía retrucó con su conocida receta ultraliberal. “La mejor salida que tenía el país era el plan de López Murphy”, enfatizó, y acusó a Cavallo de poner en riesgo la Convertibilidad por sus aspiraciones políticas.
– Cavallo los acusa a usted y a Pedro Pou de profundizar la recesión con una política monetaria contractiva.
–Lo que escuchamos es una gran cantidad de incoherencias. La función de la política monetaria es respetar la Convertibilidad y mantener el uno a uno. La liquidez se consigue con entrada de capitales. Si Cavallo quiere generar liquidez, lo que debe hacer es un plan de rebaja del gasto público que asegure la solvencia fiscal y disminuya el riesgo país. Ese es el único mecanismo genuino que genera liquidez. Si insiste en aumentarla con baja de encajes, lo que logrará es perder reservas internacionales, debilitar la convertibilidad, forzar una corrida y una devaluación. Es peligrosísimo que en aras de su campaña política para ser presidente sacrifique la economía.
–¿No fue la política del ajuste fiscal permanente la que llevó a la recesión?
–La recesión apareció después del default ruso de 1998. Hasta entonces estábamos bien. La crisis rusa llevó a una devaluación de Brasil y a una fuga de capitales de los países emergentes. Ese fue el principal problema que trajo la recesión. El planteo de Cavallo es totalmente equivocado. El cree que la recesión es un problema psicosomático de los argentinos, que estamos deprimidos. Y lo que tenemos que hacer es levantar el ánimo. Ese diagnóstico es gravísimo. Lo mejor que podría hacer Cavallo es darse vuelta completamente, pensar en la solvencia fiscal y no en que la magia del psicoanálisis social solucionará esta crisis.
–¿Qué opina de la propuesta de facilitar el uso del euro u otras monedas?
–De lo que no se dio cuenta Cavallo es de que el euro no existe. ¿Usted vio alguna vez un euro? Todavía no lo vio nadie. No existe ni siquiera para los europeos. Es un asiento contable. Flaco favor le hace Cavallo a la gente diciendo que tenga euros. De dónde los va a sacar, si no existen.
–¿Usted fracasó en buscar la salida de la recesión con políticas ortodoxas?
–No. Si uno analiza el segundo semestre del ‘99, se logró controlar la fuga de capitales y la economía empezó a reactivarse. Lo que pasó es que después entró la nueva administración y cometió una serie de errores que volvieron a poner a la Argentina en recesión.
–Machinea y López Murphy fueron por la vía del ajuste fiscal y la recesión se agudizó. ¿Por qué la propuesta de Cavallo de flexibilizar la política monetaria sería incorrecta?
–López Murphy no tuvo ninguna oportunidad. Hizo una propuesta muy modesta de recorte del gasto por 2000 millones, aunque se podría haber distribuido de otro modo y no en los sectores que él propuso. Pero ésa era la mejor salida para Argentina. Hoy lo que tenemos es un nuevo impuesto a las transacciones financieras, que es el más distorsivo que uno podría imaginar, y no hay ningún control del gasto público. Es un grave error pensar que la liquidez se puede controlar modificando los encajes. Eso demuestra que Cavallo no entiende cómo funciona el sistema de tipo de cambio fijo, donde la liquidez se regula por el movimiento internacional de capitales. Los encajes no están para generar liquidez, sino para dar solvencia al sistema financiero.

 

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