Por Ariel Greco No hay caso. Por más que Racing se esfuerce al máximo, nunca puede conseguir que su fiesta sea completa. Luego de dos triunfos consecutivos, ayer tuvo todo armado para un gran festejo. Sin embargo, a la hora de la torta, se le atragantó el grito. Pese a que estuvo casi todo el partido con un jugador más en la cancha por la expulsión de Horacio Cardozo a los diez minutos del primer tiempo, apenas pudo empatar 0-0 con Estudiantes. Así, los más de 30 mil hinchas que coparon el Cilindro de Avellaneda, se fueron con una extraña impresión: Por un lado, les quedó un sabor amargo por haber desperdiciado una buena ocasión para empezar a alejarse del fantasma del descenso. Aunque también se quedaron conformes con la actitud del equipo, que a pesar de los errores, buscó el triunfo hasta el final. Por eso, la sensación ambigua con que se fueron. La mitad vacía: Racing desaprovechó una oportunidad inmejorable para dar un paso fundamental en su lucha por esquivar la promoción. Jugó ochenta minutos con un hombre más que su rival y casi nunca lo pudo demostrar. Sus delanteros no pesaron, y creó muy pocas situaciones de gol como para merecer el triunfo. Para colmo, en las pocas que generó, le faltó justeza para golpear. La mitad llena: En defensa no sufrió casi nunca. Y cuando Estudiantes inquietó, surgió la figura de Sessa para solventar cualquier peligro. El arquero le transmitió solidez a sus zagueros, que a partir de eso se mantuvieron firmes. La aparición del chileno Pablo Contreras luego de todos los inconvenientes con su pasaporte también resultó positiva. El ex defensor del Mónaco se mostró seguro cada vez que lo buscaron, e incluso tuvo tiempo para sumarse con acierto en función ofensiva. La
mitad vacía: El mediocampo que planteó Racing con dos volantes
de recuperación y dos por los costados, sin enganche, le entregó
combatividad, pero lo dejó sin juego. Ni Chatruc ni Loscri pudieron
asumir el rol de conductor, lo que permitió que Estudiantes se
cerrara en el fondo y le tapara todos los caminos. El ingreso de Principiano
fue demasiado tardío como para que pudiera modificar algo, ya que
para ese entonces a sus compañeros ya se los había comido
la ansiedad. La mitad vacía: Más allá de la apuesta de Merlo, el cambio no produjo resultados. Racing siguió con su ceguera en ataque e inundó de centros frontales el área de Estudiantes, para que se lucieran los lungos Quatrocchi, Azconzábal y Colotto. Apenas una volea de Rueda que tapó Misetich con esfuerzo, una entrada franca de Bastía que pasó cerca del palo derecho y una media vuelta de Milito en tiempo de descuento, fueron las únicas llegadas claras que se le puede computar a Racing en la segunda etapa. Muy poco teniendo en cuenta el desgaste que hicieron los futbolistas de Estudiantes para disimular la ausencia de Cardozo. La mitad llena: Los hinchas de Racing no se olvidaron del inesperado presente que está viviendo el equipo. Por eso, la falsa producción de ayer no impidió que despidieran a sus jugadores como si hubiesen ganado. Incluso, el empate le permitió a Racing mantener su diferencia con Estudiantes en la tabla de los promedios. De ahí a que en el final desafiarán a sus rivales con sus cantos. Se van para la B/se van para la B, gritaron los hinchas de Racing. Una canción que hasta hace algunas fechas se habían acostumbrado a recibir, pero que a partir de los buenos resultados parece que va a quedar archivada. |
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