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COMO VIERON BIANCHI Y GALLEGO EL SUPERCLASICO
Un banco con respaldo

El entrenador de Boca mostró mesura tras la victoria, mientras que su par riverplatense, lejos de ejercer autocrítica, se limitó a repetir que no renunciará a su cargo. Para Bianchi, el resultado fue lógico dada la diferencia de rendimiento entre ambos equipos; para Gallego, Boca siempre tiene demasiada suerte cada vez que se le cruza...
El perfil de Bianchi: “Boca ganó merecidamente”.

Por F.M. y A.D.B.

El resultado final del superclásico mostró dos caras. Las de los entrenadores. Por un lado, Carlos Bianchi mostró su habitual serenidad ante tanta euforia, y mantuvo la mesura a pesar de la goleada. Por el otro, Américo Gallego exhibió el fastidio que había evidenciado a lo largo de la semana previa al partido, que incluyó la derrota en Bolivia por la Copa Libertadores. En consecuencia, con otro 3-0 en contra, el segundo en dos partidos consecutivos en la cancha de Boca, Gallego desmintió las versiones acerca de su ida de la institución de Núñez, en medio de un clima demasiado caliente.
Durante el desarrollo del juego, ambos vivieron el encuentro de diferentes maneras: a Bianchi se lo vio paciente y sin dar indicaciones, mientras que Gallego daba indicaciones en todo momento, y llenaba de indicaciones a sus dirigidos. Pero cuando el resultado ya era historia, llegó el tiempo de las palabras. Y ahí también hubo un claro ganador.
Con el triunfo en la garganta, el técnico de Boca consideró que su equipo “fue superior al rival y ganó merecidamente”. El entrenador vio resurgir al plantel y pudo sentir que la inclusión de Traverso y Pérez en el mediocampo comenzó a dar sus frutos. “Lo que me da satisfacción es que, más allá de los cambios de nombres y de sistema, el equipo estuvo a la altura de lo que significaba el partido. De la noche a la mañana no se puede armar un equipo con una actitud similar al que el año pasado ganó todo. Esto demuestra que vamos por el buen camino”, manifestó.
Diego en su palco con su hija Giannina. “Fue baile.”Según Bianchi, en el primer tiempo “Boca presionó e intentó atacar siempre” y en el segundo “hubo una superioridad mucho más amplia, por lo que la victoria fue lógica”. Respecto a la clave del triunfo, el entrenador remarcó: “Lo anímico es importante, pero si estás mal con la pelota en los pies, no podés hacer un buen partido. Y nosotros anduvimos bien con la pelota”.
Para Gallego la derrota fue un duro golpe. Al término del encuentro, los rumores sobre su alejamiento del club comenzaron a tomar fuerza. Por ello, hubo mucha incertidumbre hasta que se abrió la puerta del vestuario visitante. En ese momento, las palabras del entrenador eran las más buscadas. Y apenas asomó su cabeza, Gallego anunció: “No me voy a ir de ninguna manera. Los rumores son sólo eso, rumores”. De todas maneras, las próximas horas de Gallego en River pueden ser decisivas. En la noche de ayer, y muy molestos por el 3-0 ante su máximo rival, algunos dirigentes de peso llegaron a estudiar la posibilidad de pedirle la renuncia al entrenador. En el caso de que esa chance se concrete, Patricio Hernández, el ayudante de campo de Gallego, conduciría al equipo hasta fin de año, cuando se realicen las elecciones presidenciales.
Mientras tanto, Gallego se mantuvo lejos de la autocrítica, e indicó que Boca “tuvo mucha suerte en el primer tiempo”. Y agregó: “Creo que fueron dos partidos diferentes. En el comienzo, las situaciones más claras las tuvo River. Después del primer gol de Boca nos desordenamos y, finalmente, llegaron los dos penales. Pero, en líneas generales, no hemos jugado tan mal como se expresa en el resultado”. Y se despidió diciendo que “River no se quebró en ningún momento anímicamente. Nosotros seguimos punteros, pese a que perdimos tres puntos que nos duelen. Por eso, le pido disculpas a la gente de River porque hoy llenó la Bombonera y no mereció irse con las manos vacías”.

