Por Susana Viau, Eduardo Tagliaferro e
Irina Hauser
La
detención de Emir Yoma y la situación de riesgo potencial
que el desarrollo de la investigación pueda implicar para su ex
cuñado, el ex presidente Carlos Menem, tienen en vilo a la flor
y nata del menemismo. Muestra de esa preocupación fue la reunión
que ayer al caer la tarde mantuvo el senador Carlos Corach con Mariano
Cúneo Libarona, abogado de Yoma, y la camarista federal Luisa Riva
Aramayo.
A las siete y media, con mucha prisa, Mariano Cúneo Libarona salió
de la oficina de Carlos Corach en el barrio de Monserrat acompañado
de su socio Julio César Coco Ballestero, hermano del
juez federal Jorge Ballestero, quien instruye el expediente de la
mafia del oro en el que también se encuentra sospechado Emir
Yoma. Cúneo Libarona y Ballestero, cargados de papeles, cruzaron
la avenida Belgrano y tomaron un taxi. Media hora después abandonaba
el lugar la camarista federal Luisa Riva Aramayo, que no ascendió
a un taxi sino al Peugeot 505 matrícula UMA 584, que la aguardaba
estacionado frente a la puerta del edificio donde está el despacho
familiar que Corach suele usar para sus entrevistas.
El ex ministro del Interior hizo lo propio unos minutos más tarde.
Negó que la presencia de Cúneo Libarona y Ballestero estuviera
vinculada al proceso por la venta ilegal de armas: Sí, estuvo
Cúneo Libarona dijo ante la pregunta de este diario,
pero no tratamos esa cuestión. Con Cúneo llevamos algunos
temas comunes.
¿Y la doctora Riva Aramayo? preguntó Página/12.
Es una gran amiga mía y es lógico que nos veamos fue
la respuesta que, con menos convicción pero con la misma sonrisa
afable, dio quien está considerado por sus adversarios como el
hombre más inteligente del menemismo.
La argumentación de Corach fue rápidamente destruida por
Coco Ballestero, que un rato después, desde el otro
lado de la línea telefónica, admitía:
Sí, sí. Estuvimos allí. Él (por Corach)
es un tipo que está muy cerca de Menem y le fuimos a transmitir
cómo estaba Emir. Tuvimos una reunión informativa. Esto,
desde luego, tiene su contenido político.
¿Menem está preocupado por su propia situación?
Esto no lo dije yo. Menem está afligido por su cuñado,
¿La camarista Riva Aramayo participó de la reunión?
Riva Aramayo no participó de la reunión en que estuvimos
nosotros. A lo mejor estaba en otra habitación. O habría
ido a otro piso.
Lo cierto es que si bien Corach no mintió acerca de la amistad
que lo une con Riva Aramayo de la que ha sido vecino en el country
Highland-, la imprudente reunión del crepúsculo
no obedecía a una visita de cortesía: evidencia la preocupación
que invade tanto a Menem como a su entorno. Riva Aramayo fue quien ejecutó
la estrategia oficial en el caso de Amira Yoma durante el Yomagate. De
su puño y letra fue la firma que revocó la prisión
preventiva de la jefa de audiencias presidencial. La sala que dejó
sin efecto el encarcelamiento de la más joven de los hermanos Yoma
estaba integrada además de por la jueza, a la que le gusta
contar que su placer es leer la revista Caras por Horacio
Vigliani, con quien Riva Aramayo suele compartir criterios en fallos siempre
polémicos, como el que en épocas más recientes confirmó
la nulidad de todas las actuaciones del juez federal mendocino Luis Leiva
en relación al ex banquero Raúl Juan Pedro Moneta.
La camarista esta vez no participa de la causa de venta ilegal de armas
en forma directa; sí, en cambio, lo hace Vigliani en un tribunal
donde comparte responsabilidades con Horacio Cattani y Martín Irurzun.
Vigliani, hombre de la justicia, era secretario de la Cámara Federal
cuando fue ascendido a juez de cámara por recomendación
de Jorge Casanovas, ex juez de casación y actual secretario de
Seguridad de Carlos Ruckauf. El nombramiento se concretó tras recibir
la bendición de Corach, quien disputaba con los hermanos Hugo y
Jorge Anzorreguy la hegemonía del poderjudicial. Mientras los Anzorreguy
sólo contaban en el fuero federal con influencias sobre Juan José
Galeano y Nerio Bonifatti, su poder tenía mayor predominio en el
ámbito de la justicia ordinaria y en el penal económico.
El gobierno de Fernando de la Rúa no ha modificado el tablero de
la Justicia y quizá sienta ante la detención de Emir Yoma
y la evolución de la causa un estremecimiento parecido al del menemismo,
y no sólo porque el ministro de Economía Domingo Cavallo
puede quedar envuelto en el escándalo. Es un rumor extendido en
medios financieros que Enrique Coti Nosiglia un interlocutor
privilegiado del menemismo y Emir Yoma tendrían intereses
en el Banco Macro, del que también fue ejecutivo el actual jefe
de Gabinete Chrystian Colombo. Entre tanto, mientras Menem como
hiciera Cavallo con Aldo Dadone, luego procesado por los contratos IBM-Banco
Nación afirma que conociendo a Emir y a la familia
de Emir, sí pondría las manos en el fuego por su ex
hermano político y califica de operación limpísima
la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, algunos de sus allegados
prefieren apoyarse en el hecho de que muchos países vendieron
armas en los Balcanes y esos envíos no podían haberse
realizado sin el conocimiento de los Estados Unidos. Agregan que es
estúpido decir que Carlos Menem no está alterado por
el asunto. Están involucrados sus ministros más importantes
y su ex cuñado. Si no lo preocupara, sería un loco, Y si
hay algo que caracteriza a Menem es tener los pies en la tierra.
