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DE LA RUA CONTO DOS VECES SU GIRA POR ROMA
Para que quede bien claro

El Presidente dio una conferencia a la prensa no bien llegó a Ezeiza. Pero como había pocos periodistas, por la tarde ofreció otra. En ambas contó lo mismo. Y repasó su agenda.

Fernando de la Rúa en la conferencia de prensa que ofreció por la tarde, para hablar de su viaje.

Usó el adjetivo “importante” una docena de veces. Así describió el rol de los obispos argentinos en el Vaticano, la cena que compartió con el presidente italiano Carlo Azeglio Ciampi, la reunión con el Papa, el éxito de Valeria Mazza en la RAI. Recurrió también a otros calificativos -”afectuoso”, “cordial”– para definir la relación de la Argentina con el Vaticano, con Italia, su amistad con Juan Pablo II y con el presidente de la FIAT, Giovanni Agnelli. Ayer, luego de cuatro días de viaje, Fernando de la Rúa salió a explicar su relajada visita a Italia: una movida pensada para disputarle protagonismo a Domingo Cavallo pero que estuvo lejos de cumplir las expectativas.
La visita a Roma se armó de apuro. De la Rúa partió el lunes pasado. Como la reunión con el Papa (la única actividad confirmada), estaba prevista para el jueves, la embajada argentina en Roma tuvo dificultades serias para diagramar una agenda más o menos digna. A tal punto que el martes pasado Aíto de la Rúa se vio obligado a convocar a Gabriel Batistuta y Abel Balbo para llenar los huecos de la visita.
El objetivo político original estaba claro: no cederle todo el protagonismo mediático a Cavallo, que venía acaparando las tapas de los diarios desde su desembarco en el Gobierno. Sin embargo, el tiro salió por la culata y en lugar de un Presidente dinámico y activo, los medios reflejaron a un De la Rúa con mucho tiempo libre en Roma y que –para colmo– había incluido a su familia en la comitiva oficial.
Después de varios días de observar con preocupación la reacción de la prensa, De la Rúa decidió salir a defenderse. Ayer, apenas llegó, el Presidente ofreció una conferencia de prensa en Ezeiza. Como fue sorpresiva y había pocos periodistas, por la tarde volvió a aparecer ante los medios, esta vez en la Casa Rosada.
“Fue excelente, estoy muy feliz”, dijo cuando lo consultaron sobre los resultados del viaje. Y, como el objetivo era justificar la escapada, utilizó una copia de la agenda y relató sus actividades día por día, hora por hora: contó sus reuniones con empresarios, una conferencia que ofreció en la Universidad Gregoriana, sus vuelos en helicóptero para visitar una empresa de telecomunicaciones, su reunión con Ciampi, sus diálogos con los obispos argentinos en el Vaticano y hasta una cena protocolar en la embajada.
Cuando llegó el momento de comentar la reunión con Batistuta y Balbo, el Presidente fijó los ojos en los papeles, pensó un momento y respondió. “Son personas que nos están haciendo quedar bien en el exterior. Por sus actividades y por la forma caballeresca en que actúan”, explicó. Y se acordó de Valeria Mazza. “Es una argentina que está teniendo un éxito extraordinario, muy importante, en la televisión italiana.” “El Presidente no puede negar el saludo a los argentinos que están en el exterior y tienen éxito”, concluyó.
En cuanto al encuentro con el Papa, De la Rúa dijo que fue “particularmente positivo”. “Yo pensé que sería breve pero duró como 25 minutos”, recordó. “En el diálogo personal hablamos de los múltiples aspectos de la vida argentina. El expresó, con una profunda sinceridad que nace de su corazón, el cariño por la Argentina y su pueblo.”
Siempre mirando los papeles, De la Rúa destacó la “cordialidad y el afecto” con que fue recibido por el jefe de la Iglesia Católica y a continuación se refirió al mensaje del Papa (que había reclamado por la cuestión social en la Argentina). “Hubo una gran coincidencia de contenido”, dijo. “El mensaje recoge lo manifestado en mi carta.”
A continuación aprovechó para explicar la presencia de su familia. “Sinceramente, el Santo Padre se alegró muchísimo de que estuviera la familia. Eso significa que hay valoración de la familia en las políticas de gobierno y que el Presidente está orgulloso de ir con su familia a saludarlo y pedir su bendición”, fue la explicación. Según dijo, los viajes de su familia “han sido hechos en el marco de nuestros propios recursos” y hasta aclaró que las habitaciones del hotel corrieron porcuenta del gobierno italiano. “Se hizo todo en un marco de estricta austeridad”, insistió.
El Presidente continuaba hablando, pero las cadenas de noticias que transmitían en vivo desde la Rosada interrumpieron la conferencia de prensa: Cavallo y Pedro Pou conversaban en el Banco Central, informaron los canales, que recién después volvieron a transmitir las declaraciones de De la Rúa, que seguía describiendo su gira.

 

Palabra de Presidente

“Si me siguen, aunque sea por satélite, se van a pegar una aburrida”, dijo Fernando de la Rúa en referencia a los supuestos seguimientos satelitales de sus actividades.
“El viaje fue excelente, estoy muy feliz.”
El encuentro con el Papa fue “particularmente positivo”. “Yo pensé que sería breve pero duró como 25 minutos. En el diálogo personal hablamos de los múltiples aspectos de la vida argentina.”
El mensaje que le transmitió Juan Pablo II fue “franco, positivo y lleno de cariño y amor por nuestra Patria”.
El Papa “valoró nuestra vida en democracia y las acciones que realizamos por una vida más justa, más equitativa y más igualitaria”.
Batistuta y Balbo “son personas que nos están haciendo quedar bien en el exterior. Por sus actividades y por la forma caballaresca en que actúan”.
Valeria Mazza “es una argentina que está teniendo un éxito extraordinario, muy importante, en la televisión italiana”.
“El Presidente no puede negar el saludo a los argentinos que están en el exterior y tienen éxito.”

 

Con Felipe, Jospin y Zemin

Como para no perder la gimnasia protocolar, Fernando de la Rúa dedicará el fin de semana a una serie de reuniones con figuras internacionales. Hoy por la mañana, el Presidente recibirá en la residencia de Olivos al ex primer ministro de España, Felipe González. A las 17.45, De la Rúa recibirá en Ezeiza al Presidente de China, Jiang Zemin, con el que mantendrá una reunión de trabajo el próximo lunes. Y a las 19.15 el jefe del Estado se reunirá con el premier de Francia, Lionel Jospin, con quien cenará en la Quinta de Olivos. Jospin visitará la Argentina por unas pocas horas, luego de su gira por Brasil y antes de partir de vuelta hacia Francia.

 

A Laguna no le gustó

El obispo de Morón, Justo Laguna, cuestionó ayer la extensión y el número de acompañantes que llevó Fernando de la Rúa a Italia. “Si el Presidente –que es amigo mío, lo conozco de toda la vida– quería descansar, lo hubiera dicho. Pero lo que me pareció mal es que se fuera en misión oficial con dos días que no tenía nada que hacer.” Laguna consideró además que “el único que debería descansar era él y, a lo sumo, su mujer. Pero, en fin... ¿toda la familia?”, se preguntó. Por otra parte, el obispo subrayó la importancia del mensaje del Papa. “Me impresionó mucho. Con estos discursos suele ser muy formal, pero habla de un problema tan grave como la situación social, tan duramente, no en cuanto a la forma sino al fondo.”

 

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