Argentina comenzó bien su camino hacia el Grupo Mundial en la Copa
Davis de tenis. El equipo argentino sacó ayer una diferencia de
2-0 sobre Canadá, por la Zona Americana I, luego de las victorias
que consiguieron Gastón Gaudio y Franco Squillari ante Sebastien
Lareau y Frederic Niemeyer, respectivamente. Gaudio venció en forma
contundente por 6-0, 6-1 y 6-1, mientras que Squillari ganó por
6-4, 6-4 y 6-3. Ambos encuentros se jugaron en el estadio principal del
Córdoba Lawn Tennis Club ante la presencia de 4300 espectadores.
La serie puede quedar definida hoy si el doble integrado por Agustín
Calleri y Mariano Puerta vence a Lareau y Jocelyn Robichaud, a partir
de las 13, media hora después de la tradicional ceremonia inaugural.
Gaudio, 26º en el ranking mundial y segundo singlista de la Argentina,
resolvió fácilmente su partido jugando en un gran nivel,
y superó sin problemas a un errático Lareau, 114º del
mundo, en apenas una hora y seis minutos. Mientras que al canadiense le
costaba demasiado adaptarse a la cancha de polvo de ladrillo, Gaudio desplegó
todo su potencial, y con definiciones precisas fue sumando games rápidamente.
Con el comienzo del tercer set llegaron los primeros silbidos para el
canadiense, quien se mostró muy apático y poco dispuesto
al juego ante un Gaudio contundente, quien demostró que está
atravesando un gran momento, después de su buena actuación
en el Abierto de Miami.
En el segundo partido, Squillari, 18º en el ranking mundial y primer
singlista argentino, debió sufrir mucho más de lo previsto
con el canadiense Niemeyer, 286º en el escalafón y segundo
jugador de su país, quien mostró un interesante juego con
un saque potente y un drive veloz. Durante los primeros games, Squillari
se mostró impreciso y muy sorprendido por la soltura de su rival,
quien no está acostumbrado a jugar en polvo de ladrillo. Squillari
consiguió quebrar el saque de Niemeyer en el quinto game, y esa
pequeña diferencia le alcanzó para adjudicarse el primer
set por 6-4.
Durante el segundo parcial, el visitante continuó con su juego
sólido, a partir de una potente derecha y apuntalado por un muy
buen saque, que le impedía a Squillari dominar a su rival cuando
éste tenía el saque. Un oportuno quiebre de servicio en
el quinto game igual que en el primer set le permitió
al argentino volver a sacar una pequeña ventaja para quedarse con
el parcial por 6-4. En el último set, Squillari quebró el
saque de su rival en el primer juego, y a partir de ahí se encaminó
hacia la victoria final por 6-3, que le dio el segundo punto a la Argentina
y la colocó a un paso de ganar la serie.
Por los cuartos de final del Grupo Mundial, Brasil empata 1-1 ante Australia,
en Florianópolis; Francia le gana 2-0 a Suiza, en Neuchatel; Holanda
derrota 2-0 a Alemania, en Den Bosch; y Suecia vence 2-0 a Rusia, en Malmoe.
LA
VISION DE GAUDIO Y SQUILLARI
Ganamos cómodos
Luego de su rápida victoria,
Gastón Gaudio aseguró ayer que no había imaginado
ganar tan cómodo el primer punto para el equipo conducido
por Franco Davín. El tenista remarcó que siempre es
mejor ganar en forma contundente. En lo personal, estoy contento. Vamos
en camino del objetivo de todos: acceder al Grupo Mundial. Jugué
muy bien a pesar de sólo entrenar dos días desde que llegué
de Miami. Me concentré y no dejé pasar ninguna oportunidad.
Cuando quebré en el arranque del tercer set, sabía que tenían
que pasar muchísimas cosas para perder el partido.
Por su parte, Squillari destacó que estaba muy contento por
el resultado del partido. Sabía que tenía que estar muy
derecho con mi saque y muy concentrado, porque es uno de esos jugadores
que si te quiebra, después es muy difícil recuperarse.
Y agregó: Fue más duro de lo que pensaba, porque él
salió a poner todo dentro de la cancha, y a matar con sus saques.
Luego de este encuentro por la Copa, Squillari viajará a Europa
para participar de los torneos sobre polvo de ladrillo.
En caso de que la Argentina supere a Canadá, tendrá la posibilidad
de jugar, en septiembre próximo, el repechaje por un lugar en el
Grupo Mundial del año que viene, con la chance de ascender a la
máxima categoría, de la que descendió en 1992.
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