Todos parecen ceñirse a la línea dibujada por Mariano Cúneo
Libarona al insistir en que un outsider no podría haber
sido el organizador de una maniobra que reunió a lo más
granado del gabinete y comprometió a las jefaturas del Ejército.
El razonamiento sólo sería valido si Emir Yoma hubiera sido
un elemento distante del poder. No es el caso. El ex cuñado (nadie
lo ignora) gozaba de un enorme poder, delegado. Bien vista, la tesis tiene
un flanco muy débil y riesgoso. Alcanzaría para salvar a
Emir del cargo que se le imputa pero tira la pelota más arriba.
Esa sería la lectura lógica. Todo dependerá de cómo
quieran entenderlo los jueces y de si son capaces de resistir las fortísimas
presiones que se están jugando en torno de la única causa
en la que el gobierno y sectores del Estado tuvieron una participación
estructural.
Un
magistrado hiperquinético
Ante
la falta de respuesta a sus seis pedidos, el juez federal Jorge Urso
decidió viajar a los Estados Unidos junto al fiscal Carlos
Stornelli para tratar de obtener la información clave que guarda
el MTB Bank sobre la cuenta a nombre de la empresa Daforel. Para gestionar
la misión se entrevistará hoy con el canciller Adalberto
Rodríguez Giavarini, ante quien pedirá una audiencia
con el embajador norteamericano James Walsh. Luego, el magistrado
mantendrá una reunión con el presidente del Banco Central,
el cuestionadísimo Pedro Pou para tratar de agilizar la entrega
de un análisis sobre el blanqueo de capitales en la venta de
armas. Ya en su despacho, recibirá a los diputados Luis Brandoni
y Graciela Ocaña y mañana interrogará como testigo
al sobrino de Emir Yoma, Muhammad Yalal Nacrach, ex presidente de
la empresa Elthan Trading. |
LA
VISION PERONISTA SOBRE LA CAUSA
El
PJ no quiere a nadie afuera
Por
R.K.
Esto
nos sorprendió a todos, comentaba anoche a Página/12
un altísimo dirigente del Partido Justicialista. ¿Quién
iba a pensar que Luis Sarlenga se ponía a hablar como se puso?,
se preguntó, analizando el giro que tomó la causa de las
armas. Y siguió así: Por supuesto que al peronismo
le afecta. Y diría que a todo el peronismo, porque será
un tema para cualquier candidato del PJ en las elecciones de octubre.
De todas maneras, esto va más allá del justicialismo y hasta
de Carlos Menem: acá se está metiendo en las acusaciones
también a los Estados Unidos.
En las reuniones del partido, en las del bloque y en las charlas
entre ex ministros hace un año que no hablábamos de este
tema, insistió el dirigente, que pidió estricta reserva
de identidad. Estuvimos despreocupados. Y de golpe, Sarlenga se
pega el susto y sale a decir que a él no le van a achacar la muerte
de Gardel. Ahí acusa a Emir y a James Cheek. Es evidente que ningún
embajador norteamericano va a hacer una gestión por un tráfico
ilegal de armas. Jamás un embajador se involucró así.
Pero es obvio que Sarlenga apunta a algo verosímil, a la participación
de Estados Unidos en esa operación. Porque no se trató solo
de salir de acá con un barco sino de llegar allá, atravesando
la línea de la Sexta Flota.
¿Acaso creen que el juez Jorge Urso emprendió una
ofensiva política contra ustedes?
No, no da la impresión. Es un tipo puntilloso. No le conocemos
que vaya a dejar el cargo para jugar políticamente o que esté
a punto de irse a la actividad privada. Además, también
habría que decir que el fiscal (Carlos) Stornelli estaría
involucrado en esa supuesta maniobra política contra nosotros.
No, no vemos fantasmas, por ahora.
Carlos Ruckauf le dio instrucciones a su secretario de Gobierno,
Esteban Caselli, para que fuera a declarar. Todo indica que va a confirmar
la íntima vinculación entre Sarlenga y Carlos Menem. ¿Es
una ofensiva de Ruckauf contra Menem?
No, no creo. Ruckauf, como todos los peronistas en este momento,
trata de preservar su imagen ante eventuales acusaciones. Fíjese
que le cortó el rostro a Diego Guelar cuando asombrosamente se
hizo presente en las audiencias por lavado de dinero en Estados Unidos.
No, Ruckauf se preserva. No creo que le haya dicho a Caselli Andá
a matarlo al Turco.
¿Y cómo sigue la historia desde el punto de vista
del peronismo?
Está claro que Sarlenga no era el jefe y habrá que
ver qué pruebas tiene contra Emir. Esa es la clave: la solidez
de la prueba contra Emir. Para el peronismo igual todo es malo, porque
aunque Ruckauf ponga un candidato propio en octubre, a ese candidato seguramente
le van a preguntar. Tendrá que cargar con síndrome con el
que ya cargó Eduardo Angeloz en 1989: pertenecer a un partido que
está cuestionado. Ahora, si las pruebas no son sólidas,
Emir sale y todo cambia. Igual, queda dando vuelta lo de Estados Unidos,
que no es poco. Por último, habrá que ver si esta derivación
de la causa institucionalmente no lo toca a Cavallo, como intenta que
suceda Oscar Camilión, lo que sería más peligroso
que las acusaciones contra Carlos Menem.
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