Por
Philippe Cyroulnik *
Al
observar a Roberto Elía deambular, se podría pensar en un
hombrecito distraído y perdido en la ciudad. En efecto, se encuentra
totalmente acaparado por las reflexiones, las sugerencias y otras asociaciones
que provocan en él su reencuentro con los objetos, los seres, los
lugares y los libros. Lleva consigo, por otra parte, una pequeña
libreta que ennegrece con anotaciones, dibujos, citas y proyectos. El
simple hecho de cruzarse con el más anodino de los objetos, la
más banal de las imágenes, la más anónima
de las personas, llaman de golpe su atención y estimulan su imaginario:
un imaginario al acecho, un ensueño alerta, alimentado cotidianamente
mediante una gimnasia mental que comprende tanto el campo del arte como
también aquel de la filosofía y la política. En su
cosmos personal, en que el mundo se reconfigura de una manera poética,
se entrecruzan las figuras de Borges y Duchamp, Cortázar y Cornell,
Ponge y Etiemble, pero también Beuys, Marx y Roussel, entre otros.
Caminando en la constelación de los signos y de las cosas, Roberto
Elía lleva sobre sí una mirada desplazada. Sus desplazamientos
progresivos de la mirada y del pensamiento nos invitan a reconsiderar
su evidencia tramposa. Una de las cualidades de su obra es la de estar
desplazada. Ella toma las cosas en sentido contrario, muestra la otra
cara de las cosas, no sólo el anverso sino también el reverso,
al borde del precipicio. ¿Y con eso qué? Tres veces nada
(el cómico francés Raymond Devos decía que tres veces
nada ya es algo): un broche para colgar la ropa, un lápiz, un sombrero,
algunos objetos recuperados. Cuando posa su mirada sobre los objetos,
los arranca de su condición anónima, les ofrece un universo,
una memoria, una vida. El les duplica las potencialidades significativas
y plásticas. Ellos se transforman en condensadores poéticos
del mundo, en disparadores del imaginario y del pensamiento. Y él
nos los devuelve y nos murmura que ahora nos toca a nosotros hacer algo
con ellos, que el placer es también un conocimiento; recordándonos,
en el eco de la estrella de Rose Selavy, que es también el espectador
quien hace la obra.
La barca de Elía acoge con una curiosa generosidad los materiales,
las imágenes, los signos más diversos. En su poética
se combinan lo mineral, las imágenes y la mezcla de culturas. Esta
poética del signo y del objeto, esta travesía de lo real
no es otra cosa que una crítica con respecto al orden de las cosas,
la línea de su dibujo puede, a veces, tomar los rasgos de un acta
implacable sobre el orden del mundo.
El método de Elía es la ensoñación atenta,
la libre asociación y el juego vertiginoso de las correspondencias.
Esta disponibilidad permanente a la metamorfosis es una de las constantes
de su obra.
De la línea al objeto, del objeto al signo, del signo a su sombra,
del trazo al dibujo, se despliega una cosmogonía donde lo real
se disloca entre metáforas y metonimias, y donde emergen potencialidades
simbólicas insospechadas. Como en el interior de los grandes aventureros
del pensamiento, hay numerosos viajes inmóviles en él.
En el océano del pensamiento único, Roberto Elía
es como una presencia frágil pero obstinada, donde se quiebran
los lugares comunes. (Se inaugura hoy en el Centro Cultural Borges, Viamonte
y San Martín, y sigue hasta el 14 de mayo.)
*
Curador de la exposición. Crítico de arte y curador francés,
director del Centro de Arte Regional Le 19, de Montbéliard.
CONCURSO
EN EL BOULEVARD AZUCENA VILLAFLOR
Esculturas
para Puerto Madero
Entre
la enorme actividad alrededor de las artes plásticas que genera
la Feria Arte BA, se cuenta el concurso organizado por la Corporación
Antiguo Puerto Madero, que emprenderá la realización de
un paseo de esculturas en el boulevard Azucena Villaflor, según
un proyecto presentado por el arquitecto y artista plástico Clorindo
Testa.
El boulevard Azucena Villaflor homenajea a la fundadora de las Madres
de Plaza de Mayo. Alrededor de ella, cuando la dictadura se desplomó
sobre la Argentina, se fue nucleando el primer grupo de Madres que reclamaban
por sus hijos, víctimas del terrorismo de Estado. Poco tiempo después
del comienzo de la lucha de Azucena y otras madres, el grupo fue infiltrado
por Alfredo Astiz, quien fue uno de los responsables del secuestro y desaparición
de Azucena Villaflor.
