Por
José Natanson
La
semana pasada, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, anunció
el lanzamiento del Ingreso Social, un subsidio que alcanzará a
213 mil jefes de hogar indigentes. En la presentación, Bullrich
admitió que el nuevo plan absorberá los 175 millones de
pesos de los programas de trabajo transitorio que hoy controla el secretario
de Empleo, Horacio Viqueira. Siempre pendientes de los movimientos del
entorno, en el Frepaso aseguran que más allá de las
cuestiones técnicas el anuncio esconde una intencionalidad
política. Según dicen, el nuevo esquema apunta a arrebatarle
los fondos a Viqueira, el único frepasista que aún conserva
una cuota de poder real en el delarruizado gabinete.
La presentación fue realizada la semana pasada en la Casa Rosada
por una Bullrich exultante. Sentada al lado de De la Rúa, la funcionaria
explicó que los subsidios de 160 pesos se implementarán
por decreto y empezarán a regir a partir de julio. Están
orientados a los jefes de familia indigentes con hijos menores de 15 años,
a un costo total estimado es 475 millones de pesos.
Parte de estos recursos provendrán de los programas de empleo transitorio
los más conocidos son los planes Trabajar que maneja
Viqueira. Ex diputado, Viqueira llegó al cargo en los comienzos
de la gestión aliancista. Tanto De la Rúa como el Frepaso
lo reconocen por su seriedad, su bajo perfil y su capacidad de gestión.
A punto tal que es uno de los pocos frepasistas que permaneció
en su cargo luego de las sucesivas crisis ministeriales y el único
que aún maneja un área importante, con libertad de acción
y recursos propios.
En el Frepaso sostienen que, con el nuevo plan, Bullrich encontró
una forma elegante para absorber los recursos que hoy controla Viqueira.
Que la sospecha recaiga sobre la ministra de Trabajo no es casual: es
una de los dos ministros que integran el círculo estrecho y cerrado
que rodea al Presidente el otro es el jefe de Gabinete, Chrystian
Colombo en el que también participa Antonio de la Rúa
y el ex jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes. Como parte del
entorno, Bullrich está sospechada de aconsejar las operaciones
antialiancistas que se cocinan dentro del Gobierno.
Según sostienen en el Frepaso, su estrategia sería aprovechar
la reorganización del gabinete para extender sus dominios. Una
de las novedades es la creación de una cartera de Seguridad Social,
que agruparía una serie de organismos importantes, como la Anses,
que hoy dependen de Trabajo. Ella dice que le parece bien que el
Ministerio de Trabajo quede a cargo sólo de la política
laboral y de la relación con los sindicatos. Pero parece raro que
esté dispuesta a ceder funciones así nomás,
dicen cerca de Chacho Alvarez.
De acuerdo con la especulación frepasista, Bullrich aspiraría
a convertir el nuevo programa de subsidios en el eje de la ayuda social
del Gobierno, convertir al Ministerio de Trabajo en una secretaría
y quedar a cargo del manejo de la política social. Un objetivo
ambicioso, que choca con la idea de Domingo Cavallo de designar al frepasista
Marcos Makón en ese cargo, pero que considerando la influencia
del entorno sobre las decisiones del Presidente no parece del todo
descabellado.
Una fuente cercana a Bullrich consultada por Página/12 aseguró
que la ministra está cómoda en su lugar y que no pretende
colonizar otras áreas. Sin embargo, no pudo negar el hecho de que
el nuevo plan absorberá los recursos que hoy maneja Viqueira y
que implicará una licuación objetiva del poder del Frepaso
en el gabinete.
En cualquier caso, sería una operación más del círculo
íntimo de De la Rúa. Tres semanas atrás, el anuncio
del recorte educativo de Ricardo López Murphy produjo un éxodo
masivo de funcionarios. Entre los que se fueron junto al ministro del
Interior, Federico Storani, estaba el secretario de Relación de
Provincias, Walter Ceballos. Era el encargado de controlar los150 millones
de pesos de Aportes del Tesoro Nacional. Junto a los fondos del Ministerio
de Desarrollo Social y los planes de empleo que controla Viqueira, los
ATN constituyen la tercera fuente importante de distribución de
recursos del Gobierno. Cuando ingresó Cavallo y las cosas se acomodaron
un poco, Antonio de la Rúa, rápido de reflejos, advirtió
el espacio vacante y quiso designar a su amigo Lautaro García Batallán.
Sin embargo, Ramón Mestre logró frenar la operación
sobre la hora y el cargo finalmente quedó para René Bonetto,
un histórico dirigente agrario de buena relación con el
Presidente.
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