Indignada, Patricia Bullrich anticipó ayer que el Gobierno iniciará
acciones legales contra la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) por
los incidentes ocurridos al término de las manifestaciones de anteayer
contra el ALCA. Las consecuencias legales tienen que recaer sobre
quienes han conducido esta manifestación, amenazó
la ex militante combativa, quien manifestó su condena total
y absoluta por los destrozos. Los ministros del continente,
en tanto, que ayer finalizaron sus deliberaciones, acordaron que las negociaciones
para la conformación del área de libre comercio finalizarán
en enero de 2005, y resolvieron que la puesta en marcha de la integración
tendrá como fecha tope el 31 de diciembre de ese año, con
lo que desecharon anticiparla a 2003. Este resultado fue un triunfo para
la posición brasileña y una frustración para los
chilenos.
No puede ser que una central de trabajadores con personería,
con reconocimiento, haga esta clase de manifestaciones y llegue a esta
violencia, a enfrentamientos y destrozos como los que han sucedido,
recalcó Bullrich en su queja por los disturbios que siguieron a
la marcha de la CTA. En su cuestionamiento, recordó que el Gobierno
había dialogado con las centrales sindicales y todos habían
planteado que iban a protagonizar manifestaciones pacíficas, que
era la manera de mostrar su opinión en democracia.
En cuanto a las últimas novedades que arrojó la ronda de
negociaciones en Buenos Aires, los ministros llegaron ayer a definiciones
importantes. La sustancial es que el ALCA deberá arrancar entre
el primero y el último día de 2005. Por otra parte, los
funcionarios fijaron el 15 de mayo de 2002 como fecha límite para
iniciar la negociación de las cuestiones más ríspidas,
como el acceso a los mercados y la política de subsidios que aplican
algunos países. Uno de ellos es Estados Unidos, principal promotor
de la integración continental. Estos compromisos quedaron recogidos
en el proyecto de acuerdo marco para poner en marcha el ALCA, que los
ministros remitieron a la III Cumbre de las Américas, que se celebrará
del 20 al 22 de abril en Quebec (Canadá).
Las negociaciones que se llevaron a cabo en Buenos Aires fueron repudiadas
por las tres centrales sindicales. El ALCA significa una dictadura
eterna, enfatizó en el acto de la CTA, donde estuvieron presentes
otras entidades sindicales de América latina, el titular de la
Central Unica de Trabajadores brasileña, Joao Felicio. Por su parte,
en el acto de la CGT disidente Hugo Moyano reclamó al Gobierno
que no tome decisiones en contra de la voluntad del pueblo, porque
el ALCA está pensado para explotar más al pueblo.
Y prosiguió: El pueblo argentino no va a aceptar que nos
quieran convertir en esclavos, y vamos a pelear hasta las últimas
consecuencias, hasta derrotar al ALCA y a lo que nos pongan delante.
Bullrich, a través de Radio 10, repudió los incidentes acontecidos
al final de la marcha de la CTA, donde se rompieron vidrieras y grupos
minoritarios chocaron con la policía. La ministra advirtió
que habrá consecuencias legales para la central sindical
que conduce Víctor De Gennaro. Por su parte, el líder sindical
había expresado durante el acto estar contento por la reacción
de ustedes (en referencia a la masiva concurrencia) frente a un Gobierno
vergonzante que no dejó entrar a nuestros compatriotas brasileños
y uruguayos. A éstos se les prohibió ingresar al país
para sumarse a la manifestación.
Por su parte, el senador justicialista Eduardo Bauzá se pronunció
ayer a favor de que la gente decida a través de un plebiscito popular
el ingreso o no de la Argentina al ALCA, y advirtió sobre la posibilidad
de que esa incorporación limite la actividad productiva
del país en beneficio de los países más poderosos.
Debe permitirse que todos los argentinos decidan, porque estamos
hablando de un mercado de futuro muy amplio, con muchos compromisos y
donde no podemos opinar sólo desde el Congreso, concluyó
el ex jefe de Gabinete de Carlos Menem.
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