El Paseo de Esculturas del boulevard, que lleva el nombre de aquélla,
la recordada luchadora, contará con un total de 16 esculturas,
de las cuales las dos primeras han sido asignadas a los artistas Enio
Iommi y a una obra de Alfredo Bigatti.
En ocasión de la 10ª edición de la feria de galerías,
la Corporación ha decidido convocar a un concurso junto con la
Fundación Arte BA para la realización de las próximas
cinco esculturas como un aporte cultural a la Ciudad de Buenos Aires.
La Fundación será en este caso la entidad coordinadora del
concurso. Podrán participar artistas nacidos o naturalizados en
Argentina o con más de dos años de residencia en el país,
sin límite de edad, individualmente o en equipo.
Las ideas serán presentadas en una lámina (dibujos, fotografías,
impresiones, etc.), de 70 x 50 cm, con el nombre y la firma del concursante
al dorso. La presentación deberá acompañarse de una
memoria descriptiva no mayor de dos páginas A4 impresas a doble
espacio, donde los artistas deberán explicitar las motivaciones
de su obra. El tema es libre.
De las propuestas presentadas, el jurado integrado por Enio Iommi,
Clorindo Testa, Ana María Battistozzi, más dos representantes
por los organizadores seleccionará cinco proyectos y otorgará
a los autores la suma de $ 5000 para el desarrollo de la idea. Estas propuestas
serán exhibidas durante Arte BA 2001 que se llevará a cabo
en el pabellón A de la Rural, entre el 18 y el 24 de mayo.
Los proyectos serán recibidos de lunes a viernes de 13 a 18 hs.
en las oficinas de la Fundación Arte BA: Paraná 1160, 3º
A, (C1018ADD), Capital Federal.
La fecha de cierre para la recepción de los proyectos es el 7 de
mayo de 2001. Para mayor información y para obtener las bases,
contactarse al 4816-8704 o vía e-mail a [email protected].
Inauguran
en la semana
Rómulo Macció, Retratos de aquí y de
allá, pinturas, desde ayer, en el Museo Quinquela Martín,
Pedro de Mendoza 1843.
Rodolfo Lozano, Versus,
fotos, desde ayer, en la Fotogalería de la Escuela Argentina
de Fotografía, Campos Salles 2155, (alt. Cabildo 3200).
Susanne Scheleyer, fotógrafa
alemana que combina retratos de inmigrantes alemanes y sus descendientes
argentinos, fotografías antiguas y registros sonoros con
imágenes de la vida cotidiana en la Buenos Aires actual.
Desde ayer, en el Centro Recoleta, Junín 1930.
Oscar Serra, Esculturas
funcionales 1984-2001, desde ayer, en el Museo de Arte Decorativo,
Avenida del Libertador 1902.
Arte popular brasileño,
En la ronda de la vida, con patrimonio del Museo Casa
do Pontal de Río de Janeiro, hoy, en el Centro de Estudios
Brasileños, Esmeralda 965.
Ignacio Iturria, obras
sobre papel y cartón, hoy, en Praxis, Arenales 1311.
Daniel Santoro, Un
mundo peronista, pinturas, hoy, en el Centro Recoleta, Junín
1930.
Magdalena Rantica, Anatomía
de las tejedoras, pinturas, hoy, en el Centro Recoleta.
Primera Mirada,
muestra colectiva de fotografías curada por Olivier Planchon,
director de la Mediateca de la Alianza, hoy, en la Fundación
Fortabat de la Alianza Francesa, Billinghurst 1926.
Emma Calviño,
Tránsito, digitalización de imágenes
y serigrafía fotográfica y Lucila Sciurano, Vestigios,
hoy, en el Centro Borges, Viamonte y San Martín.
Sebastián Gordín,
instalaciones, hoy, en el ICI, Florida 943.
u Raquel Gallardo, Mosaicos (objetos, pinturas, dibujos),
hoy en Elsi del Río, Arévalo 1748.
Griselda Alvarez, En
camino, pinturas, hoy, en Zamora Arte, Guido 1831.
María Pinto, Pegue
aquí, pinturas, hoy, en el Centro Recoleta.
Ricardo Martín,
Prae manibus, esculturas, hoy, en Filo, San Martín
975.
|
|