Por
Francesc Relea *
Desde Lima
Tiene
prisa por llegar a la presidencia de Perú. En la práctica
lleva más de un año en campaña y las encuestas le
sitúan en cabeza de las preferencias, que se confirmaron el domingo.
Pero no con el apoyo suficiente para ganar en la primera vuelta como era
su gran sueño. Alejandro Toledo, de 55 años, nacido en la
sierra andina y educado en los Estados Unidos, apodado El cholo,
es seguido de cerca por sus dos principales rivales, Alan García
y Lourdes Flores, ahora descartada.
¿Cuál será su objetivo número uno si
gana las elecciones?
En el área económica, generar trabajo; en el tema
social, no hay duda de que tengo un sesgo muy fuerte: vamos a hacer reingenierías
de la inversión pública para orientar recursos hacia salud,
educación y seguridad ciudadana. Tercero, descentralización,
y cuarto, fortalecimiento de las instituciones democráticas, particularmente
el Poder Judicial, que emita señales contundentes de estabilidad
jurídica.
Hay gente que dice: Alejandro Toledo me gusta, pero su esposa
Eliane, no.
Es que me conocen más a mí que a Eliane. Si la conocieran
más tendrían una opinión distinta. Eliane es una
persona muy competente. Hay que distinguir entre el mundo chiquito de
la política limeña, de la trattoria, sí, puede que
Eliane les asuste.
¿Qué papel va a jugar ella si gana las elecciones?
No va a ser una primera dama tradicional, que está detrás
de un presidente. Además a mí no me gustan las mujeres que
están detrás de un hombre. Ella trabaja mucho con las mujeres,
las organizaciones sociales. Y va a trabajar mucho en el tema agrario,
con las comunidades campesinas. Es su fuerte. Conoce su idioma y su cultura.
¿Le daría un ministerio a Lourdes Flores?
Claro.
¿Y a Alan García?
No, recibiría sus consejos de vez en cuando, cuando lo necesite.
Quienquiera que gane esta elección no tendrá mayoría
absoluta. Eso significa que tendremos que entrar a ese ejercicio democrático
de buscar consensos.
¿Quién quiere tumbarle?
Hay un racismo brutal. El Cholo sirvió para ser carne de
cañón y recuperar la democracia, pero cuando llega el momento
de gobernar... Si nosotros somos elegidos, será la primera vez
en 500 años que una persona que viene de esta extracción
y de esa estructura étnica es elegida democráticamente.
Hay un temor a romper para producir un cambio. Muchos no me perdonan haber
liderado esa movilización que permitió abrir la ventana
para ver cuán corrupto fue este gobierno. Me la tienen jurada.
¿Qué tipo de gobierno formaría de ganar las
elecciones?
Al día siguiente iría a tocar la puerta de Lourdes
Flores, de Alan García, de Fernando Olivera para pedirles que nos
ayuden a gobernar. Convocaremos a los profesionales independientes. Le
puedo asegurar que no será un gobierno exclusivamente de Perú
Posible.
¿La sombra de Montesinos seguirá planeando?
No tengo duda, Montesinos está detrás de todo esto.
Se está jugando el pellejo y su entorno no me perdona haber hecho
lo que hicimos y cree que vamos a ir a perseguirle. Comete un gran error.
Yo no voy a ir a buscar a Fujimori ni a Montesinos. Que lo haga la Justicia.
Yo espero que los Garzón del mundo hagan su trabajo.
*
De El País de Madrid. Especial para Página/12.
De
la re-re fraudulenta a la catástrofe
Justo
un año después de los comicios fraudulentos que dieron la
victoria a Alberto Fujimori, el electorado peruano barrió el domingo
de la escena política a los herederos del partido Perú 2000
del ex presidente. El candidato de Solución Popular, Carlos Boloña,
ministro de Economía en el anterior régimen, obtuvo el 0,7
por ciento de los votos. Quien aspiraba a erigirse en el continuador de
la obra fujimorista había empezado la jornada electoral risueño,
con una lectura matutina de la Biblia, y un desayuno al que invitó
a la prensa. Todavía trataba de exteriorizar cierto optimismo que
nadie creía. Al caer la tarde, cuando los primeros datos confirmaban
el desastre, Boloña se refugió en su casa y rehuyó
todo contacto con la prensa.
Las dos candidaturas fujimoristas al Congreso apenas suman el 8 por ciento,
a distancia sideral del 43,3 por ciento de las últimas elecciones.
Para sorpresa de muchos, tres de las más beligerantes escuderas
de Fujimori han obtenido un escaño. Se trata de Luz Salgado, Carmen
Lozada y Martha Chávez. Esta última acudió a su colegio
electoral en Lima, donde depositó su voto en medio del abucheo
general de los presentes. Martha Hildrebrandt, ex presidenta del Congreso,
no tiene garantizado un escaño en el nuevo Congreso. Lejos de Perú,
su antiguo patrón no acudió a las urnas. Fujimori no votó,
al igual que el 54 por ciento de los peruanos censados en Japón.
También se abstuvieron la hermana del presidente Rosa Fujimori,
que había sido designada miembro de mesa, y su esposo, Víctor
Aritomi, antiguo embajador de Perú en Tokio. Todo un ejemplo de
la descomposición del fujimorismo. Lo más sorprendente
de la elección es que el 98% de peruanos votó en contra
de quienes representaron el legado de la dictadura del destituido presidente
Alberto Fujimori, resumió el novelista (y ex candidato presidencial)
Mario Vargas Llosa.
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