Por
Mariano Blejman
El
elefante se balanceaba para atrás y para adelante, pero lo que
pisaba no eran sólo telas de araña, sino también
arbustos, ramas y tierra reseca, mientras enfocaba en su caminar a otros
elefantes que también se balanceaban, pero no se habían
percatado de la inmensa y poco oculta cámara que llevaba
sobre su cuello. Esas fueron las primeras imágenes de Ele-Visión,
mirada de elefantes, un documental que se emitirá hoy a las
21 por Animal Planet y que fue filmado principalmente por una cámara
colocada en el lomo de una elefanta, durante más de 20 días,
en plena selva sudafricana. El inmenso animal que ofició de camarógrafo
estrella se llama Afslurpie y es una hembra de unos 50 años que
siguió, paso a paso, los movimientos elefantiásicos de sus
pares con sorprendentes resultados. Esta filmación es una
primicia para el mundo de los animales. Nunca antes los mismos animales
se habían filmado entre sí, explicó a Página/12
Chris Haws, productor ejecutivo y vicepresidente senior de Discovery Networks
International, cuyo proyecto costó aproximadamente U$S 250.000.
Sin embargo, lograr que la matriarca Afslurpie estuviera conforme con
la cámara a cuestas no fue fácil. La elefanta habitaba dentro
del Parque Nacional Addo desde hacía años, aunque no tenía
buena relación con los seres humanos. Según explica Haws,
el proyecto comenzó hace dos años cuando un par de
expertos en elefantes comentaron que nunca habían podido ver el
verdadero comportamiento de estos animales. Fue allí cuando
la producción trató de imaginar la posibilidad de que un
elefante filmara a otros ejemplares de su especie. Y comenzaron los problemas.
No podíamos poner una cámara con cassettes porque
hubiesen sido difíciles de cambiar. Creamos una cámara con
control remoto, y filmamos con un enlace radial.
La historia personal de la elefanta camarógrafa no es para nada
feliz. Afslurpie significa en el dialecto local africano trompa
corta, debido a que cuando era pequeña, la punta de su trompa
quedo atrapada en una trampa de cazadores furtivos y allí perdió
una porción. Según los especialistas, los elefantes tienen
un desarrollado sentido del olfato, muy buen oído, excelente memoria,
y sus recuerdos más fuertes provienen de la época de las
grandes matanzas. El documental muestra la forma en que la elefanta fue
anestesiada desde un helicóptero, y luego a los especialistas colocándose
un aparato de unos 20 kilos sobre la nuca, de aspecto sólido y
estable, cuya imagen emitida se convierte en una mirada subjetiva interesante
sobre la trompa.
Los elefantólogos que siguieron la filmación como si se
tratara de un verdadero reality show, descubrieron la vida de los elefantes
en vivo y en directo. Lo que más sorprendió a los
especialistas fue que la matriarca Afslurpie mantenía el control
sobre la manada a través de contacto físico, sonidos y olores.
La riqueza de la comunicación continua que hay entre los animales,
explica Haws. Así, puede verse que los miembros de la manada verifican
y piden autorización a la madre para hacer cosas, se controlan
entre sí y piden o buscan indicaciones de hacia dónde ir.
Durante la filmación, los técnicos de Animal Planet se encontraron
con un solo problema, cuando al posicionarse debajo de una rama chocó
el árbol, se rompió el lente de la cámara y hubo
que volver a anestesiarla para cambiar el lente. Pero hubo otra costumbre
animal que mantuvo histéricos a los realizadores. Afslurpie
tenía la costumbre de echarse lodo frío para refrescarse,
y a veces la cámara se cubría por completo. Por suerte tenía
un limpia-parabrisas para poder quitar el lodo de la lente, explicó
Haws, que ya está pensando en rinocerontes, tiburones y ballenas
para seguir con la cruzada mediática de filmar la vida animal.
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