Buenos Aires tendrá el primer y verdadero Love Parade
de su historia, así como también Barcelona. Lo que no está
claro es que la multitudinaria concentración de dj y bailarines
frenéticos alrededor de la música dance tenga, este año,
su versión original. En Berlín, la capital mundial del desfile
del amor, un grupo de vecinos ganó una batalla administrativa contra
los organizadores, de la gigantesca rave. La edición porteña
del Love Parade se concretará en octubre, un mes después
de que suceda en Barcelona. La empresa organizadora Planetcom, anunció
además que hay avanzados contactos para que el superbaile también
se haga en Moscú, San Petersburgo y Liverpool. Estas ciudades se
unirán así a la lista de grandes capitales que, como Tel
Aviv, Ciudad del Cabo y Viena, han copiado el modelo berlinés de
gran fiesta multitudinaria y gratuita, que durante todo un día
pone el casco urbano en ebullición a ritmo de la música
tecno. Un nuevo modelo de celebración colectiva, que impone además
a la música electrónica como la banda de sonido de este
siglo.
En la batalla legal de Berlín, los organizadores todavía
no se han dado por vencidos a pesar de la prohibición impuesta
a la fiesta para el día anunciado, el sábado 14 de julio,
y al recorrido previsto por la avenida del 17 de Julio que atraviesa el
parque Tiergarten, el pulmón verde de la capital alemana. Los vecinos
del parque que se oponían a la fiesta por considerar que destroza
el espacio verde ganaron la partida gracias a una jugada burocrática:
se adelantaron al presentar una solicitud de manifestación para
el mismo día y el mismo circuito, con lo que bloquearon la convocatoria
del festival. Planetcom quiere demostrar que la capital germana no debe
renunciar a este evento, que empezó con un centenar de personas
bailando tras una furgoneta con un altavoz en 1989 y se ha convertido
en un fenómeno de multitudes y una señal de identidad del
nuevo tiempo de la ciudad antes dividida por la Guerra Fría.
Sus mejores aliados son las autoridades berlinesas, que además
de valorar el simbolismo del desfile son conscientes de que Love
Parade es una máquina de hacer dinero que deja a la ciudad
unos 200 millones de marcos (100 millones de dólares) por día.
El responsable de Interior del gobierno regional de Berlín, Eckart
Werthebach, baraja la posibilidad de trasladar el desfile al sábado
siguiente, el 21 de julio. Pero su colega de Economía, Wolfgang
Branoner, advierte que esa maniobra es peligrosa, sobre todo para el sector
turístico, puesto que la fecha del 14 está marcada en muchos
circuitos como día caliente en Berlín. Las autoridades
estudian asimismo alternativas al recorrido, para que el desfile evite
el Tiergarten. Entre otras posibilidades, se habla de la avenida Karl
Marx en el antiguo sector este de la ciudad, del viejo aeropuerto
de Tempelhof ahora reservado a vuelos domésticos, o
incluso de parte de la ronda de circunvalación de la ciudad.
Entretanto, otras ciudades alemanas se han apresurado a presentar su candidatura:
Francfort, la capital de la banca y la Bolsa, o Hannover, que tras acoger
la Expo-2000 demostró no tener demasiado poder de convocatoria,
al arrastrar hasta esa muestra universal sólo a un tercio de los
visitantes esperados. Planetcom coquetea con estas aspirantes,
consciente de que así multiplican los esfuerzos de las autoridades
para buscar una solución al problema burocrático-administrativo
creado por unos cuantos vecinos celosos.
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