“Un baile bárbaro”

“Boca le dio un baile bárbaro.” Con musculosa naranja, la ya clásica vincha de estos tiempos, Diego Maradona se instaló en su palco a los 18 minutos del primer tiempo y disfrutó de la victoria del club que más ama. “En el segundo tiempo fue un baile bárbaro”, afirmó un Maradona tras el 30.
El ídolo boquense sostuvo que Riquelme “jugó un gran partido”, pues él “fue quien le hizo meter confianza al equipo, ya que cada vez que agarraba la pelota los de River no lo podían parar”. Para el astro, “Boca jugó a lo Boca, y ése es mi mayor orgullo. Porque todos tuvieron actitud y hombría para ganarle al rival de toda la vida”.
Luego bromeó: “Yo había pronosticado que ganábamos 2 a 0, y la verdad es que tal mal no me fue. Creo que los muchachos fueron muy generosos y nos obsequiaron un golcito más”, afirmó.

LOS INCIDENTES RODEARON AL PARTIDO
Violencia antes y después

La justa expulsión de Cardetti.

A River no le fue bien dentro del campo de juego, pero no fue ésa la excepción: el plantel tuvo problemas para ingresar a la Bombonera y, tras el partido, un durísimo enfrentamiento entre hinchas riverplatenses y la policía dejó 10 heridos como resultado.
Los disturbios se iniciaron cuando la hinchada de River salía de la cancha y algunos simpatizantes agredieron a un agente policial, que generó una indiscriminada represión, con balas de goma y palos, por parte de la policía montada y la guardia de infantería.
La hinchada visitante respondió con piedrazos y lanzando todo tipo de objetos sobre la policía, lo que fue una verdadera batalla campal en la calle. En el Hospital Argerich se registró el ingreso de varios heridos, algunos quejándose de la represión indiscriminada de las fuerzas policiales. Tres de los heridos se negaron a ser trasladados a un centro asistencial para su atención y se retiraron por sus propios medios. Los dos policías heridos fueron llevados al Hospital Bartolomé Churruca.
En esos incidentes se produjeron 22 detenciones, que se sumaron a las 50 de simpatizantes de Boca y de River a quienes se les habría encontrado droga entre sus pertenencias.
Los hechos de violencia se habían registrado ya temprano, antes del partido. El más trascendente se produjo cuando arribó el ómnibus que transportaba el equipo de Américo Gallego al estadio de Boca, que fue recibido con una lluvia de piedras por parte de simpatizantes locales, que les arrojaron proyectiles y destruyeron una ventanilla.
El plantel de River debió permanecer más de 20 minutos arriba del micro. La solución al difícil momento por el que debió atravesar la delegación visitante ocurrió cuando llegó un grupo de policías que con sus escudos protegió el acceso de los futbolistas hacia los vestuarios.
El primero en elevar su queja oficialmente fue el presidente de River, David Pintado, quien señaló que al micro ya le habían destruido la luneta “de un ladrillazo” a la altura de Parque Lezama. “Esto ya es una guerra y no un partido de fútbol. No entiendo por qué tanta agresividad”, se había preguntado el titular riverplatense.
“El operativo de seguridad se vio desbordado y no supo controlar a la gente que nos lanzaba piedras desde la vereda. Como producto de ello un colaborador nuestro se lastimó con esquirlas en el ojo derecho y hasta yo recibí un proyectil en la muñeca izquierda”, disparó Pintado. El traslado del micro desde el Monumental a la Boca no pudo pasar inadvertido porque unos 70 simpatizantes riverplatenses lo acompañaron en todo su trayecto.
Otros incidentes se produjeron en la entrada de la hinchada de River, cuando simpatizantes ingresaban saltando por sobre los molinetes, algunos sin entrada. La policía intentó ordenar el ingreso, pero un caballo policial pisó a un hincha, lo que provocó la reacción de la hinchada y hubo lucha cuerpo a cuerpo entre ambos bandos, hasta que la zona fue despejada con un carro hidrante en acción.

 

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